martes, 25 de octubre de 2016

A tu madre no le gusta que digas tacos


Corres. Corres hasta que el estomago es una masa que asfixia. Corres y el 
suelo es completamente plano. Sin aceras, sin cambios de rasante. No hay 
esquinas ni nombres en las calles. Corres sin saber cómo te funcionan las 
piernas. Has oído a Oriol hasta hace poco. "Corred, coño, corred. Joder, por 
ahí no, a la derecha". Joder, joder, joder. A tu madre no le gusta que digas 
tacos. Piensas en eso y en la última bronca porque pegaste a tu hermana. 
Paras. Una víscera podría salirte ahora por la boca. El corazón te explota. Que 
les siguieras que iba a flipar con ellos, que a mí me abriría la puerta. Lo que ha 
explotado es ese puto cajero. ¿Qué coño ha pasado? Sabes que tienes corazó
n porque tienes miedo. Los oídos, la cara, podrían no ser tuyos. No sientes 
nada más. Sólo miedo. Un miedo de verdad, joder, miedo que no habías 
conocido nunca. 
Estás escondido en un portal que no reconoces. No sabes en qué momento te 
has quedado solo. Crees que Ricard se ha caído. No puedes comprobarlo 
porque si vuelves, te encontrarás con toda mierda que has creado tú solito. 
Bueno, solo no. Tú sólo has abierto la puerta. Te han venido a llamar porque 
sabían que no les dirías que no. Porque es un puto honor que te pidan algo, 
coño, sentarte con ellos en la mesa del bar cuando acaben las clases, dejar de 
ser un pringado con granos y compartir con ellos el canuto de final de clases. 
Por eso han venido a buscarte, porque sabían que ibas a decir que sí. Sí a 
cualquier cosa que te pidieran. Incluido engañar a la vieja pestosa esa. Joder, 
se suponía que lo tenían controlado hijos de puta. Se suponía que la harían 
salir corriendo, que la verían pegar saltos con el culo abrasado. Decían que ya 
lo habían hecho una vez con el tipo del BBVA de Mandri. Iba de echar unas 
risas, coño. ¿Quién ha tenido tiempo de reírse? Solo correr. El bidón de 
disolvente ha sido. Coño, coño, la vieja, el cajero, todo a la puta mierda. 
Seguro que está muerta. Joder, joder, joder. A tu madre no le gusta que digas 
tacos. 
Empiezas a reconocer las esquinas de las calles, te orientas como puedes 
porque en esta mierda de barrio todas parecen iguales. Tú casa está muy lejos 
pero está muy cerca. Tu casa aún no ha explotado. Sólo importa que no digas 
tacos y aguantar a la idiota de tu hermana. 
Intentas que nadie escuche cómo te late el corazón, no despertar a nadie. En 
la cama aún te tiemblan las manos. Crees que no volverás a dormir pero un 
rato después caes rendido. Sueñas con el porro de después de clase. Con 
Marta que te ha guiñado y te ha dicho "¿les conoces? ¿Son tus amigos?". 
Contigo saliendo con ellos del bar compartiendo una cerveza. Con los ojos de 
la vieja que se ha desperezado para abrirte la puerta del cajero. Con el hedor a 
cuerpo sucio y a sueño. Con las patadas. Con el bidón. Sueñas que te 
despiertas y no hay por qué tener miedo. 
Cuando suena el despertador tus sabanas huelen a limpio y Paulina, 
almidonada, se asoma a despertarte. "Tiene el desayuno puesto, su madre le 
está esperando un poquitito enfadada. Se ha enterado de lo de ayer. Llamaron 
del colegio que no había ido usted por la tarde… Yo de usted, me iría buscando una buena explicación que darle". 

jueves, 8 de septiembre de 2016

Confidencias de ingeniero (en informática)

-¿Pero te gusta la relación entre tu padre y tu madre?
-A ver, mi padre es bueno.... Pero tiene una interfaz de usuario horrible. Horrible de verdad. 

viernes, 22 de abril de 2016

Cenicienta

Escucha Ricky, yo te voy a decir una cosa. Que a mí todo este rollo de Ahh me pasó toda la noche contigo pero luego no me quedo con tu nombre me ha tocado muchísimo los cojones. Que sí tío, que no estoy para historias, que me sé de qué va la peli por muy víctima que se quiera poner ahora con que no sabía quién era yo, que a ver si me vuelve a ver… Bah.. A ver si encuentra una excusa para aparecer por aquí un día y me echa un ojo a ver si le sigo pareciendo mona. Que se le caía la baba el otro día y me lo tenía que quitar de encima de lo pesao que estaba, hombre... Vamos, que porque se me pasaba la hora del metro y encima tenía a la Loli, que le tenía que devolver el traje que se lo habíamos choreao a su hermana que si no, me vuelvo loca y a saber. Vaya, no sé, que a lo mejor nos enrollamos a saco y no monta este pollo del encoñamiento y de preguntar por mí a todo el mundo.  

