"Hay muchas cosas que no puedo decir a nadie, casi todas se refieren a las matemáticas". Carlos Edmundo de Ory
jueves, 17 de diciembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Frases célebres
Lolo: [después de asistir a una fiesta de universitarios de primer año]: "Yo no soy machista, pero el decoro lo ha perdido la mujer..."
martes, 17 de noviembre de 2009
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Hablamos de botánica
-Mi madre tenía la mano verde.
-¿La mano qué?
-La mano verde, se le daban bien las plantas. Sus amigos solían prestarle sus macetas enfermas porque en casa se ponían bien.
-Ah...
-A mí no me pasa. Se me mueren todas. No sé porqué.
-¿No será porque ella las regaba, las cuidaba, les cambiaba la tierra y esas cosas que se les hace a las plantas?
Hoy, puede darse por confirmado, ha muerto mi Tronco de Brasil. El segundo de mi vida, para ser más exactos. Regalo de GH cuando, en mitad del desierto físico y emocional de nuestro último paso por un periódico, me vio llorar al enterrar al hermoso ejemplar que había poblado el salón de mi casa desde mis nueve años. El que Las Tres M venían a regar una vez por semana, el que nos llevamos a La Prospe y luego a La Guindalera, y luego al palacio del Parque de las Avenidas y luego a Cádiz otra vez, a acompañarnos en un "nuevo proyecto". El que no supo adaptarse a nuestra nueva vida de ignorarnos sistemáticamente.
Mirándolo esta tarde me doy cuenta de que el que hoy se ha muerto, el que llevaba muriéndose -para qué engañarse- ya algunos meses, quizás algunos años, recibió el trato indolente de todo objeto que, animado o no, humano o no, viene a cubrir un vacío, se instala en el sitio de otro. No llegó a una casa llena de gente, ni me vio crecer, ni escuchó a mi madre hablarle cantarina los sábados por la mañana, ni experimentó el mimo de las duchas mensuales, ni el cambio de tierra que, una vez al año, ella regalaba ritualmente a cada una de sus plantas.
El ejemplar de Dracaena fragans 'Massageana' que hoy he reconocido irrecuperable fue, supongo que ahora lo sé, una víctima botánica de nuestra inevitable pérdida de inocencia. De ese precio que hay que pagar porque el tiempo pase y las cosas cambien y la vida entre y salga, y las personas se vayan y vuelvan, o no. Hoy no he derramado ninguna lágrima de incorregible nostálgica pero lo he observado detenidamente, a distancia, con un sabor áspero en la garganta. Deseando, quizás, rebobinar la cinta de los sentimientos, para poder, en este mismo espacio y tiempo en el que me encuentro, beber de aquel yo que se ilusionaba con una criatura inmóvil capaz de desplazarse, prodigiosamente, en busca del sol, de regalarte luminosidades a cambio de depender de ti, tierna, callada y vulnerablemente.
Antes, esta misma tarde, mientras tomaba notas y hacía repaso a mi historial de ideas, sueños y sentimientos, un hombre con barba blanca parafraseaba una cita de autoría confusa: "El amor es como una planta. No puedes sólo aceptarla y abandonarla en algún sitio, pensar que va a crecer por sí sola. La tienes que seguir regando. Tienes que comprometerte a cuidarla".
Desde la puerta iluminada de la cocina, contemplo la triste imagen de esa agavácea que nunca encontró su sitio y me doy cuenta que he protagonizado un minúsculo y universal -aunque la mayoría calificará de insignificante- acto de desamor. El fin de un ser vivo que, como los amigos lejanos, el amor no consumado o el deseo carnal roto al filo de una sábana, ha muerto de inanición a manos de una persona, yo, que nunca se implicó demasiado. "Dejarse llevar, es dejarse morir", me recuerda desde el otro lado de la mesa el hombre de la barba blanca.
Mientras escribo estas letras la trivial historia de la planta enferma cobra una inquietante importancia. Algo se mueve entre mi pecho y el vientre y, con una cierta sorpresa, me doy cuenta de que siento algo muy similar a la culpa. Se parecía, como la rosa de El Principito, a todas las demás, pero era mía y eso la convertía en algo único, ¿verdad?
Me acerco para comprobar si, efectivamente, el tronco también está muerto y lo palpo reseco, vacío y blando.
Es el sino que compartimos las plantas y las personas: el que a veces, aunque languidezcan delante de nuestras narices, uno decide amarlas demasiado tarde.
-¿La mano qué?
-La mano verde, se le daban bien las plantas. Sus amigos solían prestarle sus macetas enfermas porque en casa se ponían bien.
-Ah...
-A mí no me pasa. Se me mueren todas. No sé porqué.
-¿No será porque ella las regaba, las cuidaba, les cambiaba la tierra y esas cosas que se les hace a las plantas?
Hoy, puede darse por confirmado, ha muerto mi Tronco de Brasil. El segundo de mi vida, para ser más exactos. Regalo de GH cuando, en mitad del desierto físico y emocional de nuestro último paso por un periódico, me vio llorar al enterrar al hermoso ejemplar que había poblado el salón de mi casa desde mis nueve años. El que Las Tres M venían a regar una vez por semana, el que nos llevamos a La Prospe y luego a La Guindalera, y luego al palacio del Parque de las Avenidas y luego a Cádiz otra vez, a acompañarnos en un "nuevo proyecto". El que no supo adaptarse a nuestra nueva vida de ignorarnos sistemáticamente.
