jueves, 29 de diciembre de 2011

I dream about


Lori Meyers. Despedir 2011 y darlo todo

JM Grimaldi
Habían venido a darlo todo y lo hicieron. Puntualidad casi británica –debe ser por lo de los últimos destinos- y casi dos horas de concierto dejaron a la gente con el corazón arrebolado y el cuerpo clínicamente muerto. Lori Meyers apuntaba con dar el concierto de la temporada y lo hizo en una sala que este año ha acogido ya algunas de las propuestas más interesantes de la programación gaditana. La Sala Imagina se arrancaba a botar a las 00.16 minutos del sábado con Nuevos Tiempos y más de veinte temas repasarían de cabo a rabo la discografía de la banda granadina para arrancar los coros de un público fiel que llevaba mucho tiempo esperándolos. Sigue leyendo en Musiqueando

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Nos quedan grandes estos fríos

-Pasa, ¿quieres un té?
-Venga sí.
-¡Qué guapo! Me encanta tu jersey...
-Sí, es el uniforme del frío.
-Yo también me lo he puesto, ¿has visto? Voy forrada... Ahora, que tengo una pinta de bollera que te mueres.
Silencio.
-¿Qué?
-Fátima, no puedo decirte nada. No puedo negar la evidencia.

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martes, 27 de diciembre de 2011

Melodía de la semana

La caja huele de una forma conocida. Se parece a como huelen los libros. Acerco la nariz. Me estremezco. Al final esa noche terminaré teniendo que tomarme la cetirizina pero en ese momento ni me doy cuenta. Ocurrirá más tarde, cuando vaya llegando el resto y nos sentemos todos en torno a la mesa de camilla. ¿Tiene brasero? ¡Esto es lo más!
-La diosa es muy fuerte oiga, muy muy fuerte.
Leica pega saltitos y olisquea el paisaje de cajas despeluchadas, objetos viejos y guirnaldas. PiliB también pega sus propios brincos, agitando sus rizos caoba mientras da viajes a la cocina. Es mi Martha Stewart particular, entregada a la causa y a la fabricación de magdalenas que hemos decidido esa misma mañana, mientras el sol de la playa nos calentaba las pestañas y combatíamos su tristeza, cómo no, con un té: He pensado una cosa que podría animarte y a mí me vendría muy muy bien ¿Quieres que lo hagamos esta tarde? Creo ya que puedo…
Toda la casa huele a manzana y a canela. Y como a libros viejos. Huele a figuras doradas compradas en tiendas ñoñas. Un unicornio de El Bosco. Un cascanueces. Muñequitos de madera. Adornos que podrían contar mi vida. Huele a unas decrépitas figuras de barro cocido pegadas y repegadas con pegamento amarillo. Lo hice yo. Lo digo orgullosa y sonrío.
-Vamos a ver, hay cuatro nacimientos. ¿Cuál ponemos?
Guardamos el sobrio misterio de mi madre, guardamos el de los Playmobil, guardamos el desvencijado grupúsculo que yo moldeé y pinté con témpera. Elegimos el de color rojo y azul de marmolina. También lo hice yo. Siempre apunté maneras. Nos reímos. Agarramos el árbol como podemos improvisando una base de mantas de colores. Despedimos a los símbolos ocasionales que han sido víctimas de la carcoma. Vaya, qué metáfora, ¿no? Juana ordena las bufandas y pide una escalera.
-¿Cómo puedes llevar tanto tiempo sin luz en la entrada? Anda, venga, tía desastre, que te cambio las bombillas.
Todo resulta deliciosamente imperfecto y, por fin, después de nueve años perdida, lo veo, lo disfruto, lo entiendo. Toda la casa huele a manzana, a canela y a libros viejos. Puedo transportarme a aquella última foto. Mi madre lleva un jersey rosa y se toca la barriga, Leica es un cachorro y yo tengo el pelo corto, los labios muy rojos. Hemos puesto el árbol en el mismo sitio. Todo lo demás ha cambiado y yo he cambiado con ello. Creía que me había hecho grande por dejar a un lado estas cosas pero sólo estaba enfadada, muy enfadada. Estaba enfadada y no me atrevía a reconocerlo. Soy más grande ahora con mi selección de villancicos moña, con mi llantina emocionada de Vayaquéfuertelohemoshecho. Soy más grande ahora que miro a mi alrededor, contemplo las ausencias pero también esta extraña suerte mía que, como este momento improvisado y a destiempo, también es deliciosamente imperfecta. Porque en mi pequeño mundo cada uno elije en qué día decide celebrar la Navidad o se declara fiesta nacional, cada uno elige el nombre de sus primos y hermanos, elige si los tequiero se dan en persona o por el chat del móvil, elige a quién tiene cerca en los momentos jodidos porque para los buenos vale cualquiera. En mi mundo, todos saben que para cocinar en casa hay que traer los ingredientes, que todo el año hay té caliente en la tetera y que todos somos un poco tutores de Leica.
Hacemos fotos y las mandamos en tiempo real a la mejor venderora de experiencias. Me alegro de que la Navidad haya vuelto a tu casa, nos contesta. Por falta de moldes adecuados, el menú está compuesto por dos magdalenas gigantes, té de navidad directamente traído de Viena y grappa a la trufa. La pareja que estaba ya a punto de ponerse el pijama se ha desplazado a casa para no perderse el evento.
-Qué bonito toooodo… Mira, es un bizcocho de corazón.
-Bueno, técnicamente es una magdalena…
-Mira! Aún tienes eso. Y eso. Y eso. Es muuuuy fueeeeeeeeeerte.
Lolo señala a todos lados con el dedo.
Ya solas, de madrugada, la repostera y yo, algo borrachas, nos damos un achuchón frente a nuestra gran obra. Somos un gran equipo hecho a bases de magulladuras más o menos visibles, hospitales propios y ajenos y tardes de cartas de tarot. Nos sabemos imperfectas, algo taradas y bastante pencas. Esta Navidad no hacemos listas de lo que queremos, sino de las cosas que no queremos, que no queremos más. Nena, escucha, ¿tú has entendido bien lo que dice este villancico? Pues que no pierdas energía, que le des tu corazón los que están aquí contigo ahora, esta Navidad. No te gastes pensando en lo que no está, disfruta de quien ha elegido disfrutarte.

