martes, 11 de septiembre de 2007

El tiempo corre, el genio no


Lo peor de tener sólo una vida es que una se va enterando de las cosas que le pasan a la gente, de los prodigios vitales circundantes, y se le lían las manos con las cuentas para resignarse de que no tendrá suficiente tiempo.


Es demasiado tarde para haberme decidido por las ciencias, demasiado tarde para optar por ser actriz o, porqué no, para lanzarme de bruces hacia una carrera loca teñida de lujo y sufrimiento.


La prensa rosa parece dar la razón a los defensores del que elquelasiguelaconsigue y, mientras el tiempo corre, una se va resignando a que probablemente nunca escriba un best seller, con dificultad parirá tres hijos y que, quizás, sólo si algún amigo te presta su parcela, podrá plantar un árbol. Uno chiquitito, por darse el gusto. De los viajes anuales recorriendo el mundo y hacerse amante de algún intelectual atormentado que te convierta en musa de un poemario, mejor, ni hablo.


Por esas cosas del azar, un director de cine al que no se le escapa prenda acaba de descubrir gracias a una maleta vieja que Puccini tenía un hijo secreto, que era un mujeriego que se inspiraba en sus affairs para sus heroínas operísticas -siguiendo un argumento dio con la pista- y que una pobre asistenta a la que no había tocado un pelo terminó suicidándose tras ser acusada por su implacable esposa de ser su querida. Tragedias colectivas, escándalos con visos de aria coloratura que a mí ni a nadie que conozco dudo que le ocurran. Avatares que posiblemente expliquen por qué aún el genio creativo no ha iluminado mis días. Cada uno se consuela como puede. Es la vida.


Publicado en La Voz de Cádiz el 11 de septiembre de 2007

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdona cariño, pero no creo que la mediocridad sea una cualidad que nos defina ni a ti ni a mi.jajajajaja
Somos igual de brillantes que el Fairy.
¿Quién dice lo contrario?.

Un besote.

Anónimo dijo...

Ahhhh.¡¡¡¡¡¡¡¡
Me ha encantado la melodia de la semana me parece de una sensibilidad aplastante.
Un besote.

Luis dijo...

Y quien quiere ser así. Determinadas vidas, determinados dones, traen aparejados maldiciones.