miércoles, 10 de octubre de 2007

El crustáceo libertino

Porque tiene que haber investigadores para todo, unos biólogos de A Coruña acaban de derribar uno de los más recurrentes mitos de la gastronomía. Para desgracia de todo aquel que se arruinaba la VISA bajo la máxima de lo que se come se cría, estos científicos se han pasado varios meses hasta demostrar que no es pene todo lo que reluce –perdonen que no hubiera precisado antes– en el percebe. Si la sabiduría popular había engalanado al cirrípedo –que para todo debe documentarse una– con la leyenda de ser el único animal cuyo órgano reproductor superaba en 20 veces su propio cuerpo, ha tenido que ser la ciencia la que, a costa de imprudente observación nocturna, ponga las cosas en su sitio. Concluye el estudio que el Pollicipes pollicipes sigue estando bien dotado, aunque su proporción, finalmente, se multiplica sólo por 1,5. Un volumen nada desdeñable por el que algún energúmeno homo sapiens con aspiraciones circenses y obsesión por la falofilia pagaría.
Parece ser que en esto de la sexualidad del percebe –capaz de, para copular, jugarse la vida– el tamaño también importa a pesar de que el crustáceo haya sorprendido a sus observadores con sus veladas reproductivas, dadas a juegos preliminares y sesiones en pandilla. Unas costumbres nada inorgánicas que lo catapultan, por obra y gracia de la ciencia, como el bicho acuático de rutinas más libertinas.
Así que, ya saben, cuando el camarero les pase la dolorosa, sepan que no hay precio por devorar al Dr. Amor bajo las aguas, al François de Sade adherido a la roca, al Nacho Vidal de la gastronomía… A lo mejor tienen suerte y no hay ningún científico rompetópicos a la vista. A lo mejor pueden darle bola al mito de Lo que se come…

Publicado en La Voz de Cádiz el 9 de octubre de 2007

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a hacerlo:
Falofilia: atracción por los penes grandes

Y añado otras que me gustan. La verdad es que no sé si por su extravagancia, rareza, ingenio, por la risa de que me provocan o porque alguien les busque nombre. Vila, tiene esto último algo que ver con lo real y la realidad que explicaban Los Niños en el taller??

Por cierto, no juzgo nada, sólo comparto. Lo dicho, ahí van:

Autopederastia:. Obsesión, que se da sobre todo en los años de la pubertad, en la que al sujeto en cuestión le da por intentar metersela pitolina por el ojete.

Balloning: placer sexual que se obtiene sólo al ver mujeres hinchando globos, explotándolos, montándolos, estirándolos y jugando con ellos.

Dendrofilia: Cuando la excitación sólo se produce al frotarse contra los árboles.

Rinding/Gibbing: Se trata de una práctica sexual, ligeramente asquerosilla y potencialmente peligrosa, que consiste en que una mujer comienza a tragarse una loncha de bacon o cualquier otra cosa parecida mientras la sujeta con la mano. Cuando la loncha está a medio camino, con la mano que la sujetaba comienza a sacársela de la garganta. Esto provoca que a la chica le den arcadas, con lo que sus músculos vaginales se contraen y se mueven al ritmo de la arcada para goce y disfrute sexual de su compañero.

Por cierto, las definiciones no son mías. Para más información http://www.espacioblog.com/ciudadanodelmundo/post/2007/02/18/catalogo-226-parafilias-desviaciones-sexuales-

Anónimo dijo...

Mi muy estimada Fátima, acaba usted de "despenalizar" al percebe, pero corre un rumor por ahí que dice que no debe usted preocuparse mucho por este tema, que por mucho que sesudos investigadores descubran tan defraudante para ellos noticia, no llegará a oidos de tan esperanzados comensales mientras no sea abierta la sesión proyectada por telecinco "ciencia y saber" dentro del su magacine de sobremesa
-vulgo "el tomate"-. Cosa harto dificil como es de imaginar. Por lo que también debemos suponer que los sufridos camareros aún disfrutarán muchos años oyendo sandeces comparativas por parte de esos froidianos visas con patas.

Antoñín.

P.D. Un placer, Fátima.

Anónimo dijo...

Ya me extrañaba a mí...