Si es que lo del misterio y lo de dejarles con las ganas se ve que funciona... No me mires con cara de empanao tú tampoco. Que eso lo dice siempre la Loli y tiene toda la razón del mundo. Mejor irte en el momento justo y quedar como una señora, dejarle, ¿cómo se dice?, con la miel en los labios. Sabrás tú lo que es la miel y lo que es dejar algo pa luego que eres más compulsivo que la madre que te parió. Un animal, vamos. Que cuando conociste a la criaturita de la vecina bien que aquí te pillo, aquí te mato. Por poco os lo montáis delante de todo el mundo. Bueno, a lo que iba, que tampoco te quiero marear que estás deseando darle fuerte y flojo al mierda de gimnasio ese que te has montao y que te tiene todo el día pillao y loco de la cabeza. De verdad Ricky, que vida más triste, hijo mío... 

Oye, que digo que como el Johnny aparezca por aquí, yo me hago la sueca también. Tampoco me voy a acordar de quién era él, mira tú por dónde... Que si le he visto, no me acuerdo y que se las entienda con la mujer de mi padre si quiere verme. Y a ver si me dejan salir este finde porque, con todo lo que tengo en lo alto, no vuelvo a ver la calle hasta el año que viene. ¿El qué? Contri Ricky pues toda la movida de la casa que menudo trato hice chuleando con que dejaba los estudios. Que la casa requiere orden, que sus niñas están hasta arriba con las tareas del instituto, que si ella se encarga de las compras y a mí me toca el resto. Ni que fueran hermanas mías, que yo me las encontré hechas. Vamos, que echo más horas aquí que cuando estaba en la academia. 

¿Mi padre? Mi padre no dice ni mú porque es un calzonazos. Ese sí que está encoñao... Y la otra que es muy lista. Ella y sus niñas que han hecho el negocio. Que, vamos, que están estudiando sí, pero que no son mancas, que se podían hacer al menos la cama. 

Yo creo que mi padre y ella piensan que a lo mejor me agobio estando de chacha y vuelvo al FP. Pues van apañaos con lo tranquila que vivo yo de mujer de mi casa, bueno de la casa de ellos. En fin... Lo que te digo, Ricky, que a ver si al Johnny se le aclara el coco y viene a buscarme porque yo me piro vampiro y me largo con él. Y no te digo un día de cachondeo, que me largo y me largo… Y hago una locura. Hombre, que a mí el Johnny me gusta, que tiene mucha clase, que tiene curro y un piso y todo. El otro día con eso de que yo iba tan guapa y había tanta gente, que no te digo yo que no me reconociera, pero que estuvo súper guay. Un caballero. A mí con las prisas de que me daban las doce por poco me da algo. Como que me dejé allí mismo la bolsa donde llevaba los tacones de la hermana de la Loli,  que aquello había empezado muy pronto y yo ya me había puesto las chanclas. No veas el cabreo que tienen aquí conmigo porque llegué a las tantas. Vamos, que dice mi padre que yo no salgo más hasta nueva orden. Oye, ¿La has oído? La mujer de mi padre, que me está llamando. Que tia más pesá por favor... 

-¿Qué quieres?
- Niña, sal fuera que te traen una bolsa que te olvidaste en nosedónde
- Hostias que va a ser él.
- Sal, anda, que es un chaval así de tu edad, guapo.
- Hostia, Ricky, ¡que va a ser el Johnny! 

- Anda, niña, deja eso que te está esperando en la puerta. Y chiquilla, hazme un favor: ¿quieres dejar de una puñetera vez de hablarle de esa manera al hámster?

viernes, 26 de febrero de 2016

miércoles, 17 de febrero de 2016

lunes, 4 de enero de 2016

Primeros de año

"Y sin embargo la esperanza me persigue, me ronda, me muerde; como un lobo moribundo que apretara sus dientes por última vez".