viernes, 9 de abril de 2010

Regalo providencial

El día en que un amigo me trajo el regalo atrasado de mi cumple. Una británica botella de ginebra con bombín.
-¿Te gusta?
-Mucho.
-Desde hace un tiempo sólo regalo cosas perecederas.
-Ah...
-Sí, porque me he dado cuenta de que estamos rodeados de demasiados objetos que no valen para nada, sólo para que estemos cada vez más atrapados. Y, la verdad, me parece una gran responsabilidad regalar algo que se una a ese catálogo de acumulaciones inservibles.
- Oh... No sabes cuánto te lo agradezco.

1 comentario:

Carmen dijo...

Buena filosofía!, más de una vez hubiese agradecido no tener que decidir si guardar por guardar o desprenderme finalmente de un regalo inservible.