[Flashback]
-A ver loca, has recuperado tu bolso intacto después de cuatro días!!!!!!!!!!! ¿Qué coño te vas a ir ahora? Vamos a celebrarlo con un gin tonic…
-No, es que he quedado con una amiga para poner el árbol esta noche.
-¿Un 26 de diciembre? ¿No vas un poco tarde?
-No, todo lo contrario, voy estupendamente de tiempo…

lunes, 26 de diciembre de 2011

Frases célebres

Jota: "Cuando dos personas llevan sus mochilas muy cargaditas lo normal es que su historia se joda. Por eso andamos así nosotros: años descargando lastre para seguir juntos".

miércoles, 21 de diciembre de 2011

martes, 20 de diciembre de 2011

No me apeteces nada


No sin maquillaje

Me estoy preparando un cola cao. Muy cerca, Inés pasa la fregona y agita un cubo que huele a lejía.
-Vaya, estoy helada, encima han puesto el aire a 20 grados. Ni que estuviéramos en agosto!!
Inés me mira con ojos tiernos, aunque yo aún no sé por qué.
-Vamos que ya yo me he puesto las medias bajo los pantalones. Cinco grados... -prosigo.
-Ya, además tú con la barriga...
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
-¿Qué barriga? Si yo no estoy mala de la barriga- Apunte: No estoy mala, esta vez.
-La tuya, mujer, el embarazo. Yo tenía muchos cambios de temperatura con los embarazos.
-¿Qué embarazo?
-¡El tuyo!
Lo peor es que me paro en seco y la cabeza me da una vuelta que cualquiera podría identificar con una duda.
-Yo no estoy embarazada Inés. Por dios, para nada...
-¿Seguro?
-Claro que es seguro.
-Pues alguien me lo ha dicho a mí. ¿No te hizo una broma Emilio el otro día?
-¿A mí? Noooo.
Ambas nos reímos. El microondas hace tilín, saco la taza y me dirijo de nuevo a mi mesa.
-Inés.
-Dime.
-¿No me dirás todo esto porque tengo mala cara?
-No mujer...
Pero me voy a mi mesa, engancho el khöl, la barra de labios y el corrector de ojeras y diez minutos después soy otra. Decidido, mañana me levanto más temprano.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Ohhh...

