"Hay muchas cosas que no puedo decir a nadie, casi todas se refieren a las matemáticas". Carlos Edmundo de Ory
jueves, 29 de diciembre de 2011
Lori Meyers. Despedir 2011 y darlo todo
JM Grimaldi |
Habían venido a darlo todo y lo hicieron. Puntualidad casi británica –debe ser por lo de los últimos destinos- y casi dos horas de concierto dejaron a la gente con el corazón arrebolado y el cuerpo clínicamente muerto. Lori Meyers apuntaba con dar el concierto de la temporada y lo hizo en una sala que este año ha acogido ya algunas de las propuestas más interesantes de la programación gaditana. La Sala Imagina se arrancaba a botar a las 00.16 minutos del sábado con Nuevos Tiempos y más de veinte temas repasarían de cabo a rabo la discografía de la banda granadina para arrancar los coros de un público fiel que llevaba mucho tiempo esperándolos. Sigue leyendo en Musiqueando
miércoles, 28 de diciembre de 2011
Nos quedan grandes estos fríos
-Pasa, ¿quieres un té?
-Venga sí.
-¡Qué guapo! Me encanta tu jersey...
-Sí, es el uniforme del frío.
-Yo también me lo he puesto, ¿has visto? Voy forrada... Ahora, que tengo una pinta de bollera que te mueres.
Silencio.
-¿Qué?
-Fátima, no puedo decirte nada. No puedo negar la evidencia.
8-{
-Venga sí.
-¡Qué guapo! Me encanta tu jersey...
-Sí, es el uniforme del frío.
-Yo también me lo he puesto, ¿has visto? Voy forrada... Ahora, que tengo una pinta de bollera que te mueres.
Silencio.
-¿Qué?
-Fátima, no puedo decirte nada. No puedo negar la evidencia.
8-{
martes, 27 de diciembre de 2011
Melodía de la semana
La caja huele de una forma conocida. Se parece a como huelen los libros. Acerco la nariz. Me estremezco. Al final esa noche terminaré teniendo que tomarme la cetirizina pero en ese momento ni me doy cuenta. Ocurrirá más tarde, cuando vaya llegando el resto y nos sentemos todos en torno a la mesa de camilla. ¿Tiene brasero? ¡Esto es lo más!
-La diosa es muy fuerte oiga, muy muy fuerte.
Leica pega saltitos y olisquea el paisaje de cajas despeluchadas, objetos viejos y guirnaldas. PiliB también pega sus propios brincos, agitando sus rizos caoba mientras da viajes a la cocina. Es mi Martha Stewart particular, entregada a la causa y a la fabricación de magdalenas que hemos decidido esa misma mañana, mientras el sol de la playa nos calentaba las pestañas y combatíamos su tristeza, cómo no, con un té: He pensado una cosa que podría animarte y a mí me vendría muy muy bien ¿Quieres que lo hagamos esta tarde? Creo ya que puedo…
Toda la casa huele a manzana y a canela. Y como a libros viejos. Huele a figuras doradas compradas en tiendas ñoñas. Un unicornio de El Bosco. Un cascanueces. Muñequitos de madera. Adornos que podrían contar mi vida. Huele a unas decrépitas figuras de barro cocido pegadas y repegadas con pegamento amarillo. Lo hice yo. Lo digo orgullosa y sonrío.
-Vamos a ver, hay cuatro nacimientos. ¿Cuál ponemos?
Guardamos el sobrio misterio de mi madre, guardamos el de los Playmobil, guardamos el desvencijado grupúsculo que yo moldeé y pinté con témpera. Elegimos el de color rojo y azul de marmolina. También lo hice yo. Siempre apunté maneras. Nos reímos. Agarramos el árbol como podemos improvisando una base de mantas de colores. Despedimos a los símbolos ocasionales que han sido víctimas de la carcoma. Vaya, qué metáfora, ¿no? Juana ordena las bufandas y pide una escalera.
-¿Cómo puedes llevar tanto tiempo sin luz en la entrada? Anda, venga, tía desastre, que te cambio las bombillas.
Todo resulta deliciosamente imperfecto y, por fin, después de nueve años perdida, lo veo, lo disfruto, lo entiendo. Toda la casa huele a manzana, a canela y a libros viejos. Puedo transportarme a aquella última foto. Mi madre lleva un jersey rosa y se toca la barriga, Leica es un cachorro y yo tengo el pelo corto, los labios muy rojos. Hemos puesto el árbol en el mismo sitio. Todo lo demás ha cambiado y yo he cambiado con ello. Creía que me había hecho grande por dejar a un lado estas cosas pero sólo estaba enfadada, muy enfadada. Estaba enfadada y no me atrevía a reconocerlo. Soy más grande ahora con mi selección de villancicos moña, con mi llantina emocionada de Vayaquéfuertelohemoshecho. Soy más grande ahora que miro a mi alrededor, contemplo las ausencias pero también esta extraña suerte mía que, como este momento improvisado y a destiempo, también es deliciosamente imperfecta. Porque en mi pequeño mundo cada uno elije en qué día decide celebrar la Navidad o se declara fiesta nacional, cada uno elige el nombre de sus primos y hermanos, elige si los tequiero se dan en persona o por el chat del móvil, elige a quién tiene cerca en los momentos jodidos porque para los buenos vale cualquiera. En mi mundo, todos saben que para cocinar en casa hay que traer los ingredientes, que todo el año hay té caliente en la tetera y que todos somos un poco tutores de Leica.
Hacemos fotos y las mandamos en tiempo real a la mejor venderora de experiencias. Me alegro de que la Navidad haya vuelto a tu casa, nos contesta. Por falta de moldes adecuados, el menú está compuesto por dos magdalenas gigantes, té de navidad directamente traído de Viena y grappa a la trufa. La pareja que estaba ya a punto de ponerse el pijama se ha desplazado a casa para no perderse el evento.
-Qué bonito toooodo… Mira, es un bizcocho de corazón.
-Bueno, técnicamente es una magdalena…
-Mira! Aún tienes eso. Y eso. Y eso. Es muuuuy fueeeeeeeeeerte.
Lolo señala a todos lados con el dedo.
Ya solas, de madrugada, la repostera y yo, algo borrachas, nos damos un achuchón frente a nuestra gran obra. Somos un gran equipo hecho a bases de magulladuras más o menos visibles, hospitales propios y ajenos y tardes de cartas de tarot. Nos sabemos imperfectas, algo taradas y bastante pencas. Esta Navidad no hacemos listas de lo que queremos, sino de las cosas que no queremos, que no queremos más. Nena, escucha, ¿tú has entendido bien lo que dice este villancico? Pues que no pierdas energía, que le des tu corazón los que están aquí contigo ahora, esta Navidad. No te gastes pensando en lo que no está, disfruta de quien ha elegido disfrutarte.
[Flashback]
-A ver loca, has recuperado tu bolso intacto después de cuatro días!!!!!!!!!!! ¿Qué coño te vas a ir ahora? Vamos a celebrarlo con un gin tonic…
-No, es que he quedado con una amiga para poner el árbol esta noche.
-¿Un 26 de diciembre? ¿No vas un poco tarde?
-No, todo lo contrario, voy estupendamente de tiempo…
lunes, 26 de diciembre de 2011
Frases célebres
Jota: "Cuando dos personas llevan sus mochilas muy cargaditas lo normal es que su historia se joda. Por eso andamos así nosotros: años descargando lastre para seguir juntos".
miércoles, 21 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
No sin maquillaje
Me estoy preparando un cola cao. Muy cerca, Inés pasa la fregona y agita un cubo que huele a lejía.
-Vaya, estoy helada, encima han puesto el aire a 20 grados. Ni que estuviéramos en agosto!!
Inés me mira con ojos tiernos, aunque yo aún no sé por qué.
-Vamos que ya yo me he puesto las medias bajo los pantalones. Cinco grados... -prosigo.
-Ya, además tú con la barriga...
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
-¿Qué barriga? Si yo no estoy mala de la barriga- Apunte: No estoy mala, esta vez.
-La tuya, mujer, el embarazo. Yo tenía muchos cambios de temperatura con los embarazos.
-¿Qué embarazo?
-¡El tuyo!
Lo peor es que me paro en seco y la cabeza me da una vuelta que cualquiera podría identificar con una duda.
-Yo no estoy embarazada Inés. Por dios, para nada...
-¿Seguro?
-Claro que es seguro.
-Pues alguien me lo ha dicho a mí. ¿No te hizo una broma Emilio el otro día?
-¿A mí? Noooo.