Mirándolo esta tarde me doy cuenta de que el que hoy se ha muerto, el que llevaba muriéndose -para qué engañarse- ya algunos meses, quizás algunos años, recibió el trato indolente de todo objeto que, animado o no, humano o no, viene a cubrir un vacío, se instala en el sitio de otro. No llegó a una casa llena de gente, ni me vio crecer, ni escuchó a mi madre hablarle cantarina los sábados por la mañana, ni experimentó el mimo de las duchas mensuales, ni el cambio de tierra que, una vez al año, ella regalaba ritualmente a cada una de sus plantas.
El ejemplar de Dracaena fragans 'Massageana' que hoy he reconocido irrecuperable fue, supongo que ahora lo sé, una víctima botánica de nuestra inevitable pérdida de inocencia. De ese precio que hay que pagar porque el tiempo pase y las cosas cambien y la vida entre y salga, y las personas se vayan y vuelvan, o no. Hoy no he derramado ninguna lágrima de incorregible nostálgica pero lo he observado detenidamente, a distancia, con un sabor áspero en la garganta. Deseando, quizás, rebobinar la cinta de los sentimientos, para poder, en este mismo espacio y tiempo en el que me encuentro, beber de aquel yo que se ilusionaba con una criatura inmóvil capaz de desplazarse, prodigiosamente, en busca del sol, de regalarte luminosidades a cambio de depender de ti, tierna, callada y vulnerablemente.
Antes, esta misma tarde, mientras tomaba notas y hacía repaso a mi historial de ideas, sueños y sentimientos, un hombre con barba blanca parafraseaba una cita de autoría confusa: "El amor es como una planta. No puedes sólo aceptarla y abandonarla en algún sitio, pensar que va a crecer por sí sola. La tienes que seguir regando. Tienes que comprometerte a cuidarla".
Desde la puerta iluminada de la cocina, contemplo la triste imagen de esa agavácea que nunca encontró su sitio y me doy cuenta que he protagonizado un minúsculo y universal -aunque la mayoría calificará de insignificante- acto de desamor. El fin de un ser vivo que, como los amigos lejanos, el amor no consumado o el deseo carnal roto al filo de una sábana, ha muerto de inanición a manos de una persona, yo, que nunca se implicó demasiado. "Dejarse llevar, es dejarse morir", me recuerda desde el otro lado de la mesa el hombre de la barba blanca.
Mientras escribo estas letras la trivial historia de la planta enferma cobra una inquietante importancia. Algo se mueve entre mi pecho y el vientre y, con una cierta sorpresa, me doy cuenta de que siento algo muy similar a la culpa. Se parecía, como la rosa de El Principito, a todas las demás, pero era mía y eso la convertía en algo único, ¿verdad?
Me acerco para comprobar si, efectivamente, el tronco también está muerto y lo palpo reseco, vacío y blando.
Es el sino que compartimos las plantas y las personas: el que a veces, aunque languidezcan delante de nuestras narices, uno decide amarlas demasiado tarde.
martes, 3 de noviembre de 2009
lunes, 2 de noviembre de 2009
Tan difícil o tan fácil
-No te gustó cómo me corté el pelo.
-No he dicho eso... Dije que de la otra manera manera estabas mejor.
-Pero no dijiste que estuviera guapa.
-Sí que lo hice...
-Vale, pero no lo suficiente.
Al final, por varias razones, ora la ciencia, ora la psicología, cada vez lo entiendo todo mucho mejor...
“¿Es posible que durante miles de años hayamos prodigado menos cumplidos que acusaciones, sin saber que estábamos destruyendo la convivencia de una pareja o de una sociedad?”. Ahora resulta que, después de años investigando las causas de la ruptura de una pareja, el porcentaje de las que desaparecen es mucho mayor cuando uno de los miembros es extremadamente tacaño en los cumplidos, costándole horrores admitir: “¡Qué razón tienes, amor mío!”.
E. P.
-No he dicho eso... Dije que de la otra manera manera estabas mejor.
-Pero no dijiste que estuviera guapa.
-Sí que lo hice...
-Vale, pero no lo suficiente.
Al final, por varias razones, ora la ciencia, ora la psicología, cada vez lo entiendo todo mucho mejor...
“¿Es posible que durante miles de años hayamos prodigado menos cumplidos que acusaciones, sin saber que estábamos destruyendo la convivencia de una pareja o de una sociedad?”. Ahora resulta que, después de años investigando las causas de la ruptura de una pareja, el porcentaje de las que desaparecen es mucho mayor cuando uno de los miembros es extremadamente tacaño en los cumplidos, costándole horrores admitir: “¡Qué razón tienes, amor mío!”.
E. P.
domingo, 1 de noviembre de 2009
miércoles, 28 de octubre de 2009
Metáforas de la astronomía
Al final, te metas donde te metas, quien quiere encontrarte, te encuentra.
martes, 27 de octubre de 2009
Malas noticias
Me gustaba su imagen, su formato, sus desconcertantes titulares. Me gustaba que fueran jóvenes, ilusionados y tuvieran fuelle para sorprender en una profesión donde las sorpresas suelen ser desagradables. Mañana por la mañana no podré volver a consultarles como gurús que enfocaban y reenfocaban la manera de entender las cosas. Sé que cada una de sus piezas sabrá encajar en otros proyectos y contagiarlos de esa fiebre de la comunicación hecha de manera diferente. Pero también sé que, una vez más, la realidad nos ha tirado del pelo.
