viernes, 23 de abril de 2010

Melodía de la semana



A veces nada más sencillo como la repetición para que una melodía te acompañe durante días. Y seas capaz de cerrar los ojos y entregarte a ella, aunque estés agotada por dentro y por fuera, aunque estés rodeada de una tropa de vecinos que te miran de reojo preguntándose qué día fue que diste el estirón. Melodías perfectas que te enseñan que, más allá de todo lo que parece insoportable, sabes que te has levantado cien, mil veces, y que no hay nudos en la garganta, el vientre y el corazón que no sucumban, al menos unos segundos, cuando, a pesar de la luz fluorescente, del calor y de la alarma del colegio, ciertas notas se adhieren en una melodía única. No lo he encontrado interpretado por un quinteto de viento, pero así puede valer...

3 comentarios:

Equilibrista dijo...

Qué alegría encontrar ese tipo de música, entre tanta canción-garrapata, de esas que se te pegan sin que las llames...

katalino dijo...

A mi, por Debussy siempre me viene otra. Ya sabes cual.

Un beso.

Paco Piniella dijo...

qué bonito!