Ambas nos reímos. El microondas hace tilín, saco la taza y me dirijo de nuevo a mi mesa.
-Inés.
-Dime.
-¿No me dirás todo esto porque tengo mala cara?
-No mujer...
Pero me voy a mi mesa, engancho el khöl, la barra de labios y el corrector de ojeras y diez minutos después soy otra. Decidido, mañana me levanto más temprano.
-Vaya, estoy helada, encima han puesto el aire a 20 grados. Ni que estuviéramos en agosto!!
Inés me mira con ojos tiernos, aunque yo aún no sé por qué.
-Vamos que ya yo me he puesto las medias bajo los pantalones. Cinco grados... -prosigo.
-Ya, además tú con la barriga...
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
-¿Qué barriga? Si yo no estoy mala de la barriga- Apunte: No estoy mala, esta vez.
-La tuya, mujer, el embarazo. Yo tenía muchos cambios de temperatura con los embarazos.
-¿Qué embarazo?
-¡El tuyo!
Lo peor es que me paro en seco y la cabeza me da una vuelta que cualquiera podría identificar con una duda.
-Yo no estoy embarazada Inés. Por dios, para nada...
-¿Seguro?
-Claro que es seguro.
-Pues alguien me lo ha dicho a mí. ¿No te hizo una broma Emilio el otro día?
-¿A mí? Noooo.
Ambas nos reímos. El microondas hace tilín, saco la taza y me dirijo de nuevo a mi mesa.
-Inés.
-Dime.
-¿No me dirás todo esto porque tengo mala cara?
-No mujer...
Pero me voy a mi mesa, engancho el khöl, la barra de labios y el corrector de ojeras y diez minutos después soy otra. Decidido, mañana me levanto más temprano.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Así de sencillo
Si te quieres venir,
que sea porque no te da igual...
Tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol,
dormir juntos los dos.
Si somos diferentes,
no te lo crees ni tú,
hasta que salga el sol.
Y tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Yo sonrío y me levanto
sin desayunar,
me meto en cualquier bar,
la cuenta está al llegar.
Te llamo desde un barco
y tardas en bajar,
no me hagas sufrir más.
Tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual.
Si te quieres venir
que sea porque no me da igual.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir ...
Hasta que salga el sol ...
Lori Meyers
que sea porque no te da igual...
Tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol,
dormir juntos los dos.
Si somos diferentes,
no te lo crees ni tú,
hasta que salga el sol.
Y tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Yo sonrío y me levanto
sin desayunar,
me meto en cualquier bar,
la cuenta está al llegar.
Te llamo desde un barco
y tardas en bajar,
no me hagas sufrir más.
Tú que duermes a mi lado
no quieres despertar
hasta que salga el sol.
Si te quieres venir
que sea porque no te da igual.
Si te quieres venir
que sea porque no me da igual.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir
ahora ya no hay vuelta atrás.
Si te quieres venir ...
Hasta que salga el sol ...
Lori Meyers
viernes, 16 de diciembre de 2011
El amor eterno y los alcaldes sin romanticismo
Se supone que es romántico. Vas a una ferretería, eliges la medida adecuada -¿alguna preferencia en la tonalidad del cobre? ¿En la marca? No, está bien, me llevo este mismo-. Entonces te vas, no sé, de cena romántica por ejemplo. La tomas de la mano, o le tomas tú a él, y allí, frente al plato de pasta fresca -dicen que no pero allí siempre terminas comiendo pasta fresca- le dices que quieres hacer esa cosa tan romántica del puente. Entonces os acercáis cogidos de la mano, elegís en cuál de las farolas hay un huequecito donde encanchar el artilugio y os disponéis a cerrarlo.
-Espera cielo, las iniciales, hay que poner las iniciales.
-Es verdad, espera, lo traigo todo pensado.
Entonces sacas -o saca él- uno de esos bolígrafos indelebles que nunca encuentras cuando tienes que clasificar un cedé y escribes vuestras letras: M y P o P y M, o lo que sea. Hace frío pero el corazón late tan fuerte en mitad de este alarde de proporciones cinematográficas que ya no sientes nada. Sólo vuestro amor flotando como el boli, indeleble, eterno. Os miráis a los ojos mientras lo hacéis. Oís el click del cierre y os dais un beso -con lengua por supuesto- sintiendo que el corazón se agita y que, de repente, hace calor.
Como llevado por el espíritu de todos los hombres que una vez amaron, o al menos, de todos los hombres que una vez amaron en la gran pantalla -en la chica vale también- él, en un gesto atávico de macho dominante, tira con un gesto cargado de impostada impulsividad las minúsculas llaves a las heladas aguas del Tíber.
Ella se siente morir, literalmente, de amor.
Se toman de la mano, se disponen a seguir su camino.
-Espera, vamos a hacerle una foto.
Sacas el móvil, o lo saca él, y click. Momento inmortalizado. Momento imperedecero, perenne como vuestro amor, como el candado que habéis adosado a la histórica farola del Milvio en un gesto del que podréis fardar a gusto con el grupo de amigos.
Un candado...
UN CANDADO.
Nada sospechosa de no ser moña, pasto de cuentos y estrategias de marketing emocional, una servidora imaginó la escena con los pelos de punta.
-Mari, ¿Qué te pasa? Se te ha cambiado la cara.
-Sonia, creo que esta mierda es la cosa más sádica que he visto en mi vida.
El profe hippie de mi lado sonríe y me pasa el pitillo.
-Qué poco romántica eres- dice con su acento cálido.
-Una cosa es ser romántica y otra jugar con metáforas emocionalmente tóxicas...
Por eso hoy y desde mi humilde espacio plagado de pasto sentimental, debo decir que me alegra mucho que Gianni Giacomini tampoco sea un romántico y que me reitero en mi idea de que Federico Moccia es francamente gilipollas.
jueves, 15 de diciembre de 2011
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Frases célebres
Carla: "El mejor regalo que podemos hacernos las mujeres que hemos elegido ser fuertes es dejarnos alguna vez ser débiles. Hazlo. Es justo ahí cuando te verás crecer. Te lo prometo".
martes, 13 de diciembre de 2011
Final feliz o Melodía de la semana pasada
Todos llorábamos. No un poco. Llorábamos mucho. Hombres, mujeres, sensibleros de catálogo y supuestas moles de hielo. Todos. Mirábamos al frente y moqueábamos porque estamos hartos de asistir a historias maravillosas que acaban en fundido a negro pero rara vez vivimos –o mejor dicho- nos dejamos vivir los finales grises de la carne. Finales que no tienen garantía de dos años, ni de cinco, ni de cien. Finales que a veces llegan después de otros finales que fueron dolor, o amor, o vida o muerte. Finales que son punto y aparte porque siempre, afortunadamente, continúan. Porque son más complicados, más llenos de matices que el negro perfecto que, si lo pensáis bien, no es más que la ausencia de color. Finales de un gris luminoso con punto y aparte. Finales tornasolados de punto y coma. Finales con coma a secas o suspensivos. Finales que son el comienzo de otra cosa.
Vestidos de fiesta asistimos, con la conciencia de estar haciéndolo, a este punto y aparte que nos dejaba llorar como niños. Niños que, por ese rato, vuelven a creer en cuentos de viajes fantásticos, en princesas robadas y segundas oportunidades. Porque, nos recordaba él, la vida de los hombres puede contarse de dos maneras. Como lo hacen los campesinos, de forma cíclica, animados por los ritmos de la luna, las estaciones, los días, las cosechas. Relatando y viviendo sin olvidar en todo momento que perpetúan un ciclo, un sino, un destino. Que andan, luchan y aman para volver una y otra vez a los comienzos, al terreno cultivado, al hogar seguro. Los hombres pueden contar la vida como campesinos o contarla como marineros. Obsesionados con el horizonte, con la sensualidad de lo extraño y lo complejo. Hombres de mar seducidos por la incertidumbre, por conocer otros puertos, por ver qué se esconde detrás de esa línea perfecta al final del agua, qué puede ofrecerte ese destello que el destino apenas te ha mostrado, que incluso, no tenía por qué haber estado ahí.