Qué bonitoooo...

Así de sencillo

Si te quieres venir,
que sea porque no te da igual...



Tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol,
dormir juntos los dos.

Si somos diferentes,
no te lo crees ni tú,
hasta que salga el sol.

Y tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol.

Si te quieres venir
que sea porque no te da igual.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual

Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.

Yo sonrío y me levanto
sin desayunar,
me meto en cualquier bar,
la cuenta está al llegar.

Te llamo desde un barco
y tardas en bajar,
no me hagas sufrir más.

Tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol.

Si te quieres venir
que sea porque no te da igual.
Si te quieres venir
que sea porque no me da igual.

Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.

Si te quieres venir ...
Hasta que salga el sol ...

Lori Meyers

viernes, 16 de diciembre de 2011

El amor eterno y los alcaldes sin romanticismo

Se supone que es romántico. Vas a una ferretería, eliges la medida adecuada -¿alguna preferencia en la tonalidad del cobre? ¿En la marca? No, está bien, me llevo este mismo-. Entonces te vas, no sé, de cena romántica por ejemplo. La tomas de la mano, o le tomas tú a él, y allí, frente al plato de pasta fresca -dicen que no pero allí siempre terminas comiendo pasta fresca- le dices que quieres hacer esa cosa tan romántica del puente. Entonces os acercáis cogidos de la mano, elegís en cuál de las farolas hay un huequecito donde encanchar el artilugio y os disponéis a cerrarlo.
-Espera cielo, las iniciales, hay que poner las iniciales.
-Es verdad, espera, lo traigo todo pensado.
Entonces sacas -o saca él- uno de esos bolígrafos indelebles que nunca encuentras cuando tienes que clasificar un cedé y escribes vuestras letras: M y P o P y M, o lo que sea. Hace frío pero el corazón late tan fuerte en mitad de este alarde de proporciones cinematográficas que ya no sientes nada. Sólo vuestro amor flotando como el boli, indeleble, eterno. Os miráis a los ojos mientras lo hacéis. Oís el click del cierre y os dais un beso -con lengua por supuesto- sintiendo que el corazón se agita y que, de repente, hace calor.
Como llevado por el espíritu de todos los hombres que una vez amaron, o al menos, de todos los hombres que una vez amaron en la gran pantalla -en la chica vale también- él, en un gesto atávico de macho dominante, tira con un gesto cargado de impostada impulsividad las minúsculas llaves a las heladas aguas del Tíber.
Ella se siente morir, literalmente, de amor.
Se toman de la mano, se disponen a seguir su camino.
-Espera, vamos a hacerle una foto.
Sacas el móvil, o lo saca él, y click. Momento inmortalizado. Momento imperedecero, perenne como vuestro amor, como el candado que habéis adosado a la histórica farola del Milvio en un gesto del que podréis fardar a gusto con el grupo de amigos.
Un candado...
UN CANDADO.

Nada sospechosa de no ser moña, pasto de cuentos y estrategias de marketing emocional, una servidora imaginó la escena con los pelos de punta.
-Mari, ¿Qué te pasa? Se te ha cambiado la cara.
-Sonia, creo que esta mierda es la cosa más sádica que he visto en mi vida.
El profe hippie de mi lado sonríe y me pasa el pitillo.
-Qué poco romántica eres- dice con su acento cálido.
-Una cosa es ser romántica y otra jugar con metáforas emocionalmente tóxicas...

Por eso hoy y desde mi humilde espacio plagado de pasto sentimental, debo decir que me alegra mucho que Gianni Giacomini tampoco sea un romántico y que me reitero en mi idea de que Federico Moccia es francamente gilipollas.

jueves, 15 de diciembre de 2011

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Frases célebres

Carla: "El mejor regalo que podemos hacernos las mujeres que hemos elegido ser fuertes es dejarnos alguna vez ser débiles. Hazlo. Es justo ahí cuando te verás crecer. Te lo prometo".

