miércoles, 28 de mayo de 2008

El azar...

... hace que la lista de espera del SAS sacuda tu vida un viernes por la mañana.
El azar hace que en lugar de escocerte en la Feria de Sanlúcar, te arruines aprovisionándote en Mercadona y vayas a Puerto Churri a ser víctima de un Fist Fuking.
El azar hace que el tipo que se choca con tu coche no lleve seguro, ni casco reglamentario, pero que tu chico no se enfade porque el azar había hecho que el BMW no fuera suyo y estuviera asegurado.
El azar hace que decidas partir la pana y, ante la perspectiva de la próxima semana, termines con una costilla contusionada, una resaca de órdago y el honor de haber probado el Sweet Africa (gentileza del coctelero -¿más dicharachero?- de La Laguna).
El azar hace que tu amiga termine comiéndose a un calvo con una extraña teoría sobre las partes en las que está definida la cabeza (mamífera, genética y anfibia).
El azar hace que decidas que Me enamoras es un greatest hits la mar de digno y lo canturrees todo el domingo por la mañana mientras paras a vomitar rosa cada vez que el coche pega una acelerada.
El azar hace que te equivoques de hora, pero llegues al cine, te tragues al Indiana y dejes las palomitas manidas que, seguro habían frito por la mañana.
El azar hace que los caracoles del Nebraska tengan tierra últimamente, que te mosquees, no te acuerdes de los nervios, y te acuestes extenuada.
El azar hace que una vez chutada de lexatín el cirujano te llame adentro y te diga que la máquina vital para tu segunda mutilación voluntaria está estropeada.
El azar hace que vuelvas a casa con la costilla hecha mierda, que tu chico deba volverse a casa, que te incorpores a tu curro y que toda la semana tengas la extraña sensación de que te tocaba estar sedada. "¿Para qué me lo cuentas? Evítamelo, yo tendría ahora que estar en otro mundo. ¿Como decirte? Más indolente...".
El azar hace que, una vez todo se ha dado la vuelta, regrese la incertidumbre quirúrgica, y, lo que verdaderamente es la caña, la perspectiva de celebrar onomásticas y los planes de fin de semana.

3 comentarios:

Lazarov me marea dijo...

azar, azar... eso no existe. en cambio, soy firme defensora de la especulación: estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado. Desgraciadamente, a veces, eso implica descartar el SAS de nuestras apuestas. por cierto, qué bien escribes, hija de la gran puta!!! qué me río cuando me leo en tus entradas!!! :)

Anónimo dijo...

Siempre te queda el consuelo de q el azar no se controla, que todo pasa por algo, y q si la máquina se estropeó el lunes por algo sería, ¿no?
Una forma más de no volverse loca intentado descifrar los designios del universo :-)
Aprendiz de Arpía

Anónimo dijo...

Sé que mal de muchos, etc, pero a mí también me ocurrió lo del lexatín y la convocatoria para una próxima vez :-) : se les había fundido la bombilla del quirófano.