De pie y vestidos de fiesta todos llorábamos. Emoción ajena y propia porque todos soñamos, alguna vez, ser marineros echados al mar, saber cómo hubiera sido esta vida nuestra de haber seguido navegando hacia el horizonte, si hubiésemos robado ese tesoro, dormido con aquella sirena, seguido a aquel lobo de mar. Sobre el improvisado escenario forrado de blanco, el marino que desoyó las voces de la cordura, contaba su historia con la voz algo temblorosa: “Dejé de ser marinero para convertirme en corsario y robar un tesoro...”. Al fondo del salón podía observarse un entrañable y algo cómico paisaje de lágrimas. Lágrimas que confirmaban, como diría León Felipe, que somos carne de todos los cuentos. Que algunos de ellos nos devuelven la mirada de los niños, rompen nuestras corazas y nos erizan la piel. Porque cada final feliz, cada punto y aparte inexacto e iridiscente de nuestro alrededor, es, un poco, la conquista de todos nosotros.
Mucha suerte chicos.
Y aquí, convertida por obra y gracia de la cursi que aquí firma, vuestra canción :b
Hold me close and hold me fast
The magic spell you cast
This is la vie en rose
When you kiss me heaven sighs
And tho I close my eyes
I see la vie en rose
When you press me to your heart
I'm in a world apart
A world where roses bloom
And when you speak...angels sing from above
Everyday words seem...to turn into love songs
Give your heart and soul to me
And life will always be
La vie en rose
The magic spell you cast
This is la vie en rose
When you kiss me heaven sighs
And tho I close my eyes
I see la vie en rose
When you press me to your heart
I'm in a world apart
A world where roses bloom
And when you speak...angels sing from above
Everyday words seem...to turn into love songs
Give your heart and soul to me
And life will always be
La vie en rose
lunes, 12 de diciembre de 2011
Vanidades, premios y bajíos
Mi compi y yo esta mañana después de un acto.
-Mariiii!! Que el jueves me dan un premio!!
-¿Por?
-Pues por el libro, el blog, las publicaciones, no sé... Me han dicho "por mi trayectoria".
-Ohhh...
-Aunque, oye, ahora que lo pienso, eso de "mi trayectoria" da como bajío. Con esas referencias y treinta y uno me voy a ir de cabeza al paro.
-Pues sí, quilla, tú no lo cuentes mucho.
Pero aquí estoy cascándolo. El jueves a las 12 en la Delegación del Gobierno de Cádiz recojo el reconocimiento Cádiz Joven del Instituto Andaluz de la Juventud. Debido a la malísima hora elegida y a que mis amigos/familia están más que dispersos me da a mí que mi parte del público va a estar como desierta pero, por si acaso, estáis todos invitados :)
-Mariiii!! Que el jueves me dan un premio!!
-¿Por?
-Pues por el libro, el blog, las publicaciones, no sé... Me han dicho "por mi trayectoria".
-Ohhh...
-Aunque, oye, ahora que lo pienso, eso de "mi trayectoria" da como bajío. Con esas referencias y treinta y uno me voy a ir de cabeza al paro.
-Pues sí, quilla, tú no lo cuentes mucho.
Pero aquí estoy cascándolo. El jueves a las 12 en la Delegación del Gobierno de Cádiz recojo el reconocimiento Cádiz Joven del Instituto Andaluz de la Juventud. Debido a la malísima hora elegida y a que mis amigos/familia están más que dispersos me da a mí que mi parte del público va a estar como desierta pero, por si acaso, estáis todos invitados :)
miércoles, 7 de diciembre de 2011
jueves, 1 de diciembre de 2011
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Melodía de la semana
-Últimamente me suelto el pelo algunas veces.
-Ya veo, Vila, ya veo. Te sienta bien.
-Es el rollo de romper los dogmas, ya sabes…
-Sí, sí… Estás así como radiante. Espera, quieta. Eso de ahí, ¿son dos canas?
-Sip.
-Vaaaaaya –el barbas abre mucho los ojos- Son como perfectas. Ahí, en todo el centro, tan solas... Me gustan.
-Me han propuesto hacer de cobaya. Me lo aclararían un poco, con unas mechas. ¿Crees que me sentarían bien? Lo del color es otro dogma, por romper, digo.
Se detiene en mitad de la calle para mirarme de nuevo con ese gesto gatuno que tanto le define.
-Espera… Sí, sí. Creo que te podría ir bien. Pero por favor, diles no te toquen esas dos canas por nada del mundo.
-Vale.
Y seguimos andando entre exultantes y serios, como si hubiéramos hablado de algo muy muy trascendente. Bueno, quizás sí.
martes, 29 de noviembre de 2011
Diccionario generacional
Fotoconvencerse: [Abrev. de foto- y -grafía y reflex del lat. convincĕre]. Dícese de cuando se quiere hacer creer -primero a uno mismo y luego a los demás- que se tiene la vida que se quiere y se es extraordinariamente feliz usando predominantemente el eco de las redes sociales. Para ello se utilizan diversos sistemas de publicación de contenidos y fotografías en internet como Facebook, Twitter, Flickr o similar. Estrechamente unido a la aparición de los dipositivos móviles portátiles o smarthphones, este verbo cobra especial relevancia en el grupo de edad entre los 30 y los 45 años con dos variantes principales: treintañeros solteros empeñados en demostrar que se lo están pasando muy muy bien con su vida loca y, su versión contraria y complementaria, treintañeros obsesionados con que nadie tenga dudas del orgullo que sienten por haber elegido el camino del matrimonio y/o la progenie.
Me encantaría decir que el término es mío pero no. Entre mis maravillosos amigos –la mayoría inconexos, por el mundo y entre sí- destaca con fulgor el genio de Vicnaranja, capaz de inventarse un nuevo término para el diccionario de mi generación en los brevísimos 20 minutos del desayuno.
viernes, 25 de noviembre de 2011
La lluvia y más cosas
Noviembre me trae una película que pocas veces quiero ver. Esta noche, además, he soñado que llovía, mucho. Que llovían todas las gotas saladas que yo sé que siguen dentro. Llovía y el agua me llegaba a la cintura, podía nadar dentro y no me asustaba. Llovía y no hacía frío. Podía ponerme a cubierto y, empapada, sentir mis pies bien secos. Quizás estoy perdiendo el miedo a dejarme llover.
Hoy llueve dentro pero fuera hace mucho sol.
Supongo que no está mal para empezar...
Hoy llueve dentro pero fuera hace mucho sol.
Supongo que no está mal para empezar...
jueves, 24 de noviembre de 2011
Príncipes, princesas y otros anfibios
Porque los cuentos no son malos sino que lo es la forma en la que nos los contaron, aclara el Chapa que hay dos formas básicas de encontrar un príncipe. Una es topárselo de repente y cuadrar el círculo. Es lo que llaman "Amor a Primera Vista". Suele ser frágil y sale en las películas. Suele ser, básicamente, una mentira. Cómida rápida sentimental cocinada a base de ensoñaciones, obligaciones sociales –más vale conformarse con éste que quedarse más sólo que la una- y acuerdos más o menos explícitos de separación de bienes –Lo siento… eras perfecto hasta que tu tarjeta falló, tu trabajo falló, tu espada se oxidó-.
La otra forma es más lenta y está contraindicada en casos de cobardía o pereza. Consiste en conocer una rana diferente a las demás, besarla y besarla. Caminar con ella y ella contigo, tropezar, caer, darse un par de golpes hasta que un día, sin darte cuenta, la mires y digas Dios mío, aquí está. Entonces la rana ya no es verde, o sólo lo es un poco, o sólo lo es de vez en cuando. Tampoco es viscosa. Aunque tiene sus momentos. Es un príncipe imperfecto –de hecho, muy pocas veces se pone la corona aunque, por supuesto, siempre lleva encima Besos de Amor Verdadero-. Es un anfibio en proceso de transfiguración dispuesto a sorprenderte. Un ser cambiante, flexible, que crece contigo y se moldea. Una criatura real –real porque sangra y real por la estirpe que todo príncipe debe tener- a la medida de una princesa como tú. Porque todo hay que decirlo… Una princesa acostumbrada a las caídas, a repintarse los labios tras los besos de mentirijilla. Una princesa de protocolos flexibles, forjada también a base de errores y meteduras de pata, con una piel que a veces se vuelve verde y unas piernas largas largas, entrenadas, ya se habrán dado cuenta, a base de saltar de charca en charca.
La maravillosa piedra-rana-príncipe es Irene Fenollar
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Ser líquidos
El poeta se acercó al maestro de yoga y le preguntó:
-¿Es cierto eso de que se acerca un gran cambio?
-¿Es que tú no notas nada?
El poeta se detuvo un segundo.
El poeta se detuvo un segundo.
