viernes, 28 de marzo de 2008

Melodia de la semana

A veces una siente cosas inexplicables, tiene certezas extrañas que no sabe ni cómo ni de dónde vienen. Aparecen de repente, cuando menos te lo esperas, como intuiciones escondidas muy dentro, en el fondo de ese corazoncito que a menudo es más listo que tú. Alguien te regala un par de canciones ñoñas y un buen día no quieres vivir sin ellas.
A veces, a pesar de todas las decisiones idiotas, de los reveses, de las decepciones, de los kilómetros de confusión y sinsentido, a pesar de los horizontes que se alargan hacia ninguna parte, una se despierta despejada, dejando atrás un revés molesto como la resaca de una pesadilla, sintiendo que, aunque no sepa ni cómo, ni de dónde viene, ni cuándo va a ocurrir, va a seguir amando...

Hoy me persigue esta maravillosa canción ñoña...
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

MMmmmmmm

Qué recuerdos!! Como si fuera en un mix extraño entre una roadmovie y una comedia romántica familiar, me lleva a los viajes en coche con mi familia, donde mis padres, insistentemente repetían el cassette del gran Vinicius en Buenos Aires.

Con el tiempo descubrí que había sido mi primera canción de amor, la que me enseñaron ellos, Ana y Jaume.

Felicidades por la elección, princesa. Caetano, como no, lo borda.

Catalino

Anónimo dijo...

Vaya. Coincidencias, maravillosas coincidencias. Sabes que asisto al taller de letras de Miguel Angel García Argüez, y que a veces realizamos ejercicios de narrativa y poesía. El último mío, "despedida", coincide con una palabra que se repite mucho en la canción. Me tomo la libertad de ponértelo aquí por si te apetece leerlo.

http://escueladeletraslibres.blogspot.com/2008/03/despedida_27.html

Antoñín