Me queda el regusto de haber firmado con ellos un reportaje que significó muchas cosas y me queda el saber que esta profesión puede ser distinta, que hay otras muchas maneras para no tener que adaptarnos a ese pastiche institucional y mediocre que, por desgracia, es muchas veces el periodismo.
Muchas gracias a los compañeros de soitu por estos 22 meses de buenas, malas y, sobre todo, entretenidas noticias. Ha sido un placer conocerles.
miércoles, 21 de octubre de 2009
Frases célebres
Antonio: "Yo es que tengo un gusto muy especial para las tetas. Me gustan o no dependiendo de en quién vayan colgadas"
martes, 13 de octubre de 2009
Cuerpos celestes y blísters de paroxetina
Tengo un amigo -desde hace poco establecimos que podía llamarlo así- a quien le gusta dividir el mundo en fenómenos celestes. Y, habrán intuido, que no por la tonalidad del azul con que se viste. Según este individuo a quien a pesar de la teoría todavía no tengo demasiado claro en qué lugar del arco iris encuadrar -la galaxia hay que ganársela-, la sociedad se divide, astro para acá, cometa para allá, en un espectro custodiado por los agujeros negros y las supernovas. Dos misteriosos prodigios de la naturaleza que definen a las personas que nos rodean como aquella atávica etiqueta del dentro o fuera de la tribu, del pío o impío, del cosmopolita o rural, del apocalíptico o integrado.
Un agujero negro -wikipedia dixit- es una región espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa cuya altísima densidad provoca un campo gravitatorio del que ninguna partícula puede escapar. Una especie de vampiro de energía capaz de tragarse todo aquello que planea alrededor de su órbita, partículas de luz incluidas En el apartado de las tan inexactas ciencias humanas, o mejor dicho, en el apartado de las tan inexactas ciencias humanas de los sabios-sabiondos-sabietes que me rodean, el agujero negro es aquel individuo disfrazado de inexplicable fuerza magnética que un día te roba la tarde, otro la semana y un día la vida sin que te hayas dado cuenta.
Primero bajo el profiláctico perfil de un encantador de serpientes, encantadora, en el 50% de los casos, el agujero negro aparece en tu vida como una agradable oportunidad del destino que primero campa en tus sueños para más tarde hacerlo en tus pesadillas. Fuerza arrolladora unas veces, campo de atracción suavemente meditado en otras, el agujero negro, como el amigo que nunca compra tabaco, va arrancando objetos a su paso -unas veces con violencia, otras con meditadas caricias- hasta dejarte habitualmente en pelotas en medio del cosmos, insondable de por sí, imagínate en pelotas. Momento en el cuál -a falta de un buen cordón de acero- debes elegir si llamar toc-toc en la puerta de alguna nave -metáfora galáctica de terapia psicológica individual o colectiva- o dejarte tragar por su irrefrenable -que no por ello agradable ni voluptuosa- energía. Es entonces cuando el agujero negro es marido dominante y poco afectuoso, novia absorbente recelosa de los amigos, cuñada envenenada siempre descontenta, jefe psicópata con problemas de pene o madre enfermiza con tendencia al victimismo.
El problema del agujero negro es que, para cuando descubres que sólo te quedan los calcetines, ya dependes de él económica, emocional o biológicamente -esto es, casos de matrimonios mixtos entre estrellas comunes y agujeros negros con descendencias trágicamente abocadas a su oscuridad-.
En el origen del agujero negro, cómo no me dirán algunos, está la fuerza inconmensurable de un cosmológico complejo de inferioridad que cualquier astrónomo, después de pegarme un cosquis por mi osadía, no tendría más remedio que confirmar. Y es que el agujero en cuestión, con todo su peligro y su mala uva, no es más que residuo, la consecuencia de la muerte de una estrella de gran masa también conocida como Gigante Roja. Una especie de Clitemnestra que lo tiene castrado y tarado para siempre. Un astro de magníficas dimensiones de cuya agonía crece el que será luego el tan temido chupóptero de tu luz y tu energía. Ese agujero negro que -atentos al nombre- antes de serlo no es más que una Enana Blanca. Y aquí, en la semántica y en la pragmática, y en todas las maldades que puedan pasársete por la cabeza, tienen la respuesta.
Frente a los agujeros negros, queridos, sólo nos quedan la rebeldía, la paroxetina de 20mg y la suerte, la fortuna, el destino, el azar de encontrarnos a tiempo, y en disposición de agarrarnos a su cola de luz blanca, con una supernova suficientemente incauta como para no pasar de uno. Habida cuenta de la ciénaga contaminante en la que desde hace meses o años chapoteas. Este estado es fácil de determinar si atiende a la frecuencia con la que cuenta con usted su habitual grupo de amigos. Si hace demasiado tiempo que ninguno descuelga el teléfono para escuchar sus retahílas, asúmanlo, y a falta de otro astro más luminoso, miren al horizonte por si surge al rescate alguna nave nodriza. Aunque lo advierto, por muy débil que te deje la cercanía un hoyo oscuro, puede ser mucho más nocivo, habida cuenta de la vulnerabilidad de tus dependencias, que te pongas a chupar teta.
