martes, 19 de mayo de 2009

Sexismo esotérico


Los caminos del machismo estructural son inabarcables. Tanto, que una puede caer presa de atávicos prejuicios sexistas si no tiene cuidado, incluso, cuando se permite una minúscula debilidad esotérica. Anoche soñé que tenía un precioso bebé que ya venía con pendientes. Una monada dulce que no lloraba y salía de mí con una facilidad propia de mil años más de evolución. Esta tarde, con las hormonas de punta y ese regusto a ¿Fantasía? ¿Realidad? que me queda después de mis agitadas proyecciones nocturnas -ya os he hablado de mis envolventes y desagradables sueños- me he dispuesto a testear por la red algún sentido místico al primer viaje onírico agradable que tengo en meses. ¡Caray! ¿Imagináis que hubiera parido con dolor??

Bueno, pues la cuestión es que, víctima como tantas veces de buscar la respuesta en oráculos digitales y misticismos de baratillo y teniendo en cuenta que ningún psicoanalista cobra menos de 50 pavos y tres años recomendables de sesiones, internet se ha convertido en mi solución hasta encontrar esta perla.


Que ya nos vistieran de rosa para recordarnos más o menos dulcemente la impureza del rojo/menstruación/pecado/suciedad y que tengamos que vivir con eufemimos visuales que convierten la regla en limpiacristales, era algo que tenía más o menos asumido, que soñar con partos de adorables niñas que no lloran ni muerden los pezones traiga mala suerte e innumerables desgracias es algo que no pienso tolerar. Nada más que por eso, estoy dispuesta a que me venga una irrefrenable catarata de energía positiva y buenas rachas. Ea, por chinchar.

'Mother and Child', de Ron Mueck en el recién estrenado Museo Brandhorst

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Acaso lo dudabas o que????? Me refiero a toda la buena suerte que te espera con los brazos abiertos.........

Besos
Aprendiz de Arpía

Lazarov me marea dijo...

lo que yo quiero saber es cómo eran los pendientes...

La artista invitada dijo...

No eran corales!!
lo cual es fundamental

genialsiempre dijo...

Pues si que te lo pasas bien mientras duermes, como se entere el gobierno te cobra impuestos por ello.

José María