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La S es importante por su ausencia y al revés, por eso tiene más quien tiene dinero que quien sólo guarda dineros y la política es algo muy complejo mientras que la gente aplica políticas para hacérnosla entender. Bueno, esto no pretende ser un juego lingüístico porque no tengo ni ingenio ni paciencia para construirlo, pero sí una pequeña reflexión sobre porqué hay detalles que, ocurridos o no, pueden cambiarlo todo. Desde las caricias a ciertos tipos de sonrisas, desde una llamada telefónica a diez euros que, en lugar de permanecer doblados en tu monedero, decides gastarte en otra persona que no se lo espera. Los detalles son importantes, y lo son mucho cuando hablamos de tonos de voz, palabras pronunciadas y volúmenes. De la ternura a la crueldad y viceversa.
Por eso, supongo, y a pesar de la pereza y de los días grises e igualitos que se acumulan en nuestros calendarios, las S pueden salvarnos la vida. Ponerlas o quitarlas, como se eliminan los besos cuando el amor va pasando. Ponerlas o quitarlas como se manda un tq en un sms... Ponerlas o quitarlas y elegir entre interpretar la Biblia o colarse en este blog en el que, dicen algunos -qué vergüenza ¿no?- a veces se pueden leer las S de aquello que me está pasando.
Siiii... la imagen es muy ñoña... Estoy blandita.
2 comentarios:
Precioso texto, y con qué buen criterio está escrito, se vé que lo ha esccrito una persona Sensible, Sensual, Sincera, Super.. y todas las S que quieras añadir.
José María
Sencillamente y como Siempre: Soprendente Vila.
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