Bueno, sin perderme, las supernovas son una suerte de explosión estelar que se manifesta llamativa y ostensiblemente en lugares de la esfera celeste donde antes no se había detectado nada en particular. Es decir, es una persona refulgente -los ojos muy brillantes, los dientes muy limpios- que se cuela en tu vida o está ya de antes y, más allá de tu deplorable estado de depresión constante, te anima. Te salva, te da, hasta cuando no la pides, una oportunidad. Pueden descubrirse en las carcajadas de ciertos niños, en el amigo que no se cansa, en la amante imprevista, en el amor nuevo o que se renueva, en el médico suplente, en el estrenado compañero de trabajo, en la esperanza de que es posible otra cama, otras respuestas, otro final, otra vida. Las supernovas pueden liberar varias veces 10 44J de energía y sus destellos de luz, intensísimos, pueden durar desde varias semanas a varios meses. Más tarde, por lo general y si no hay concentración estelar que lo remedie, su fulgor se va apagando, haciéndose más suave hasta que, como cualquier criatura más expuesta al riesgo del tedio, desaparecen. Se rinden, se templan, se vuelven conservadoras y burguesas. Hay que tener cuidado, como con las rosas, cuando uno se cruza con una estrella de éstas.
No obstante, y mientras ha durado su brillo, su explosión ha provocado -en un prodigio de carcajadas, caricias, consejos, neutrones, protones y empatía- la expulsión de sus capas externas enriqueciendo tu espacio con elementos pesados. Nubes de polvo y gas con las que cualquiera puede cubrirse, protegerse y resguardarse del paso por los aledaños de cualquier agujero negro de pacotilla. Porque no todos los agujeros negros son iguales, porque los hay super masivos y mini agujeros -estos parece ser que chupan menos pero mortifican- tampoco es plan de ir exponiéndose por ahí con lo cortita que es la vida.
Así que tengan cuidado con quién, cómo y por dónde van por la galaxia -por una de esas galaxias que a veces nos regalan las supernovas- . Tengan cuidado y bien apretado el traje ignífugo, bien tensado el cordón que ha de regresarlos a su nave. Los agujeros negros -con esto de la prolongación de la esperanza de vida- son muchos y sibilinos, arteros y encantadores, como para embaucar a cualquiera, por muy fuertes, solteronas e inteligentes que nos creamos.
En esos casos, saquen la cabeza por la ventana en busca de luz brillante y no permitan que se escape. Si aún así, y por torpeza, la dejan extinguirse, pueden contactarme por este blog, creo que puedo agenciarles un par de blísters de paroxetina.
Un agujero negro -wikipedia dixit- es una región espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa cuya altísima densidad provoca un campo gravitatorio del que ninguna partícula puede escapar. Una especie de vampiro de energía capaz de tragarse todo aquello que planea alrededor de su órbita, partículas de luz incluidas En el apartado de las tan inexactas ciencias humanas, o mejor dicho, en el apartado de las tan inexactas ciencias humanas de los sabios-sabiondos-sabietes que me rodean, el agujero negro es aquel individuo disfrazado de inexplicable fuerza magnética que un día te roba la tarde, otro la semana y un día la vida sin que te hayas dado cuenta.
Primero bajo el profiláctico perfil de un encantador de serpientes, encantadora, en el 50% de los casos, el agujero negro aparece en tu vida como una agradable oportunidad del destino que primero campa en tus sueños para más tarde hacerlo en tus pesadillas. Fuerza arrolladora unas veces, campo de atracción suavemente meditado en otras, el agujero negro, como el amigo que nunca compra tabaco, va arrancando objetos a su paso -unas veces con violencia, otras con meditadas caricias- hasta dejarte habitualmente en pelotas en medio del cosmos, insondable de por sí, imagínate en pelotas. Momento en el cuál -a falta de un buen cordón de acero- debes elegir si llamar toc-toc en la puerta de alguna nave -metáfora galáctica de terapia psicológica individual o colectiva- o dejarte tragar por su irrefrenable -que no por ello agradable ni voluptuosa- energía. Es entonces cuando el agujero negro es marido dominante y poco afectuoso, novia absorbente recelosa de los amigos, cuñada envenenada siempre descontenta, jefe psicópata con problemas de pene o madre enfermiza con tendencia al victimismo.
El problema del agujero negro es que, para cuando descubres que sólo te quedan los calcetines, ya dependes de él económica, emocional o biológicamente -esto es, casos de matrimonios mixtos entre estrellas comunes y agujeros negros con descendencias trágicamente abocadas a su oscuridad-.
En el origen del agujero negro, cómo no me dirán algunos, está la fuerza inconmensurable de un cosmológico complejo de inferioridad que cualquier astrónomo, después de pegarme un cosquis por mi osadía, no tendría más remedio que confirmar. Y es que el agujero en cuestión, con todo su peligro y su mala uva, no es más que residuo, la consecuencia de la muerte de una estrella de gran masa también conocida como Gigante Roja. Una especie de Clitemnestra que lo tiene castrado y tarado para siempre. Un astro de magníficas dimensiones de cuya agonía crece el que será luego el tan temido chupóptero de tu luz y tu energía. Ese agujero negro que -atentos al nombre- antes de serlo no es más que una Enana Blanca. Y aquí, en la semántica y en la pragmática, y en todas las maldades que puedan pasársete por la cabeza, tienen la respuesta.