martes, 13 de diciembre de 2011

Final feliz o Melodía de la semana pasada


Todos llorábamos. No un poco. Llorábamos mucho. Hombres, mujeres, sensibleros de catálogo y supuestas moles de hielo. Todos. Mirábamos al frente y moqueábamos porque estamos hartos de asistir a historias maravillosas que acaban en fundido a negro pero rara vez vivimos –o mejor dicho- nos dejamos vivir los finales grises de la carne. Finales que no tienen garantía de dos años, ni de cinco, ni de cien. Finales que a veces llegan después de otros finales que fueron dolor, o amor, o vida o muerte. Finales que son punto y aparte porque siempre, afortunadamente, continúan. Porque son más complicados, más llenos de matices que el negro perfecto que, si lo pensáis bien, no es más que la ausencia de color. Finales de un gris luminoso con punto y aparte. Finales tornasolados de punto y coma. Finales con coma a secas o suspensivos. Finales que son el comienzo de otra cosa.

Vestidos de fiesta asistimos, con la conciencia de estar haciéndolo, a este punto y aparte que nos dejaba llorar como niños. Niños que, por ese rato, vuelven a creer en cuentos de viajes fantásticos, en princesas robadas y segundas oportunidades. Porque, nos recordaba él, la vida de los hombres puede contarse de dos maneras. Como lo hacen los campesinos, de forma cíclica, animados por los ritmos de la luna, las estaciones, los días, las cosechas. Relatando y viviendo sin olvidar en todo momento que perpetúan un ciclo, un sino, un destino. Que andan, luchan y aman para volver una y otra vez a los comienzos, al terreno cultivado, al hogar seguro. Los hombres pueden contar la vida como campesinos o contarla como marineros. Obsesionados con el horizonte, con la sensualidad de lo extraño y lo complejo. Hombres de mar seducidos por la incertidumbre, por conocer otros puertos, por ver qué se esconde detrás de esa línea perfecta al final del agua, qué puede ofrecerte ese destello que el destino apenas te ha mostrado, que incluso, no tenía por qué haber estado ahí.

De pie y vestidos de fiesta todos llorábamos. Emoción ajena y propia porque todos soñamos, alguna vez, ser marineros echados al mar, saber cómo hubiera sido esta vida nuestra de haber seguido navegando hacia el horizonte, si hubiésemos robado ese tesoro, dormido con aquella sirena, seguido a aquel lobo de mar. Sobre el improvisado escenario forrado de blanco, el marino que desoyó las voces de la cordura, contaba su historia con la voz algo temblorosa: “Dejé de ser marinero para convertirme en corsario y robar un tesoro...”. Al fondo del salón podía observarse un entrañable y algo cómico paisaje de lágrimas. Lágrimas que confirmaban, como diría León Felipe, que somos carne de todos los cuentos. Que algunos de ellos nos devuelven la mirada de los niños, rompen nuestras corazas y nos erizan la piel. Porque cada final feliz, cada punto y aparte inexacto e iridiscente de nuestro alrededor, es, un poco, la conquista de todos nosotros.

Mucha suerte chicos.

Y aquí, convertida por obra y gracia de la cursi que aquí firma, vuestra canción :b



Hold me close and hold me fast
The magic spell you cast
This is la vie en rose

When you kiss me heaven sighs
And tho I close my eyes
I see la vie en rose

When you press me to your heart
I'm in a world apart
A world where roses bloom

And when you speak...angels sing from above
Everyday words seem...to turn into love songs

Give your heart and soul to me
And life will always be
La vie en rose



lunes, 12 de diciembre de 2011

Vanidades, premios y bajíos

Mi compi y yo esta mañana después de un acto.
-Mariiii!! Que el jueves me dan un premio!!
-¿Por?
-Pues por el libro, el blog, las publicaciones, no sé... Me han dicho "por mi trayectoria".
-Ohhh...
-Aunque, oye, ahora que lo pienso, eso de "mi trayectoria" da como bajío. Con esas referencias y treinta y uno me voy a ir de cabeza al paro.
-Pues sí, quilla, tú no lo cuentes mucho.


Pero aquí estoy cascándolo. El jueves a las 12 en la Delegación del Gobierno de Cádiz recojo el reconocimiento Cádiz Joven del Instituto Andaluz de la Juventud. Debido a la malísima hora elegida y a que mis amigos/familia están más que dispersos me da a mí que mi parte del público va a estar como desierta pero, por si acaso, estáis todos invitados :)