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jueves, 22 de mayo de 2014

Crónica vital


A veces con miedo, a veces extremadamente indecisa, creo esta triple negación Made in Andalucía podría resumir bien cierta actitud que me mantiene viva.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Teoría Sentimental del Champú de Oferta

¿Honestamente? Me hubiera gustado que fuera mía. Lo reconozco. Hay teorías de finura tal que lamento mucho no haberlas pergreñado yo en esta cabecita entre penca y retorcida que me dio dios. Se llama La Teoría Sentimental del Champú de Oferta y pertenece a mi amiga Pilar que últimamente, aunque algo rota, está más mona, más sesi y más lúcida que nunca. A pesar de lo que su nombre pudiera indicar, la Teoría Sentimental del Champú de Oferta no está relacionada con lavarse el pelo con marca Vidal en casa de un extraño tras una noche confusa. Tampoco con enamorarse del primero que nos mira porque la mancha de una mora con otra verde se quita. Qué va… 

La Teoría Sentimental del Champú de Oferta tiene que ver con esos plastiquitos que un día te encuentras adosados a tu marca de champú favorita en el supermercado. Esos transparentes que colocan fuertemente adheridos a otra botellita de igual o menor tamaño de Body Milk, acondicionador o líquido crecepelo que tú, naturalmente, no necesitas. Seleccionado entre los stocks a punto de caducar de la multinacional Mycare&Mycare, el contenido indeseado -y a veces indeseable- de esas botellitas se convierte, por arte e ingenio del director de marketing de la firma, en tu "regalo" o "promoción" con esa compra. Un extra que a ti, fiel consumidora de tu champú para el pelo favorito, no te interesa en absoluto. ¿Problema? Que el plástico en cuestión está demasiado pegado, demasiado adherido a ambas botellitas como para separarlas limpiamente sin que alguien te vea. Cubierta diseñada para romperse con saña o con tijeras, el resultado es que no puedes salir del supermercado con tu champú del pelo favorito y haber dejado allí la promoción no electa.

¿Y toda esta parrafada sobre el packaging?¿Reoriento el blog para convertirlo en otra bitácora de prescriptores de marketing? Nada más lejos. Toda esta parrafada es para ilustrar la teoría sentimental de mi buena amiga según la cual, en toda relación, llega el momento de enfrentarse a la promo non petita, a la botella de oferta. Es decir, a ese día en el que ese ser del que te has enamorado aparece en tu vida adherido a un plástico pegado a una, dos, tres botellitas de contenido diverso que tú, ni por asomo, te hubieras comprado en la vida: su familia. 

Su familia -a partir de ahora "el regalo"- como los stocks de Mycare&Mycare, puede ser fantástica, el equivalente humano a un nuevo y revolucionario lanzamiento cosmético que tu economía doméstica nunca pensó permitirse. Un chollo, un encanto, una suegra adicta a cocinar tupers y comprarse ropa súper mona que luego heredas tú. O a comprártelas a ti directamente (por teorizar…). Más frecuentemente, "el regalo" puede ser un estándar increíblemente ajeno a tu manera de ver de vida. Un crepelo muy práctico si eres calvo pero que tú no sabes dónde narices meterte. Una suegra, por ejemplo, adicta a las manualidades, enganchada a regalarte cosas del Venca u obsesionada con los gatos y tú con alergia. Finalmente, y por dejar de ser políticamente correcta, "el regalo" también puede ser, y a veces, es, mucho peor. Una crema pringosa con olor a aceite de linaza, un after sun que te da alergia. Una suegra sobreprotectora que compite por tu sitio, una adicta a la alimentación macrobiótica, o al fitnes, o la cirugía estética. Alguien con quien te descubres un día en la cocina intentando hablar en un idioma que para ti es absolutamente ininteligible. 

El gran cabo suelto de la Teoría Sentimental del Champú de Oferta es que las botellitas anexas un día salen de tu casa y de tu vida "como obsequio" en el bolso de tu amiga rapiña "Uy, pues si no lo usas yo me lo llevo". O de tu cuñada o hasta de tu suegra. Pero encontrar una solución similar con la familia política pues está, la verdad, muy feo. Es en esos casos en los que una se aguanta con el obsequio y sólo espera que alguien del clan encuentre en el supermercado otra botella anexa que se le parezca. Una perfecta cuñada, o por opuestos, una cuñada imperfecta. Alguien que, al menos, haga grupo, o lo deshaga, y cubra el hueco físico o psicológico que tu dejas. Pinche en las comidas del domingo, chascarrillo en las charlas de la cocina, animadora en el grupo de guasap. 