Frente a los agujeros negros, queridos, sólo nos quedan la rebeldía, la paroxetina de 20mg y la suerte, la fortuna, el destino, el azar de encontrarnos a tiempo, y en disposición de agarrarnos a su cola de luz blanca, con una supernova suficientemente incauta como para no pasar de uno. Habida cuenta de la ciénaga contaminante en la que desde hace meses o años chapoteas. Este estado es fácil de determinar si atiende a la frecuencia con la que cuenta con usted su habitual grupo de amigos. Si hace demasiado tiempo que ninguno descuelga el teléfono para escuchar sus retahílas, asúmanlo, y a falta de otro astro más luminoso, miren al horizonte por si surge al rescate alguna nave nodriza. Aunque lo advierto, por muy débil que te deje la cercanía un hoyo oscuro, puede ser mucho más nocivo, habida cuenta de la vulnerabilidad de tus dependencias, que te pongas a chupar teta.
Bueno, sin perderme, las supernovas son una suerte de explosión estelar que se manifesta llamativa y ostensiblemente en lugares de la esfera celeste donde antes no se había detectado nada en particular. Es decir, es una persona refulgente -los ojos muy brillantes, los dientes muy limpios- que se cuela en tu vida o está ya de antes y, más allá de tu deplorable estado de depresión constante, te anima. Te salva, te da, hasta cuando no la pides, una oportunidad. Pueden descubrirse en las carcajadas de ciertos niños, en el amigo que no se cansa, en la amante imprevista, en el amor nuevo o que se renueva, en el médico suplente, en el estrenado compañero de trabajo, en la esperanza de que es posible otra cama, otras respuestas, otro final, otra vida. Las supernovas pueden liberar varias veces 10 44J de energía y sus destellos de luz, intensísimos, pueden durar desde varias semanas a varios meses. Más tarde, por lo general y si no hay concentración estelar que lo remedie, su fulgor se va apagando, haciéndose más suave hasta que, como cualquier criatura más expuesta al riesgo del tedio, desaparecen. Se rinden, se templan, se vuelven conservadoras y burguesas. Hay que tener cuidado, como con las rosas, cuando uno se cruza con una estrella de éstas.
No obstante, y mientras ha durado su brillo, su explosión ha provocado -en un prodigio de carcajadas, caricias, consejos, neutrones, protones y empatía- la expulsión de sus capas externas enriqueciendo tu espacio con elementos pesados. Nubes de polvo y gas con las que cualquiera puede cubrirse, protegerse y resguardarse del paso por los aledaños de cualquier agujero negro de pacotilla. Porque no todos los agujeros negros son iguales, porque los hay super masivos y mini agujeros -estos parece ser que chupan menos pero mortifican- tampoco es plan de ir exponiéndose por ahí con lo cortita que es la vida.
Así que tengan cuidado con quién, cómo y por dónde van por la galaxia -por una de esas galaxias que a veces nos regalan las supernovas- . Tengan cuidado y bien apretado el traje ignífugo, bien tensado el cordón que ha de regresarlos a su nave. Los agujeros negros -con esto de la prolongación de la esperanza de vida- son muchos y sibilinos, arteros y encantadores, como para embaucar a cualquiera, por muy fuertes, solteronas e inteligentes que nos creamos.
En esos casos, saquen la cabeza por la ventana en busca de luz brillante y no permitan que se escape. Si aún así, y por torpeza, la dejan extinguirse, pueden contactarme por este blog, creo que puedo agenciarles un par de blísters de paroxetina.
martes, 6 de octubre de 2009
Reflexiones
No es de extrañar que esta Navidad, en lugar de "cancelar" los regalos de pascua por la crisis, agasajara a sus compañeros con una zapatillas de deporte. "Es tiempo de correr" le gusta repetir y aquí también lo dijo bien claro...
lunes, 5 de octubre de 2009
Melodía de la semana
There's a part of me you'll never know
The only thing I'll never show
Hopelessly I'll love you endlessly
Hopelessly I'll give you everything
But I won't give you up
I won't let you down
And I won't leave you falling
If the moment ever comes
It's plain to see it's trying to speak
Cherished dreams forever asleep
Hopelessly I'll love you endlessly
Hopelessly I'll give you everything
But I won't give you up
I won't let you down
And I won't leave you falling
If the moment ever comes
Hopelessly I'll love you endlessly
Hopelessly I'll give you everything
But I won't give you up
I won't let you down
And I won't leave you falling
But the moment never comes
Muse
Frases célebres
María: "Anda mujer... ¿Furor uterino? Se me ha pasado de un plumazo desde que acompañé a Ali en el parto. ¿Has oído hablar de expulsar el tapón y que se te borre el cuello del útero? Yo sí".
domingo, 4 de octubre de 2009
¿Cómo te explico?
A veces alguien te hace un regalo que dura para siempre, una cinta descalabrada grabada al otro lado del atlántico, un recuerdo tibio de sábanas prestadas y una voz de madre del mundo. A veces ese alguien desparece pero dura su regalo, para siempre. Dura en tu casa, en todas tus casas.