-Pues… Sí, la verdad es que sí. Sí que tengo la sensación de que algo se mueve, de que yo me muevo, de que las cosas se transforman a mi alrededor.
martes, 22 de noviembre de 2011
Frases célebres
Luis B (Colgando el teléfono y levantándose con un grito de la mesa): ¿Cómo puede un profesor de instituto llamarle a esto "bicecentenario"? ¿Cómo puede? ¿Cóooomo puede?".
lunes, 21 de noviembre de 2011
Melodía de la semana
Para encontrar una sirena sólo hay que salir al mar...
Mermaid
So I said, man, pull her out of the water and then
Lay on hands and bind back her flippers and tail
Until international waters and there
We'll feel (uuh) all that's human inside of her
So she's chilly and slick
on her hips where the scales meet with skin
With the sickening flick of her tail
Circling her gills filled with cold salty water
And she thrashes and twirls (uuh)
aah the freezing fins flutter
But she's pretty, I think with her hair dark as ink.
And her belly, bone white.
and her lips of a slight seashell pink lightly part
And she's tonging the tubs rusty rim
As the salt (uuuh)
Of the water it flows out of it.
Oh farewells is to the land we knew well (?)
We'll never be touching again.
To fields where we rambled and ran.
Farewell to our wives and children.
Let's stand on the deck and lets watch
They're all disappearing.
And the days all float by and the days over waves
Under sky and the weeks slowly leak into years.
The last islands are all left behind
as we silently sail
Until late some dark night a wild wind starts to wail
And our map blows away and our compasses fail
And it's out on the lost boiling black water
where I see her float out
She's so thin and so pale.
I see her rise up.
she's so fast and so fair.
My hands knead and they press to a point in the air.
Then my mouth fills with a panicking prayer
My skull fills with more color than care.
Then my heart fills with love with too much love to bear.
And I know if I stay that she'll always be there
My hands soak in cold sand seaweed swam through her hair
Oooooh la la la la
Laaaaa la la la la
Okkervil River, 2011
Mermaid
So I said, man, pull her out of the water and then
Lay on hands and bind back her flippers and tail
Until international waters and there
We'll feel (uuh) all that's human inside of her
So she's chilly and slick
on her hips where the scales meet with skin
With the sickening flick of her tail
Circling her gills filled with cold salty water
And she thrashes and twirls (uuh)
aah the freezing fins flutter
But she's pretty, I think with her hair dark as ink.
And her belly, bone white.
and her lips of a slight seashell pink lightly part
And she's tonging the tubs rusty rim
As the salt (uuuh)
Of the water it flows out of it.
Oh farewells is to the land we knew well (?)
We'll never be touching again.
To fields where we rambled and ran.
Farewell to our wives and children.
Let's stand on the deck and lets watch
They're all disappearing.
And the days all float by and the days over waves
Under sky and the weeks slowly leak into years.
The last islands are all left behind
as we silently sail
Until late some dark night a wild wind starts to wail
And our map blows away and our compasses fail
And it's out on the lost boiling black water
where I see her float out
She's so thin and so pale.
I see her rise up.
she's so fast and so fair.
My hands knead and they press to a point in the air.
Then my mouth fills with a panicking prayer
My skull fills with more color than care.
Then my heart fills with love with too much love to bear.
And I know if I stay that she'll always be there
My hands soak in cold sand seaweed swam through her hair
Oooooh la la la la
Laaaaa la la la la
Okkervil River, 2011
jueves, 17 de noviembre de 2011
Por fin
-Salgo sobre las ocho. Te mando por mail dos opciones de restaurante y lo confirmamos por sms. Tengo que comprobar cuál está abierto. De todas formas, ambos estarán en Jerusalen Este...
Han tenido que pasar once años y muchas muchas cosas para que esta noche alguien muy especial me demuestre que podemos ser y tener lo que queramos, lo que soñamos.
Muchas ganas de verte, muchas.
martes, 15 de noviembre de 2011
De piedra
Durante las primeras noches, insomne, se preguntaba qué pasaría, se preguntaba cómo sería. Había tomado la decisión en un impulso. Antídoto contra el dolor, mecanismo de salvación brutal y definitivo. Luego, con los años, casi se olvidaría. Protegido bajo su nuevo estatus. Salvado de contusiones dolorosas y cambios bruscos de presión y temperatura. La sensación de seguridad era francamente indescriptible. La nueva entidad bajo su pecho alejaba los demonios de los otros. Impedía, incluso, reconocer los propios. A su alrededor los que lo sabían y los que no celebraban -siempre tan centrado, siempre tan sereno- su exquisita educación, su saber estar, su sosiego. La verdad es que ?a quién le importaba aquella noche de lágrimas en la que lo había decidido? Una de esas noches interminables que olvidamos cuando dejamos de ser niños. Una noche, un impulso, que le llevó a cambiar la vulnerable y problemática víscera bajo su pecho en un grueso y rugoso órgano de roca de apariencia invulnerable. Aprendió a no defraudarles y continuó correcto y en su sitio -siempre tan centrado, siempre tan sereno-. El estable hombre del corazón de piedra.
Sólo muchos años más tarde, cuando ya surcaban su piel profundas arrugas, un día que almorzaba rodeado de los extraños con los que había compartido su vida, se preguntaría cómo había sido. Cómo había logrado disimular lo poroso que era en realidad aquel elemento, cuán definitivas las marcas que en él se imprimían y, lo que era más importante, cómo hería estar condenado a tener el alma hecha de una de las materias más resistentes sobre la tierra.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Frases célebres
Sergio: "La gente se equivoca en una cosa: cuando alguien te da su confianza no te está dando un privilegio, sino una responsabilidad y hay que cuidarla".
viernes, 11 de noviembre de 2011
Cosas bonitas
11:00 Chat de Gmail
El amigo inconexo, anónimo y escondido que tengo. Despues de laaaaaaaaaarga charla en busca de sentido:
-En fin... En 11 minutos serán las 11:11 del 11-11-11
Asi que pide un deseo.
Mmmmmm [me concentro mucho mucho]
-Cómo mola :)
Once minutos más tarde:
-Rápido, concéntrate.
11:12
-Ya. Me ha encantadoooooooooooooo. Me he concentrado un montón, yo no sabía que podía concentrarme tanto...
-Pues yo no...
-Jajajajaja. ¿En serio? ¿Ni un poquito?
-Bueno, un poquito sí.... De todas formas hoy vale para todo el día... :b
Así que ya sabéis. A aplicarse.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Me gustan las cosas rojas
Si pinchas la foto, mola más. |
Roja, toda roja
Roja, toda roja vi siempre la vida;
como una inmensa hoguera
donde quemaba bien
mi pobre corazón, rojo también.
Todo rojo el camino,
todo rojo el sendero
a seguir
y el día a vivir.
Y rojo el mundo entero.
Rojo de amor.
Y de dolor y de horror...
En este vasto incendio
(brasa, flama, carbunclo),
que todo centelleante apareció
en esa luminaria,
¿qué habia de ser yo,
alma furtiva
y temeraria?
¿Qué habria de ser yo
sino una llama viva?
Del libro 'Sinfonía en rojo'
Elisabeth Mulder (1904-1987)
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Melodía de la semana
Es el primer día de frío, en muchos sentidos. Nos hacemos casi quinientos kilómetros juntos. “Fíjate bien, si tomas este desvío hacia Puerto Real te ahorras más de media hora. ¿Te estás fijando? Luego dices que no te atreves sola”. Desde hace años soy su segunda conductora aunque me haya sentado poco tras el volante. Nos hacemos una buena tirada de kilómetros. Lo he elegido yo. “Así vas entretenido, será como una excursión juntos”. Cruzamos Andalucía en busca de algo que no sabemos qué puede depararle. Tomamos un café en compañía. Es una visita relámpago. “Qué bien veros aquí”, nos dicen desde el otro lado del mapa. “Os tendríais que haber quedado a dormir”.
Tras el almuerzo tomamos café. Mientras juega al Pájaro Pollo con el pequeño rubiales, cansada después de una semana de poco sueño y muchas emociones, le miro despacio. Contemplo sus rizos cortos, las canas salpicadas en las sienes, las marcas de expresión. Está muy guapo. Hace ya un par de años que está muy guapo. Siempre lo fue por dentro, ahora también por fuera. En los últimos tiempos él –el duro, el seco, el inflexible- nos ha dado una lección de vida y yo decidí que quería aprenderla. Otra más. Aprender que nunca está todo dicho sobre nosotros mismos, que ninguna idea es tan importante como para llevarse nuestra vida, nuestra felicidad, con ella. Los ojos se me llenan de lágrimas pero nadie se da cuenta. “Bueno, ¿nos vamos? Vamos a llegar tardísimo a Cádiz”.
