sábado, 10 de mayo de 2008

Metamorfosis social

Primero dejó de opinar.
Un día encontró a bien no contestar.
Al poco tiempo descubrió las beldades de no observar.
Y, finalmente, se deshizo en la plácida comodidad de no pensar.
Por aquellas fechas, coinciden los chismorreos locales, se había convertido en una persona encantadora.

2 comentarios:

JUAN dijo...

...y desde ese día, solo se dedicó a ver al televisión....

Lazarov me marea dijo...

Me encantaría ponerle un rostro...