"Hay que ver lo rarita que es tu mujer… No se integra" oyes de pasada mientras tu champú del pelo favorito asiente y te disculpa "Sí, mamá, sí se integra… Es que es tímida y le cuesta abrirse. Pero os tiene mucho aprecio".

lunes, 9 de julio de 2012

Resaca Autoinducida Vol II


-Tienes mala cara, ¿dormiste mal?
-Bueno, tuve bronca en casa anoche.
-Oh… Vaya, mujer, paciencia… Todo tiene arreglo.
-Supongo.
-En serio… Todo pasa. ¿Algo grave que me quieras contar?
-No, nada… Si esto viene de largo. Es conmigo.
-¿Cómo?
-Que la bronca la tuve conmigo, conmigo misma. Estoy a punto de darme un ultimátum.

viernes, 16 de marzo de 2012

Muy gráfico

-Mira Vila, no hay nada imposible en esta vida. Pero como eso pase vamos a terminar todos como los dibujitos chinos.
-¿Cómo?
-Con la cabeza a un lao, la boca abierta y los mocos colgando...

viernes, 14 de octubre de 2011

Esoterismo en la consulta

-A ver, mira hacia mí. Vaya... Puedo ver que has estado atravesando una etapa de muchos nervios, mucha tensión. ¿Sigues así? No, ¿verdad? Pero has estado muy tensa,  ya veo que sí, han sido años... Puede verse aquí y aquí. También has tenido una época en la que has dormido mal. ¿Estás mejor ahora? Vale. Te has desgastado mucho. En general esto tiene muy buena pinta, se ve que la tensión ha roto esta zona del cuello y separado la corona... pero también se ve que ha parado.

Yo no contesto porque tengo la boca abierta. Y no es porque este señor, que por año está más amable y cariñoso -¿Desde cuándo te conozco? ¡Desde los once!-, me tenga sorprendida con su capacidad de adivinación y sus profecías. No es porque las cartas de tarot me hablen del pellejazo con el que perdí la flexibilidad cervical y la inocencia, ni con los sueños de princesa convertidos en pesadillas. No, este señor no es mago, ni echa las cartas, sino que me tiene tumbada en una silla articulada con varios espejos metidos en la boca. Yo no contesto porque estaría feo eso de escupirle el tragababas y los enseres para explicarle mi vida.

-Esto está estupendo, sigues sin una caries y tus encías continuan perfectas. Qué alegría que me da  verte hecha una mujer.

Cuando salgo de la consulta, mientras me paseo la lengua por el dolorcillo delicioso que te dejan después de la limpieza, caigo en la cuenta de que su diagnóstico tiene un punto místico que me alucina. Podemos ponernos las máscaras que queramos pero es complicado engañar a cierta gente. Podemos creer que vamos dando el pego por el mundo pero, al final, no puedes mentir a tu dentista.

lunes, 9 de mayo de 2011

Ya está bueno lo bueno

Una cosa es que un sábado de depre accedamos a leer el horóscopo mientras esperamos en la peluquería de Enrique V. Una cosa es que, cuando arrecia cierto tipo de desesperación, seamos capaces -esto pasa por confesarse- de hacer el gili echándonos las cartas en un portal on line. Una cosa cosa es llamar a PiliB con el corazón encogido y decirle "Nena, ¿te traes las cartas?". Una cosa es que aceptemos una cierta dosis de magia para sobrellevar las cosas que nos cuesta entender.

Otra cosa muy distinta es llegar a creérselo todo a pie juntillas, convertirse en un lelo del sistema. Y, lo que es muchísimo más perverso, sentirse culpable y creer que somos nosotros quienes diseñamos todas las conexiones que nos hacen más o menos infelices. Que hemos provocado hasta lo que no nos merecíamos, que esto nos pasa por quejarnos demasiado, ser excesivamente críticos, por no desearlo con suficiente fuerza, blablabla... Todo, mientras nos dan sopita y, con más o menos intensidad, juegan con nuestras vidas.

Una sonrisa siempre merecerá más la pena que una lágrima pero si no eres capaz de rebelarte contra la injusticia, el abuso, la inercia o la maldad, es muy probable que tu sonrisa termine siendo más resultado del amiplín que de variables objetivas.

Es por esto que el trabajo de Barbara Ehrenreich me parece soberbio. Como se dice en mi tierra cuando nos hartamos y dejamos de tragar: ya está bueno lo bueno.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Lo humano y lo inhumano

Cuando era todavía una niña mi madre me sentó a ver esta película.

-Si es de es de miedo no quiero, mami, porfa.
-Que no tonta, que se llama así pero es de risa.

Vi aquella película entre absorta y aburrida, no la entendía demasiado bien, como tampoco entendía El principito o aquella canción del lobo al que maltrataban todos los corderos -¿por qué no les mordía?-. Por supuesto, no me reí nada de nada. Luego, con los años, volví a verla, he vuelto a verla hoy para despedirme de Berlanga, y he vuelto a entender porqué hay gente que cuenta cosas que nunca cambian. Porqué es humano este verdugo de trabajo inhumano. Porqué la miseria sólo engendra miseria. Porqué es tan fácil juzgar a los demás cuando todos tenemos cadáveres dentro del armario. Cuando, cada uno en su tiempo, cada uno con sus valores, todos hemos visto aplicar garrotes, todos hemos dado de lado a la hija del verdugo, todos nos hemos visto arrastrados por las circunstancias.