Por la carretera hago muchas fotos. “Estás enviciada Vila”. Él sabe que me gusta que me llamen así. Dejamos el paseo de palmeras atrás y la carretera, con el mar a un lado, nos acoge azul y llena de nubes. Juego a adivinar las formas. Un perro que se estira, un ratón. Alrededor, los verdes son más verdes, los colores, contrastados, revelan otra intensidad sobre las cosas. “Dios mío, ¿has visto qué día? Esto es precioso...” Él me sonríe. Me sabe intensa, le gusta y lo sé. Entonces todo estalla. Bueno, yo estallo. Emociones descorchadas por una carretera de colores formidables. Le cuento todo lo que he pensado mientras tomaba ese café. Los recuerdos que se me han agolpado en la cabeza.
Su cara redonda de quince años atrás, las tardes de domingo en mi casa, los viajes, los novios pencos del instituto, las carcajadas cómplices. Mi madre. Su amiga. Los momentos brutales, muchos felices, algunos terribles. El miedo, las dudas. "Mete en una mochila el bikini, una toalla y la muda y espérame abajo. En 15 minutos te recojo, vas a salir de esto, tranquila". Las fotos de cuando era un señor mayor. Conocer al minúsculo Javier por el cristal del quirófano de la clínica. Los atracones de Nochebuena. Aquella tarde de noviembre en la cala de Roche. Escribo ahora y los ojos se me llenan de lágrimas. Sentada en el coche empiezo a gemir y el pecho se agita. “Tengo mucha suerte de que formes parte de mi vida”.
Lloro y lloro y también río. Soy consciente, por primera vez, de que hemos crecido juntos. Nos hemos hecho mayores. Yo me he hecho mayor. Y estamos ahí con nuestras vidas abiertas sin saber qué será de nosotros, si podré seguirle al cine la mañana de los domingos, si volveremos a nuestro idilio telefónico. Con la vida inexacta, indeterminada, pero juntos. Con esa unión que no exige, que no tiene prisa, que no ansía, que sólo disfruta de disfrutar de quien has elegido, de quien te ha elegido. Espera a que me calme, me agarra la mano. En el coche suena el cedé fetiche de este año:"Te reirás pero esta canción tiene toda la razón. Es cuestión de feeling... Eso nos unió desde el principio y eso es lo que nos une", me dice muy serio. Sube la música. "Eso es lo que hay que buscar en el otro Fatima, el resto de cosas tienen arreglo, el feeling no puede dártelo cualquiera".
Tarareamos la canción mientras me sorbo los mocos. Rendirse a los consejos de Mina ha sido la lección de hoy pero sé que habrá muchas otras. Con él he aprendido lo que es tener palabra, palabra callada, palabra sin golpes de pecho, sin promesas, tener palabra a secas. He aprendido como llorar en los nacimientos y reír en las misas de difuntos. A ser honesto, a ser cascarrabias, a escaparse a la francesa sabiendo que nadie se enfada. He aprendido cómo quiere alguien que quiere incondicionalmente. Que nunca estamos hechos del todo, que puede llegar alguien muy especial que merezca darle la vuelta a tu cabeza, abrir tu escafandra, dejar que entre el agua, los peces, las sirenas. Alguien con quien tengas feeling y que te enseñe que bajo tu piel hay una versión mucho mejor de ti mismo. Contemplo ahora la versión mejorada de este hombre guapo en el que se ha convertido y vuelvo a dar las gracias. A cada persona, a cada cosa, que nos ha empujado a estar en este momento, en este coche, preguntándonos adónde nos llevaran los caprichos del destino. Y cómo nos organizaremos para vernos.
Sí, sé que una primera escucha causa estupor pero... a LI, EV y a mí nos encantaaaaaaaaaaaa
Frases célebres
The Rivers: "Dios mío Fátima, acabo de plantearme con cuánta gente me he acostado que no sabe lo que significa Alter Ego. Y lo que es peor: me he planteado con cuánta gente me he acostado que no ha escuchado Guns & Roses".
martes, 8 de noviembre de 2011
Cosas que no deberían estar pasando
En el Corte Inglés están ya colocando la decoración navideña. Buff...
lunes, 7 de noviembre de 2011
Zombies Party II
-Hola, ¿Qué haces?
-Estoy cenando...
-Ah, vale. Yo pongo el edredón, bueno, pongo el segundo edredón. Oye, ¿qué es eso que se oye?
-Walking Dead, estoy viendo Walking Dead.
-Ahhh... ¿Y no te da miedo?
-No, en la tele ponen el debate y eso sí que me da miedo.
-Estoy cenando...
-Ah, vale. Yo pongo el edredón, bueno, pongo el segundo edredón. Oye, ¿qué es eso que se oye?
-Walking Dead, estoy viendo Walking Dead.
-Ahhh... ¿Y no te da miedo?
-No, en la tele ponen el debate y eso sí que me da miedo.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Zombies Party
Música ambiente. BSO Películas de terror. Todos los nuevos sabores del concurso Lays. Y Cruzcampo, mucha Cruzcampo.
-A ver este juego me parece un poco sexista. "Tipo duro", "Pistolero", "Niña"... Hasta ahí bien pero... ¿"Rubia cachonda"?
-Mujer... es una traducción de internet... En realidad podría ser "Rubia buenorra"...
-A ver este juego me parece un poco sexista. "Tipo duro", "Pistolero", "Niña"... Hasta ahí bien pero... ¿"Rubia cachonda"?
-Mujer... es una traducción de internet... En realidad podría ser "Rubia buenorra"...
Como es el anfitrión, se ha currado toda la tarde recortando y pegando fichas y ha convertido su casa en una especie de parque temático zombie, me callo.
-Ah... Vale...
Una hora de lectura de instrucciones. Voz engolada por delante.
-Un momento. ¿Por qué si la Rubia Cachonda está en uno de los territorios se aumenta el número de zombies del ataque?
Todos me miran con cara de estupefacción. Una de las rubias de la reunión, que a la calladita se convierte en mi cómplice para escapar de este holocausto caníval de los muertos vivientes, me lanza una mirada de ternura.
-Pues porque la rubia grita más...
Todos asienten con gesto de Menudapreguntatonta.
-Pues por esto sí que no paso... -Gruño con la boca llena de patatas sabor Gambas al ajillo.
El juego continúa y para orgullo de mi género ganamos mi rubia, el anfitrión y yo. Todos rescatados por un helicóptero que, no sabemos si por sincronización musical del dueño de la casa -le sospecho capaz de todo- puede oírse también en la musiquilla que circunda alrededor.
-¿Te ha gustado? Al final, te has salvado...
-Pues sí, la suerte de la novata...
¿Para qué me engaño? Aquí no soy la novata. Soy la morena torpe que hace demasiadas preguntas, que se cae en las persecuciones, por la que casi se cargan a los protagonistas un par de veces y sobre la que al final de la película todos se preguntan: "Ya le vale al guionista, deja morir al héroe cachas y salvar a la petarda ésta".
Después de esta sesión intensiva y sabiendo lo novelera que soy sé que voy a mirar la vida aplicándole esta suerte de estructuralismo zombie. Me queda, mínimo, una semanita de introspección. Espérate que llegue a la oficina...
viernes, 4 de noviembre de 2011
Monkey Week, ejercicio de supervivencia
JM Grimaldi |
jueves, 3 de noviembre de 2011
Melodía de la semana
Bajo la esfera de cristal todo es perfecto. Los copos caen suavemente, no duelen, no hace frío. La bailarina los siente caer sobre sus delgados hombros de resina. Al otro lado, la miran los ojos absortos de una niña. Cuando la última mota blanca se posa sobre el manto verde de pintura acrílica, la pequeña toma otra vez la esfera con las manos, la agita, la posa de nuevo sobre la mesa. Vuelve a nevar sobre los delicados hombros de la figura. Empieza y acaba el ciclo y todo continúa perfecto.
La bailarina no sabe, porque nadie se lo ha dicho, que su mundo es extraordinariamente frágil. Que su sistema depende de un golpe, de un movimiento brusco. La bailarina no sabe de su jaula de cristal, no sabe de su cárcel sin sonido. No sabe que fuera del agua hay un mundo donde el sol refresca, la nieve arde y la piel duele a veces, aunque a veces, también, se eriza. Mientras los copos se asientan lentamente, la bailarina cree, porque nadie se lo ha dicho, que eso que se repite sin dolor pero también sin delicia, se parece a lo que al otro lado del cristal llaman vida.
lunes, 31 de octubre de 2011
Versos
...Tal vez Satán puso en vos
su vista fascinadora,
su palabra seductora
y el amor que negó a Dios.
su vista fascinadora,
su palabra seductora
y el amor que negó a Dios.
¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,
sino caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?...
J. Z.
Contaminación sentimental o maneras de perder (tontamente)
El otro día vi una peli sobre cartas que se confundían. Me explico: una adolescente enamorada le escribía cartas al guapete del pueblo y éste creía que se las escribía una cuarentona rubia y monísima que era algo así como la protagonista (es que era una comedia coral). Resultado: Guapete y cuarentona vivían un idilio sexualmente gratificante pero vacío de contenido que finalizaba diez minutos antes de terminar la película. Porque era en esos diez minutos que la cuarentona se enteraba -accidentalmente, claro- que a su vez no leyó veinte años antes la carta que un guaperas de su quinta le escribió declarándole su amor eterno y, lo que es prácticamente lo mismo, sus ganas de establecer una residencia juntos en NY. Ciudad donde el guaperas se pasó las dos siguientes décadas más solo que la una porque no tuvo mejor idea que meter la dichosa y transcendental cartita en una especie de pestaña falsa adosada a una postal que la cuarentona -que entonces tenía veintitantos- naturalmente no vio. En realidad no sé si me he explicado demasiado bien. En realidad quiero decir que el otro día -mediodía en casa de mi postiza tía Mari, más precisamente- me tragué una película sobre gente que pierde el tiempo. Toda la película iba, básicamente, de eso. Junto a estas historias principales danzaban otras de similar cuño, todas entroncadas con cartas que no se recibían y que puteaban profundamente las vidas de emisor y receptor para regocijo del guionista sádico que creyó que era un buen argumento para arrancar la lágrima fácil y engatusar al público con la esperanza falsa de que Siempre hay una segunda oportunidad.
Así que me he dado cuenta de que el otro día vi una peli sobre confusiones que hacían a la gente perder el bien más preciado que tenemos sobre esta puñetera vida: el tiempo. El que no vuelve, ni se compra, ni se vende, aunque haya quien lo intente (uy, rima y todo :b). Mientras me tragaba la edulcorada historia me fui poniendo progresivamente de mala leche. Y no porque fuera tonta y estuviera mal interpretada, que eso al mediodía y con la oferta disponible hasta se aguanta, sino porque caí en la cuenta de cómo estos guionistas de espíritu perverso terminan filtrando sus terribles historias en el paisaje de nuestras vidas. De nuestras vidas de verdad, donde el tiempo no vuelve a comenzar desde cero si reactivamos la pista, si le damos al REW - FF para pasar los malos ratos-. Mi exex me contó una vez que un jefe suyo llevó a su mujer a hacer el mismo viaje con el que Richard Gere agasajara a la Princesa Vivian para ver La Traviata y un amigo -adoradísimo pero brutísimo- por poco quema su casa por llenarla de velas para pedirle matrimonio a su mujer a pesar de que llevaban por entonces viviendo juntos como cuatro años. Somos pasto de propaganda sentimental de Hollywood y yo la primera. Mea culpa. Pero una cosa está en malgastar nuestros euros -entonces pesetas- en un viaje relámpago a NY para tratar a nuestra mujer como a una prostituta (no podía evitar el chiste) o consumir el oxígeno de un piso para echar un polvete original imaginando que nos custodia una chimenea crepitante, y otra muy distinta jugar con el tiempo. Esto es, con la vida. Que es una, grande y no tan libre como nos enseñaron. El romanticismo cultural -el de los suicidas de los paisajes brumosos primeros y el de Pretty Woman después- es delicioso si no tenemos tiempo o ingenio para inventarnos declaraciones de amor originales y resultar epatantes -Ya van por tres los que me cuentan que hicieron el numerito de las cartulinas del penoso amigo de Love Actually- pero, señores, tengamos cuidado. Que por ahora las pruebas de reencarnación no son muy sólidas y es posible que ciertas oportunidades, ciertos minutos, segundos, horas de la vida de uno, no se vuelvan a repetir.
-Vaya tía, ¿sabes qué? Siempre he pensado que R tuvo que sufrir mucho cuando le dejaste. Sé que él era un vaina que no esforzaba y que se lo buscó un poco pero, penco y todo, te quería mucho.
-Sí, lo sé. Aún me mira con ojos tiernos cuando me encuentro con él y con su nueva familia.
-Oh... ¿Ves? La verdad es que, no sé, podría haber luchado un poco, ¿no? Te dejó ir con mucha facilidad y teníais una relación bonita a pesar de todo.
-Ya... Además creo que con él hubiera sido feliz.
-¿Ves? Si hubiera sido un poco más luchador, no sé...
-Bueno, en realidad no fue exactamente así.
-¿Cómo?
-Lo de que no lo intentara... ¿No te he contado lo del cedé?
-¿Qué cedé?
-Me escribió una carta, bueno un mensaje, bueno, varios. Los metió en un cedé que él me había regalado y en varios libros.
-¿Qué dices? No me habías dicho nada...
-No, porque las encontré como dos años más tarde. Ya cada uno teníamos nuestra vida.
-No me jodas.
Pues eso. Este podría ser el argumento de una película pero no, lo que lo hace terriblemente más dramático. Entendiendo y todo el momento de subidón barroco que le debió dar a él para hacerse semejante paja mental Sí encuentra mis cartas será porque está escrito en el destino, ¿podéis imaginar una forma más idiota de perder el tiempo? ¿Y un final más triste? Yo no.
Así que me he dado cuenta de que el otro día vi una peli sobre confusiones que hacían a la gente perder el bien más preciado que tenemos sobre esta puñetera vida: el tiempo. El que no vuelve, ni se compra, ni se vende, aunque haya quien lo intente (uy, rima y todo :b). Mientras me tragaba la edulcorada historia me fui poniendo progresivamente de mala leche. Y no porque fuera tonta y estuviera mal interpretada, que eso al mediodía y con la oferta disponible hasta se aguanta, sino porque caí en la cuenta de cómo estos guionistas de espíritu perverso terminan filtrando sus terribles historias en el paisaje de nuestras vidas. De nuestras vidas de verdad, donde el tiempo no vuelve a comenzar desde cero si reactivamos la pista, si le damos al REW - FF para pasar los malos ratos-. Mi exex me contó una vez que un jefe suyo llevó a su mujer a hacer el mismo viaje con el que Richard Gere agasajara a la Princesa Vivian para ver La Traviata y un amigo -adoradísimo pero brutísimo- por poco quema su casa por llenarla de velas para pedirle matrimonio a su mujer a pesar de que llevaban por entonces viviendo juntos como cuatro años. Somos pasto de propaganda sentimental de Hollywood y yo la primera. Mea culpa. Pero una cosa está en malgastar nuestros euros -entonces pesetas- en un viaje relámpago a NY para tratar a nuestra mujer como a una prostituta (no podía evitar el chiste) o consumir el oxígeno de un piso para echar un polvete original imaginando que nos custodia una chimenea crepitante, y otra muy distinta jugar con el tiempo. Esto es, con la vida. Que es una, grande y no tan libre como nos enseñaron. El romanticismo cultural -el de los suicidas de los paisajes brumosos primeros y el de Pretty Woman después- es delicioso si no tenemos tiempo o ingenio para inventarnos declaraciones de amor originales y resultar epatantes -Ya van por tres los que me cuentan que hicieron el numerito de las cartulinas del penoso amigo de Love Actually- pero, señores, tengamos cuidado. Que por ahora las pruebas de reencarnación no son muy sólidas y es posible que ciertas oportunidades, ciertos minutos, segundos, horas de la vida de uno, no se vuelvan a repetir.
-Vaya tía, ¿sabes qué? Siempre he pensado que R tuvo que sufrir mucho cuando le dejaste. Sé que él era un vaina que no esforzaba y que se lo buscó un poco pero, penco y todo, te quería mucho.
-Sí, lo sé. Aún me mira con ojos tiernos cuando me encuentro con él y con su nueva familia.
-Oh... ¿Ves? La verdad es que, no sé, podría haber luchado un poco, ¿no? Te dejó ir con mucha facilidad y teníais una relación bonita a pesar de todo.
-Ya... Además creo que con él hubiera sido feliz.
-¿Ves? Si hubiera sido un poco más luchador, no sé...
-Bueno, en realidad no fue exactamente así.
-¿Cómo?
-Lo de que no lo intentara... ¿No te he contado lo del cedé?
