Me estoy preparando un cola cao. Muy cerca, Inés pasa la fregona y agita un cubo que huele a lejía.
-Vaya, estoy helada, encima han puesto el aire a 20 grados. Ni que estuviéramos en agosto!!
Inés me mira con ojos tiernos, aunque yo aún no sé por qué.
-Vamos que ya yo me he puesto las medias bajo los pantalones. Cinco grados... -prosigo.
-Ya, además tú con la barriga...
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
-¿Qué barriga? Si yo no estoy mala de la barriga- Apunte: No estoy mala, esta vez.
-La tuya, mujer, el embarazo. Yo tenía muchos cambios de temperatura con los embarazos.
-¿Qué embarazo?
-¡El tuyo!
Lo peor es que me paro en seco y la cabeza me da una vuelta que cualquiera podría identificar con una duda.
-Yo no estoy embarazada Inés. Por dios, para nada...
-¿Seguro?
-Claro que es seguro.
-Pues alguien me lo ha dicho a mí. ¿No te hizo una broma Emilio el otro día?
-¿A mí? Noooo.
Ambas nos reímos. El microondas hace tilín, saco la taza y me dirijo de nuevo a mi mesa.
-Inés.
-Dime.
-¿No me dirás todo esto porque tengo mala cara?
-No mujer...
Pero me voy a mi mesa, engancho el khöl, la barra de labios y el corrector de ojeras y diez minutos después soy otra. Decidido, mañana me levanto más temprano.
-Vaya, estoy helada, encima han puesto el aire a 20 grados. Ni que estuviéramos en agosto!!
Inés me mira con ojos tiernos, aunque yo aún no sé por qué.
-Vamos que ya yo me he puesto las medias bajo los pantalones. Cinco grados... -prosigo.
-Ya, además tú con la barriga...
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
-¿Qué barriga? Si yo no estoy mala de la barriga- Apunte: No estoy mala, esta vez.
-La tuya, mujer, el embarazo. Yo tenía muchos cambios de temperatura con los embarazos.
-¿Qué embarazo?
-¡El tuyo!
Lo peor es que me paro en seco y la cabeza me da una vuelta que cualquiera podría identificar con una duda.
-Yo no estoy embarazada Inés. Por dios, para nada...
-¿Seguro?
-Claro que es seguro.
-Pues alguien me lo ha dicho a mí. ¿No te hizo una broma Emilio el otro día?
-¿A mí? Noooo.
Ambas nos reímos. El microondas hace tilín, saco la taza y me dirijo de nuevo a mi mesa.
-Inés.
-Dime.
-¿No me dirás todo esto porque tengo mala cara?
-No mujer...
Pero me voy a mi mesa, engancho el khöl, la barra de labios y el corrector de ojeras y diez minutos después soy otra. Decidido, mañana me levanto más temprano.
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