En tu vida, en todas tus vidas.
Nadie como ella habla de las cosas que siento y necesito. Hoy se ha ido, un poco, porque, en realidad, sé que no se va a ir nunca.
De ninguna de mis vidas.
Yo soy, yo soy, yo soy
soy agua, playa, cielo, casa, planta,
soy mar, Atlántico, viento y América,
soy un montón de cosas santas
mezcladas con cosas humanas
como te explico . . . cosas mundanas.
Fui niño, cuna , teta, techo, manta,
más miedo, cuco, grito, llanto, raza,
después mezclaron las palabras
o se escapaban las miradas
algo pasó . . . no entendí nada.
Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sóla llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas.
Soy, pan, soy paz, sos más, soy el que está por acá
no quiero más de lo que me puedas dar, uuuuuuh
hoy se te da, hoy se te quita,
igual que con la margarita . . . igual al mar,
igual la vida, la vida, la vida, la vida . . .
Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sola llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas. (BIS)
cosas nuevas, nuevas, nuevas . . . nuevas
En tu vida, en todas tus vidas.
Nadie como ella habla de las cosas que siento y necesito. Hoy se ha ido, un poco, porque, en realidad, sé que no se va a ir nunca.
De ninguna de mis vidas.
Yo soy, yo soy, yo soy
soy agua, playa, cielo, casa, planta,
soy mar, Atlántico, viento y América,
soy un montón de cosas santas
mezcladas con cosas humanas
como te explico . . . cosas mundanas.
Fui niño, cuna , teta, techo, manta,
más miedo, cuco, grito, llanto, raza,
después mezclaron las palabras
o se escapaban las miradas
algo pasó . . . no entendí nada.
Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sóla llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas.
Soy, pan, soy paz, sos más, soy el que está por acá
no quiero más de lo que me puedas dar, uuuuuuh
hoy se te da, hoy se te quita,
igual que con la margarita . . . igual al mar,
igual la vida, la vida, la vida, la vida . . .
Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sola llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas. (BIS)
cosas nuevas, nuevas, nuevas . . . nuevas
viernes, 2 de octubre de 2009
Afortunadamente...
"La vida es muy corta, pero muy ancha, y hay muchos sitios donde mirar"
Pilar Gómez en Mejorcita de lo mío
(lástima que nada iguale a la sala de teatro)
Pilar Gómez en Mejorcita de lo mío
(lástima que nada iguale a la sala de teatro)
Frases célebres
Isaac: "Todo es mentira. Sólo algunas cosas pequeñas son verdaderas, pero nadie las mira".
lunes, 28 de septiembre de 2009
jueves, 24 de septiembre de 2009
Lejano y solo
Supongo que hay realidades de las que debe escribir otra antes de que ciertas implicaciones emocionales frente a las que todos somos vulnerables la atraquen a mano armada. Antes de caer yo misma en las garras de una historia similar -relatos siempre preparados para embaucar a buenos muchachos y muchachas enamorados del amor y desengañados de la vida moderna- creo que ha llegado el momento de estudiar, o al menos comentar a fondo, el fenómeno LYS o Lejano y Solo. Un prodigio del deleite cibernético, la soledad abisal del siglo XXI y el amor platónico cuya incidencia y amenaza vírica no me deja de asombrar.
Lejano y Solo, en su abreviatura y condición masculina, LYS [ya saben mi fascinación por escudriñar pseudocientíficamente los pormenores de la nueva condición del género XY] es ese tipo que aparece en tu vida en forma de nebulosa figura perfecta e impalpable. Reducto de una fugaz relación laboral (véase Relaciones Esporádicas Relacionadas con Auditorías, Congresos y Otros Ágapes Allende tu Provincia), amistosa (véase Amigo Lejano Invitado a una Boda, Primo Segundo Reaparecido y/o Vecino Temporal de Domicilio) o sentimental (Véase Fin de Semana de Flirteo con Inimaginables Consecuencias), LYS aparece en tu vida enmascarado en la suavidad de una relación no vinculante.
Ese chico mono al otro lado de aquel correo que, sorprendentemente, te dignaste a contestar, ese encantador individuo de mediana edad que te pregunta si sabes algo de aquella simpática pandilla en la que, aquella vez allá por el año dos, coincidistéis. Es el siempre dispuesto al otro lado del chat, que entiende cada una de tus neuróticas manías.
LYS entra por esa temible e inconmensurable puerta de la compasión, ajena y propia, se cuela entre las rendijas de aquello que viven, sienten y padecen los demás y por lo que vive, siente y padece una tras largos años de tragar bazofia sentimental a través, predominantemente, de largas sesiones de comedia romántica. LYS vive al otro lado del hilo telefónico, responde instantáneamente, como el cacao en polvo despojado de harina, a tus mensajes de chat, y siempre tiene una palabra amable cuando -cansada de diez horas de curro, varios meses de relación a la deriva y a merced física y mental de los poemas de Pedro Salinas- regresas a casa con ganas de que alguna revelación mística de sentido a las últimas decisiones que, ajenas y propias, gobiernan tu vida.