-¿Qué cedé?
-Me escribió una carta, bueno un mensaje, bueno, varios. Los metió en un cedé que él me había regalado y en varios libros.
-¿Qué dices? No me habías dicho nada...
-No, porque las encontré como dos años más tarde. Ya cada uno teníamos nuestra vida.
-No me jodas.
Pues eso. Este podría ser el argumento de una película pero no, lo que lo hace terriblemente más dramático. Entendiendo y todo el momento de subidón barroco que le debió dar a él para hacerse semejante paja mental Sí encuentra mis cartas será porque está escrito en el destino, ¿podéis imaginar una forma más idiota de perder el tiempo? ¿Y un final más triste? Yo no.
viernes, 28 de octubre de 2011
Morriña
Dice el Chapa que hay cosas que no caben en las estructuras que nos da el lenguaje.
¿Cómo vas a definir lo que es el amor? ¿O el miedo? ¿O hasta el frio? Si cada amor, cada miedo, cada frío es distinto. Una no nació con la suerte de tener varias lenguas maternas pero sí que se acercó mucho a algunas. Tanto como para que al oírlas se despierten cosas que tampoco las letras y los fonemas pueden explicar con exactitud. Hay idiomas que despiertan caricias, o arañazos. Que te hacen sentir una diva o te descomponen el cuerpo con los recuerdos de una entrevista de trabajo. Hay idiomas con los que has crecido, que entiendes aunque no sean tuyos. Bueno, porque son un poco tuyos... La lingüística tiene algo de matemática y algo de magia por eso es la única ciencia –abstenerse a cuestionarlo- que medio entiendo.
¿Cómo vas a definir lo que es el amor? ¿O el miedo? ¿O hasta el frio? Si cada amor, cada miedo, cada frío es distinto. Una no nació con la suerte de tener varias lenguas maternas pero sí que se acercó mucho a algunas. Tanto como para que al oírlas se despierten cosas que tampoco las letras y los fonemas pueden explicar con exactitud. Hay idiomas que despiertan caricias, o arañazos. Que te hacen sentir una diva o te descomponen el cuerpo con los recuerdos de una entrevista de trabajo. Hay idiomas con los que has crecido, que entiendes aunque no sean tuyos. Bueno, porque son un poco tuyos... La lingüística tiene algo de matemática y algo de magia por eso es la única ciencia –abstenerse a cuestionarlo- que medio entiendo.
Hay sensaciones imposibles de meter en un molde pero también hay palabras pequeñas y gigantes que se acercan mucho a ellas.
Lo importante es parecerlo
LA ASESORA FISCAL: Fátima, ¿sabes por qué te llamo?
UNA SERVIDORA: Sí.
LA ASESORA FISCAL: ¿Ya te lo han ingresado?
UNA SERVIDORA: Sí.
LA ASESORA FISCAL: Lo imaginaba… Me metí el lunes en la web de la Agencia Tributaria y lo vi. Bueno, pues ya sabes, no te lo gastes todo de un tirón…
UNA SERVIDORA: No, claro que no.
UNA SERVIDORA (PARA SUS ADRENTROS): Anda que no…
jueves, 27 de octubre de 2011
Soluciones
A María se le salió el corazón por la boca y decidió entonces que era un poco absurdo volver a comérselo. Nunca le habían gustado las vísceras y mucho menos las propias. Sabían más amargas de la cuenta y además tenían largas y pesadas digestiones. Con el corazón en la mano, buscó un recipiente adecuado donde transportarlo. No valían los cestos, porque la sangre se filtraba, con el dramatismo medieval del gota a gota. No valían las bolsas de tela que tenían el mismo problema. Tampoco las urnas con su tufo fúnebre, ni las fiambreras propias de las sobras del domingo ni, por supuesto, ningún recipiente de madera. Desechó las bolsas de plástico por vulgares y las peceras por transparentes. No estaba ella como para andar por el mundo enseñando a todos la íntima mecánica de sus sentimientos. Anduvo con el corazón desnudo unos días –a punto de congelársele de frío y de llenarse de polvo- hasta que se topó por accidente con una olvidada caja de lata. Una de esas cajas gastadas que algún día contuvieron dulce de membrillo. Sacó las fotos viejas de dentro –no hay nada peor que encerrar un corazón entre recuerdos- y depositó el ensangrentado órgano con muchísimo cuidado.
Desde entonces, de vez en cuando, se siente un poco vacía cuando se lleva la mano al pecho. Entonces abre la lata estampada de claveles y lo contempla ensimismada. Se siente tentada, alguna vez, con volver a comérselo. En esos casos lo lame con delicia y lo saborea. Paladear metal dulce y salado. Es un rito casi materno que al corazón le agrada porque tiembla con regusto. Como bebé después de la ducha, se siente limpio y agradecido. Con esta nueva fórmula no echa de menos el calor de un cuerpo y, lejos de bilis, decepciones, mordidas, lágrimas y otras digestiones problemáticas; se siente victoriosamente entero.
Desde entonces, de vez en cuando, se siente un poco vacía cuando se lleva la mano al pecho. Entonces abre la lata estampada de claveles y lo contempla ensimismada. Se siente tentada, alguna vez, con volver a comérselo. En esos casos lo lame con delicia y lo saborea. Paladear metal dulce y salado. Es un rito casi materno que al corazón le agrada porque tiembla con regusto. Como bebé después de la ducha, se siente limpio y agradecido. Con esta nueva fórmula no echa de menos el calor de un cuerpo y, lejos de bilis, decepciones, mordidas, lágrimas y otras digestiones problemáticas; se siente victoriosamente entero.
martes, 25 de octubre de 2011
Una estrella en la biblioteca
Que después de meses haya quien se acerque a la estrella y la acoja, le dé un sitio en su galaxia y además quiera compartirlo, es un verdadero honor y un gustazo. Os paso la entrevista que Raúl Rubio ha publicado en La Biblioteca Imaginaria sobre La Estrella Invitada. No tiene enlace directo así que hay que buscar en la web hasta la fecha 20/10/2011 9:24:10, sección Conversaciones en Diferido en el menú. También hay una reseña!!!!!!!
Desde aquí, la estrella y yo reiteramos nuestro agradecimiento :)
bsotes
lunes, 24 de octubre de 2011
Melodía de la semana
Dos amigas que se dan la mano pero no como en la canción cursi, sino en un bus de regreso, con nuevas patas de gallo y ampollas en los pies. Cosas que han cambiado en un puñado de días. Llevamos un mapa pero no cogemos atajos, porque ya no hay ganas de hacer el tonto. Llegar a casa y que te acoja, que te abracen las paredes y hasta la nevera famélica, como siempre. Saber que nos movemos en frecuencias, que somos como una vez me dijeron, líneas que se unen en el infinito. Elegir las que quieres ahora a tu lado, despedir a las que se quedan en el camino. Dejarles la puerta abierta porque sin esa rendija ella y yo no nos daríamos la mano en este autobús. Porque todos hacemos el tonto, porque a todos alguna vez nos arrastra la rabia, la euforia, el miedo, el sentimiento. Hacer maraña con los tuyos. Crear nudos, hacerlos y deshacerlos, creciendo con ellos. Encontrar centros en espacios, con personas, que tal vez no vuelvas a ver nunca. “¿Te das cuenta? Es el destino. Ni siquiera tenías que haber estado este fin de semana aquí”. Sin prisa, sin creerse demasiado fuerte. Pasar por la vida, por la tuya y por la de los demás, estando presente -Vaya, creo que por fin lo he entendido-. Viéndote y viéndoles. Identificando los disfraces y los atajos, los tuyos, los suyos. Sintiendo un poco de lástima por la última hora de conexión. Esta vez elijo tomar el camino largo, he dejado de huir y no ha sido tan grave. Le he dado la vuelta a mi piel para descubrirme de nuevo: las cosas que soy capaz de hacer, o de no hacer. Buscar un centro de gravedad permanente, flotar. Y disfrutar flotando.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Frases célebres
Sonia: "No es por nada Fátima pero me he dado cuenta que a los católicos les huele muy fuerte el zudor".
(la "z" es intencionada)
viernes, 14 de octubre de 2011
Esoterismo en la consulta
-A ver, mira hacia mí. Vaya... Puedo ver que has estado atravesando una etapa de muchos nervios, mucha tensión. ¿Sigues así? No, ¿verdad? Pero has estado muy tensa, ya veo que sí, han sido años... Puede verse aquí y aquí. También has tenido una época en la que has dormido mal. ¿Estás mejor ahora? Vale. Te has desgastado mucho. En general esto tiene muy buena pinta, se ve que la tensión ha roto esta zona del cuello y separado la corona... pero también se ve que ha parado.
