jueves, 29 de noviembre de 2012

Enhorabuena maestro

Es en estos momentos cuando echo mucho de menos el periodismo... 


A batallas de amor, campo de plumas

Ningún vestigio tan inconsolable
como el que deja un cuerpo
entre las sábanas
                                  y más
cuando la lasitud de la memoria
ocupa un espacio mayor
del que razonablemente le corresponde.

Linda el amanecer con la almohada
y algo jadea cerca, acaso un último
estertor adherido
a la carne, la otra vez adversaria
emanación del tedio estacionándose
entre los utensilios volubles
de la noche.
                      Despierta, ya es de día, mira
los restos del naufragio
bruscamente esparcidos
en la vidriosa linde del insomnio
.

Sólo es un pacto a veces, una tregua
ungida de sudor, la extenuante
reconstrucción del sitio
donde estuvo asediado el taciturno
material del deseo.
                                    Rastros
hostiles reptan entre un cúmulo
de trofeos y escorias, amortiguan
la inerme acometida de los cuerpos.

A batallas de amor campo de plumas.



Caballero Bonald, Jerez de la Frontera, 1926

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cosas que me hacen mantequilla...


-I don’t want you to feel used
-I do feel used and played and lied to. I also feel good. Two minutes with you and I feel good.

Os he dicho alguna vez que mis tórridas fantasías juveniles siempre tenían un uniforme. Será por eso... :b

viernes, 9 de noviembre de 2012

Melodía de la semana (aunque más bien del día)

En la relaciones, como en el consumo, hemos pasado del nada al todo. De meapilas a sexoadictos, de callados a verbodiarréicos, de sobrios a exuberantes, de parcos a estresados imitadores de escenas de Hollywood, de bloqueados a neuróticos. En un camino irremediablemente marcado por las temporadas del Corte Inglés y los guiones de películas y con la extensión de la esperanza de vida por delante, ciertas palabras se han vaciado y otras se han llenado de contenido. Ciertos gestos se han extendido para bien de nuestra salud mental y otros se han desbordado para desnorte de nuestro pudor. De misabuelosnuncasedieronunbeso a flipoconlascachasdelanuevanoviademipadre, o de mi madre, que también pasa. En mitad de ese caos que, vaya por delante, tiene cosas maravillosas nos perdemos entre significados y, a veces, lo confieso, nos sentimos exhaustos. O al menos yo me siento exhausta. ¿Qué es más importante? ¿La ternura o las violetas? ¿Quién eres cara el público o quién eres tras la puerta de tu casa? Pienso todas estas cosas hoy que mi primer Lorenzo –y el único- me trae a cola a Manzanita en su fantástica versión de esa letra agridulce sobre un  hombre severo que no sabía mostrar sus sentimientos.

¿Escribiría Cecilia hoy una letra parecida? Dramáticos casos de violencia machista aparte, la canción hablaba del hombre difícil, de ese prototipo con el que a veces el cine nos engatusa con su cara más amable y con el que nuestras abuelas sobre todo y nuestras madres alguna vez, lidiaban toda su vida. Ese tipo especialito que jamás te decía que te quería pero traía dinero a casa, te hacía robustos hijos y no te daba mala vida. No puedo evitar pensar que tal vez hoy el marido de la canción de Cecilia se habría divorciado de la mujer harta de darle por imposible y se habría casado con una más joven, se habría teñido el pelo y ahora sí se desviviría a besos con su nuevo hijo. Cosas de la chochera del padre mayor... Incluso, fantaseo con que quizás hoy el personaje de Cecilia habría ido a terapia a que le curaran la alexitimia porque, afortunadamente, en los tiempos que corren los hombres poco tiernos son bastante conscientes de las oportunidades que se pierden. Sí, ok, ok... ya he dicho que fantaseaba... 

Hoy la canción de Cecilia hablaría de un admirador que en lugar de mandar violetas, enviaría un arrebatado mensaje de amor por el Badoo secreto de la insatisfecha esposa. O no, le seguiría enviando flores pero flores mainstream, uno de esos ramos enormes que salen en las películas. O un bono para la depilación láser que es más caro que ciertos diamantes... Quién sabe...

A pesar de la ternura que siempre me ha inspirado Manzanita, hoy 9 de noviembre, prefiero regresar al origen y compartirla a ella, cuyas canciones grité en la ducha durante mi adolescencia con ese complejo mío de haber nacido a destiempo. Porque las canciones buenas nunca pasan de moda y porque ciertas fábulas tampoco. Al fin y al cabo, en los días que corren, con más medios que nunca, con más comunicación que nunca, a veces somos extraños para la persona que duerme a nuestro lado, a veces la oímos pero no la escuchamos, a veces hablamos mucho, constantemente, pero no decimos cosas importantes. Al fin y al cabo, por muy bonitas que sean las violetas, y los ramos, y los regalos de aniversario, ahora, como en los años setenta, toda mujer prefiere el beso cercano, la paciencia  cómplice, la satisfacción sencilla, la ternura. Saber que el otro estará ahí acariciando nuestros pies fríos, nuestro corazón frío, bajo las sábanas. Que las violetas, como los regalos de compensación, se las puede comprar una.