A LYS no le gustan los chuchos como el que aguantas desde que hace años sellaste con un catering y un anillo tu unión para toda la vida. O al contrario, adora a tu mascota -despeluchada y canija- en contra de la opinión de tu pareja de que es un bicho maleducado y baboso al que tu malcrías. Por unas extrañas conexiones entre telepáticas y místicas que expertos de la NASA se empeñan ahora en descifrar, LYS sabe exactamente qué es lo que necesitas. A LYS le apetece muchísimo la estampa familiar de la vida en familia, o dejarlo todo y montar un chiringuito en la playa para nunca quitarse las zapatillas. A LYS no le controlan sus amistades, ni su trabajo, ni su familia. Es un ser de otro mundo, emancipado y acostumbrado a dejar hecha la cama por las mañanas, recoger el baño y conocer las últimas técnicas de sexo tántrico gracias a su enorme interés, laboral y psicológico, por la formación continua.
LYS te entiende. LYS te apoya. LYS, simplemente, está demasiado lejos, y está demasiado solo. Suficiente distancia física y mental para encajar, como la cabeza al sombrero, con ese modelo inalcanzable que a Candy Candy se le murió en la primera temporada por subirse imprudentemente a un caballo.
LYS tiene, habitualmente, una historia incomprendida e incomprensible que despierta, irremediablemente, tu ternura, tu afán de madre, de gallina clueca con carrera universitaria, proyección profesional y varios idiomas pero, al fin y al cabo, gallina clueca. Es un hombre taaaaan solo, es un ser taaaaan incomprendido. Con tanto amor que dar, con tanto amor que recibir. Mientras tú vas acicalando tu proyecto de arte efímero, tu performance humana sobre el hombre perfecto, LYS tiene una vida que, misteriosamente, le aleja de ti un día. Le borra de tu bandeja de entrada como spam imperfecto. El número al que llama tiene en este momento sus llamadas restringidas. LYS se ha esfumado y, con él, el torbellino de imágenes ideales que, como mariposas, coronaban el espejismo de un reencuentro en la estación o frente a la puerta de salida de la T-4. No, en la estación. Es mucho más cinematográfica.
LYS un día desaparece y te deja despeinada, sola, confundida y como si hubieras preparado con esmero una fiesta a la que no asiste nadie. Te quedan los ganchitos blandos de la humedad, el jamón reseco y el queso semicurado que, ligeramente sudado, se ha doblado hacia arriba como tus nervios destemplados y desollados, una vez más, resentidos por haberte construído una vida idílica a base de ingredientes anorgánicos y anorgásmicos -recuerden que LYS nunca llega a tomar cuerpo presente-.
La única ventaja para LYS -además de la proyección indirecta en SU vida verdaderamente real (véase Hombres que Nunca te han Dicho que Están Casados, Hombres que Nunca te han Dicho que Están Pirados)- es que se trasmuta en una especie de recuerdo informe -¿esto fue real?- que termina acodándose, como el difunto Patrick Swayze, en ese lado del cerebro dónde habitan los guionistas de series y películas psicológicamente tremendas. El paso del tiempo ha conseguido mutar al LYS en muy variadas variantes variadamente amenazantes para la individua aún no resignada a que el principal valor de una relación afectiva reside en la utilidad y no en la posibilidad posible de que posiblemente cambies suficientemente como para que lo nuestro deje de ser imposible.
Bueno, me queda algun trabajo de campo para llegar a algo parecido a una conclusión. Así que mientras tanto, tengan cuidado, échense factor 15 incluido en la crema hidratante, procuren no abusar de las bebidas con gas, duerman a partir de siete horas y recuerden que, como dice el sabio refranero español, más vale solo que mal acompañado. Además ¿es que a más de 3 metros de distancia se puede decir que alguien te acompaña?
Lejano y Solo, en su abreviatura y condición masculina, LYS [ya saben mi fascinación por escudriñar pseudocientíficamente los pormenores de la nueva condición del género XY] es ese tipo que aparece en tu vida en forma de nebulosa figura perfecta e impalpable. Reducto de una fugaz relación laboral (véase Relaciones Esporádicas Relacionadas con Auditorías, Congresos y Otros Ágapes Allende tu Provincia), amistosa (véase Amigo Lejano Invitado a una Boda, Primo Segundo Reaparecido y/o Vecino Temporal de Domicilio) o sentimental (Véase Fin de Semana de Flirteo con Inimaginables Consecuencias), LYS aparece en tu vida enmascarado en la suavidad de una relación no vinculante.
Ese chico mono al otro lado de aquel correo que, sorprendentemente, te dignaste a contestar, ese encantador individuo de mediana edad que te pregunta si sabes algo de aquella simpática pandilla en la que, aquella vez allá por el año dos, coincidistéis. Es el siempre dispuesto al otro lado del chat, que entiende cada una de tus neuróticas manías.
LYS entra por esa temible e inconmensurable puerta de la compasión, ajena y propia, se cuela entre las rendijas de aquello que viven, sienten y padecen los demás y por lo que vive, siente y padece una tras largos años de tragar bazofia sentimental a través, predominantemente, de largas sesiones de comedia romántica. LYS vive al otro lado del hilo telefónico, responde instantáneamente, como el cacao en polvo despojado de harina, a tus mensajes de chat, y siempre tiene una palabra amable cuando -cansada de diez horas de curro, varios meses de relación a la deriva y a merced física y mental de los poemas de Pedro Salinas- regresas a casa con ganas de que alguna revelación mística de sentido a las últimas decisiones que, ajenas y propias, gobiernan tu vida.