Yo no contesto porque tengo la boca abierta. Y no es porque este señor, que por año está más amable y cariñoso -¿Desde cuándo te conozco? ¡Desde los once!-, me tenga sorprendida con su capacidad de adivinación y sus profecías. No es porque las cartas de tarot me hablen del pellejazo con el que perdí la flexibilidad cervical y la inocencia, ni con los sueños de princesa convertidos en pesadillas. No, este señor no es mago, ni echa las cartas, sino que me tiene tumbada en una silla articulada con varios espejos metidos en la boca. Yo no contesto porque estaría feo eso de escupirle el tragababas y los enseres para explicarle mi vida.
-Esto está estupendo, sigues sin una caries y tus encías continuan perfectas. Qué alegría que me da verte hecha una mujer.
Cuando salgo de la consulta, mientras me paseo la lengua por el dolorcillo delicioso que te dejan después de la limpieza, caigo en la cuenta de que su diagnóstico tiene un punto místico que me alucina. Podemos ponernos las máscaras que queramos pero es complicado engañar a cierta gente. Podemos creer que vamos dando el pego por el mundo pero, al final, no puedes mentir a tu dentista.
Yo no contesto porque tengo la boca abierta. Y no es porque este señor, que por año está más amable y cariñoso -¿Desde cuándo te conozco? ¡Desde los once!-, me tenga sorprendida con su capacidad de adivinación y sus profecías. No es porque las cartas de tarot me hablen del pellejazo con el que perdí la flexibilidad cervical y la inocencia, ni con los sueños de princesa convertidos en pesadillas. No, este señor no es mago, ni echa las cartas, sino que me tiene tumbada en una silla articulada con varios espejos metidos en la boca. Yo no contesto porque estaría feo eso de escupirle el tragababas y los enseres para explicarle mi vida.
-Esto está estupendo, sigues sin una caries y tus encías continuan perfectas. Qué alegría que me da verte hecha una mujer.
Cuando salgo de la consulta, mientras me paseo la lengua por el dolorcillo delicioso que te dejan después de la limpieza, caigo en la cuenta de que su diagnóstico tiene un punto místico que me alucina. Podemos ponernos las máscaras que queramos pero es complicado engañar a cierta gente. Podemos creer que vamos dando el pego por el mundo pero, al final, no puedes mentir a tu dentista.
lunes, 10 de octubre de 2011
domingo, 9 de octubre de 2011
Frases célebres
Evelio: "Los lunes hay que cotillear bien las nuevas amistades que se crean en Facebook. Son la caza del sábado...".
jueves, 6 de octubre de 2011
Melodía de la semana
No sé cómo entraron. Podía notarlas, en cada movimiento.
En mi cuello de un lado a otro, en la cara interna de mis rodillas, de mis codos. Justo en ese sitio donde la piel es casi transparente. Justo en ese sitio. Entre los dedos. De las manos, de los pies. ¿Cómo que te gustan las cosquillas en las manos? Sí, por favor, házmelas justo ahí. ¿Ves? Es la misma piel. Podía notarlas mientras andaba hacia ninguna parte porque el destino no tenía, creo, especial importancia. Las notaba en el agua, donde no se perciben las caricias porque estás sumergida en una caricia, inmensa y tibia. Bajo el agua todo pasa más despacio, se distorsiona el tacto y el sonido. Sentía cierta paz.
Me duele mucho, decía muy bajito. Le hablaba a alguien, a alguna persona que no recuerdo porque la compañía no tenía, creo, especial importancia. Levantaba mi mano y, respirando muy hondo, apretaba los puños. Veía salir una punta de plata, escondida y muy callada entre las brevísimas arrugas de los nudillos. Conseguía atraparla con la uña y tirar de ella suavemente. El acero no se rompe, no hace falta que lo hagas tan despacio. Ese alguien que me observaba me hablaba. Miraba fascinada cómo salía y me entregaba al alivio. La piel se me ha erizado y siento un leve cosquilleo en las costillas. Me doy cuenta de que el alivio es una forma de placer. Un levísimo éxtasis tras el dolor, un instante inquietante. Seguía caminando, creo, porque lo que hacía no tenía especial importancia. Paraba un segundo. Volvía el dolor. Paraba y sacaba otra. Y otra. Y otra más. Entre los pliegues del codo, en un lugar inverosímil detrás de la oreja, en los tobillos. Las ponía todas en la palma de mi mano. Metálicas, finas, frías, brillantes. Sentía un delicioso y plácido alivio.
En mi cuello de un lado a otro, en la cara interna de mis rodillas, de mis codos. Justo en ese sitio donde la piel es casi transparente. Justo en ese sitio. Entre los dedos. De las manos, de los pies. ¿Cómo que te gustan las cosquillas en las manos? Sí, por favor, házmelas justo ahí. ¿Ves? Es la misma piel. Podía notarlas mientras andaba hacia ninguna parte porque el destino no tenía, creo, especial importancia. Las notaba en el agua, donde no se perciben las caricias porque estás sumergida en una caricia, inmensa y tibia. Bajo el agua todo pasa más despacio, se distorsiona el tacto y el sonido. Sentía cierta paz.
Me duele mucho, decía muy bajito. Le hablaba a alguien, a alguna persona que no recuerdo porque la compañía no tenía, creo, especial importancia. Levantaba mi mano y, respirando muy hondo, apretaba los puños. Veía salir una punta de plata, escondida y muy callada entre las brevísimas arrugas de los nudillos. Conseguía atraparla con la uña y tirar de ella suavemente. El acero no se rompe, no hace falta que lo hagas tan despacio. Ese alguien que me observaba me hablaba. Miraba fascinada cómo salía y me entregaba al alivio. La piel se me ha erizado y siento un leve cosquilleo en las costillas. Me doy cuenta de que el alivio es una forma de placer. Un levísimo éxtasis tras el dolor, un instante inquietante. Seguía caminando, creo, porque lo que hacía no tenía especial importancia. Paraba un segundo. Volvía el dolor. Paraba y sacaba otra. Y otra. Y otra más. Entre los pliegues del codo, en un lugar inverosímil detrás de la oreja, en los tobillos. Las ponía todas en la palma de mi mano. Metálicas, finas, frías, brillantes. Sentía un delicioso y plácido alivio.
No sé cómo entraron.
Soñé que sacaba de mi piel finísimas agujas. No salía ni una gota de sangre.
Mi vida bajo el agua
Te espero en la esquina tomando café
Ingle depilada, negro corsé
Fin de verano y no sé porque
La brisa susurra que viene es
los acaban por ser
caprichos que el viento volvió a deshacer
Son pequeños dolores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
y aun no le quise el me quiso a mi
hicimos un año precioso rubí
enloquecí por salvar ese amor
pero el barco hacia aguas y el barco se hundió
creí que moría en la profundidad
y de sorpresa aprendí a bucear
son pequeños dolores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
son pequeños dolores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
puntas de alfiler
puntas de alfiler
metamorfosis no sentí dolor
creció una cola y de distinto color
ahora quien muere por oírme cantar
pero al que yo espero me hace esperar
la tarde ha caído y le veo llegar
pero decide nadar
son pequeños colores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
poco amor necesita
pera esquivar la marea al atardecer
mi pequeña odisea no tendrá quien la lea
que se le va a hacer
son pequeños dolores
entre pálidas flores de punta de alfiler
puntas de alfiler
puntas de alfiler
Ingle depilada, negro corsé
Fin de verano y no sé porque
La brisa susurra que viene es
los acaban por ser
caprichos que el viento volvió a deshacer
Son pequeños dolores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
y aun no le quise el me quiso a mi
hicimos un año precioso rubí
enloquecí por salvar ese amor
pero el barco hacia aguas y el barco se hundió
creí que moría en la profundidad
y de sorpresa aprendí a bucear
son pequeños dolores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
son pequeños dolores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
puntas de alfiler
puntas de alfiler
metamorfosis no sentí dolor
creció una cola y de distinto color
ahora quien muere por oírme cantar
pero al que yo espero me hace esperar
la tarde ha caído y le veo llegar
pero decide nadar
son pequeños colores
entre pálidas flores de puntas de alfiler
poco amor necesita
pera esquivar la marea al atardecer
mi pequeña odisea no tendrá quien la lea
que se le va a hacer
son pequeños dolores
entre pálidas flores de punta de alfiler
puntas de alfiler
puntas de alfiler
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