miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pillados


Como tiernas babosas de la campiña
ella y él se enroscaron húmedamente
y el dejo de ser hombre, como ella niña
para ser uno solo completamente

Desde todos los puntos que los juntaban
se saborearon tanto y con tal delicia
que las horas de vida que les quedaban
decidieron pasarlas en la caricia

A menos de un suspiro del tibio abrazo
el resto de la historia se debatía
en átomos, galaxias y otros acasos
encontraron certezas justo aquel día


y se hicieron leyenda los dos amantes
enroscados eterna y húmedamente
nada pudo tocarlos detrás de guantes
sólo pueden saberlo los igualmente

los igualmente...

S. R.

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