-Pasa, ¿quieres un té?
-Venga sí.
-¡Qué guapo! Me encanta tu jersey...
-Sí, es el uniforme del frío.
-Yo también me lo he puesto, ¿has visto? Voy forrada... Ahora, que tengo una pinta de bollera que te mueres.
Silencio.
-¿Qué?
-Fátima, no puedo decirte nada. No puedo negar la evidencia.
8-{
-Venga sí.
-¡Qué guapo! Me encanta tu jersey...
-Sí, es el uniforme del frío.
-Yo también me lo he puesto, ¿has visto? Voy forrada... Ahora, que tengo una pinta de bollera que te mueres.
Silencio.
-¿Qué?
-Fátima, no puedo decirte nada. No puedo negar la evidencia.
8-{
6 comentarios:
Bueno, hoy he soñado que le sobaba las tetas a una tía. Vamos bien en nuestro camino al bollerismo, como planeábamos.
ohhh... la frase la frase!!!
AÚN A RIESGO DE TERMINAR HACIÉNDONOS BOLLERAS, HA LLEGADO EL MOMENTO DE REFORZARNOS MUTUAMENTE LA AUTOESTIMA.
Sabes??? Me encantas como hermanastra... Se supone que eres la hija del novio de mi madre o de mi padre????????? Madre mía! Cuánto conflicto se esconde en este párrafo...........
Y qué lo digas. F. estaría encantada con la perspectiva... :D
Jajajaja... nuestra Julie y ese puntito sádico que toda catarsis necesita 8-}
Me ha gustado el mini cuento. Y no hay nada malo en hacerse boller, igual se deja de hablar del barça-madrid.
No, no... si lo de hacernos no nos asusta, es más un frívolo y tonto dilema de estilismo.
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