jueves, 15 de febrero de 2007

ARCO I


Marina Abramovic´ respiró hasta casi asfixiarse el dióxido de carbono de su compañero en un beso extenuante, se arañó el vientre hasta tatuarse una estrella de puntas invertidas, se recluyó en un nido durante horas y se subió a un caballo blanco para demostrar que todas, todas nosotras, también pudimos ser El héroe. "La abuela de la performance", como le gusta llamarse, demostró hace años que el arte también puede ser horror, y dolor. ARCO muestra en una de sus galerías su último trabajo, un vídeo que recoge la interminable tortura con la que esta yugoslava se golpea el pecho valiéndose de una calavera. Provocación no apta para puritanos que demuestra, con su gran expectación, que el ser humano, a veces, cae sucumbido por el horror.

1 comentario:

Chapu Apaolaza / Francisco Apaolaza dijo...

Tú si que vas a sucumbir este finde. Llámame y vente ya del ARCO ese ;)