Hoy la he visto y, como otras veces, me he reído, con cierta amargura, con ese guardia civil buscando a José Luis por las cuevas del Drach, con esos chutes de coñac y ese champán robado a un reo. "Yo quiero vivir tranquilo con mi mujer y con mi hijo...". Lástima que para conseguir eso, tuviera que aplicar el garrote. Lástima que, para conseguirlo, mucha gente aplique el garrote a sus valores, a sus convicciones, cada día.
¿Qué no? Sólo hay que poner la tele...



-Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. ¿Qué es mejor, la guillotina? ¿Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?
-José Luis: No. Yo no entiendo de eso.
-Y que me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. ¡A ver dónde está la humanidad de la silla!
-Yo creo que la gente debe morir en su cama ¿no?
-Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla.



El Verdugo, 1963
Luis García Berlanga

lunes, 19 de abril de 2010

La experiencia...

Respuestas de Quim Monzó en un chat de El País.

Quim, perdona por esta pregunta egoísta. He acabado mi primera novela, voy por la segunda. ¿Tienes algún consejo para lograr que la publiquen? Un abrazo.
Cuando yo era joven la única forma de conseguir publicar era ganar un premio. Ahora lo de los premios es más complicado porque o son muy poco importantes o ya está todo previamente pactado. Y, además, se publica tanto y tanto... la cosa está jodida, realmente. Yo no quiero que te deprimas pero o consigues que un editor se lea tu novela (cosa ya difícil) y se enamore de ella o... Aunque hay otra solución: hazte presentador de televisión y enseguida te publicarán lo que escribas.

¿Se puede vivir de escribir?
Sí, si eres de buena familia no hará falta que te esfuerces mucho. Con que escribas un libro cada siete u ocho años será suficiente. Si por el contrario eres de familia trabajadora, pues quizá tendrás que compensarlo dando clases de literatura en una universidad.

martes, 6 de octubre de 2009

Reflexiones

No es de extrañar que esta Navidad, en lugar de "cancelar" los regalos de pascua por la crisis, agasajara a sus compañeros con una zapatillas de deporte. "Es tiempo de correr" le gusta repetir y aquí también lo dijo bien claro...

viernes, 4 de septiembre de 2009

Cosas de niños

Paula tiene cinco años, Mari, sesenta y cinco. Paula está cepillándose los dientes.

-Tía Mari, ¿Tú no tienes marido?
-No.
-¿Y nunca has tenido marido?
-No.
-¿Y porqué no has tenido marido?
-Pues porque estoy muy bien sola, vivo muy tranquila.

Paula hace una pausa para enjuagar el cepillo.

-En realidad tienes razón. Los maridos roncan mucho.

martes, 9 de junio de 2009

Titulares

¿Quién no tiene a uno así en su vida? O dos, o tres, o diez.

Dios mío, yo la periodista más mala del mundo en poner titulares, no podía sino rendirme a esta cabriola del lenguaje que nadie hubiera podido describir mejor.

martes, 28 de abril de 2009

Tener la última palabra

No podemos escapar de ella, no podemos ignorarla porque está ahí, como ese pecadillo de juventud que nos persigue, como el primer amor que se esfuma dejándonos a merced del platonismo, como esas palabras mágicas que no dijimos a tiempo y que nos separaron de alguien para siempre. Ella planea sobre nosotros y juega a esconderse para que la olvidemos. Nos da regalos: instantes de plenitud, aromas de bebés nuevos, orgasmos, caricias. Esperanzas de eternidad que nublan la consciencia y el entendimiento. Tanto, que la mayoría de las veces, cuando reaparece, nos encuentra desnudos, indefensos, muertos de miedo. Esta mañana me ha erizado la piel comprobar cómo la única manera de escapar a su juego es mirarla de frente, hablarle a los ojos, nombrarla y arrebatarle su velo de palabra maldita. Javier Ortiz se fue esta madrugada y ha dejado escrito su obituario, entre tierno y cómico, cualquier cosa menos resignado. Él ha sabido ser el último en tener la palabra, reírse un poco de ella, quitarle el velo y nombrarla. No dejar que otros dijeran lo que podía escribir él mismo. Estás ahí y te espero. La muerte.

martes, 10 de marzo de 2009

Minucias evolutivas

Uy... de estos conozco yo unos cuantos... ¿Vendrán también un grupo de suecos a estudiarlos? ¿Lo publicarán en Current Biology? ¿Quedarán por el Nahu después de todo el día de estudios de campo?

En serio, entre el nombre tan taaaan Corleone y el retorcimiento premeditado, ¿no me diréis que no se escurren por los vericuetos de la ciencia las teóricas maldades femeninas? Ay... atávicos san benitos de género, quedáis k.o. ante los ataques de inseguridad de cualquier macho dominante...