A LYS no le gustan los chuchos como el que aguantas desde que hace años sellaste con un catering y un anillo tu unión para toda la vida. O al contrario, adora a tu mascota -despeluchada y canija- en contra de la opinión de tu pareja de que es un bicho maleducado y baboso al que tu malcrías. Por unas extrañas conexiones entre telepáticas y místicas que expertos de la NASA se empeñan ahora en descifrar, LYS sabe exactamente qué es lo que necesitas. A LYS le apetece muchísimo la estampa familiar de la vida en familia, o dejarlo todo y montar un chiringuito en la playa para nunca quitarse las zapatillas. A LYS no le controlan sus amistades, ni su trabajo, ni su familia. Es un ser de otro mundo, emancipado y acostumbrado a dejar hecha la cama por las mañanas, recoger el baño y conocer las últimas técnicas de sexo tántrico gracias a su enorme interés, laboral y psicológico, por la formación continua.
LYS te entiende. LYS te apoya. LYS, simplemente, está demasiado lejos, y está demasiado solo. Suficiente distancia física y mental para encajar, como la cabeza al sombrero, con ese modelo inalcanzable que a Candy Candy se le murió en la primera temporada por subirse imprudentemente a un caballo.
LYS tiene, habitualmente, una historia incomprendida e incomprensible que despierta, irremediablemente, tu ternura, tu afán de madre, de gallina clueca con carrera universitaria, proyección profesional y varios idiomas pero, al fin y al cabo, gallina clueca. Es un hombre taaaaan solo, es un ser taaaaan incomprendido. Con tanto amor que dar, con tanto amor que recibir. Mientras tú vas acicalando tu proyecto de arte efímero, tu performance humana sobre el hombre perfecto, LYS tiene una vida que, misteriosamente, le aleja de ti un día. Le borra de tu bandeja de entrada como spam imperfecto. El número al que llama tiene en este momento sus llamadas restringidas. LYS se ha esfumado y, con él, el torbellino de imágenes ideales que, como mariposas, coronaban el espejismo de un reencuentro en la estación o frente a la puerta de salida de la T-4. No, en la estación. Es mucho más cinematográfica.
LYS un día desaparece y te deja despeinada, sola, confundida y como si hubieras preparado con esmero una fiesta a la que no asiste nadie. Te quedan los ganchitos blandos de la humedad, el jamón reseco y el queso semicurado que, ligeramente sudado, se ha doblado hacia arriba como tus nervios destemplados y desollados, una vez más, resentidos por haberte construído una vida idílica a base de ingredientes anorgánicos y anorgásmicos -recuerden que LYS nunca llega a tomar cuerpo presente-.
La única ventaja para LYS -además de la proyección indirecta en SU vida verdaderamente real (véase Hombres que Nunca te han Dicho que Están Casados, Hombres que Nunca te han Dicho que Están Pirados)- es que se trasmuta en una especie de recuerdo informe -¿esto fue real?- que termina acodándose, como el difunto Patrick Swayze, en ese lado del cerebro dónde habitan los guionistas de series y películas psicológicamente tremendas. El paso del tiempo ha conseguido mutar al LYS en muy variadas variantes variadamente amenazantes para la individua aún no resignada a que el principal valor de una relación afectiva reside en la utilidad y no en la posibilidad posible de que posiblemente cambies suficientemente como para que lo nuestro deje de ser imposible.
Bueno, me queda algun trabajo de campo para llegar a algo parecido a una conclusión. Así que mientras tanto, tengan cuidado, échense factor 15 incluido en la crema hidratante, procuren no abusar de las bebidas con gas, duerman a partir de siete horas y recuerden que, como dice el sabio refranero español, más vale solo que mal acompañado. Además ¿es que a más de 3 metros de distancia se puede decir que alguien te acompaña?
Frases célebres
Anabel: "Yo sospechaba que un cuerpo tan perfecto no podía ir acompañado de una mente brillante".
Frases célebres
El sms de Lolo: "Ni rastro de Fátima. Fui, la busqué, no la vi, la llamé, no me contestó. Y me he ido a desayunar solito. Es mi vida".
lunes, 21 de septiembre de 2009
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Sueños, buceos e interpretaciones místicas
Número desconocido, 11:16 a.m.
-Vilamor...
-Mmmm... Oh... ¡Eres tú!
-Te llamo porque hoy he soñado contigo y me he dicho, voy a ver cómo está...
-¿Bueno o malo?
-Raro... Nadábamos por el fondo del mar. Íbamos enfundados en neoprenos y tú nadabas delante pero yo iba empujándote por los pies, te ayudaba a bucear.
-????
-Después subíamos a la superficie y llegábamos a un puerto y alguien te reclamaba y tenías que irte, aunque yo no quería, me quedaba un poco enfadado.
-¿Y entonces?
-Entonces ha llorado el niño y me he tenido que levantar.
-Ah... Bueno, pues yo creo que a lo mejor quería decir que podía nadar sola. ¿Tú qué crees?
-Mmmmm... que sí.
-Vilamor...
-Mmmm... Oh... ¡Eres tú!
-Te llamo porque hoy he soñado contigo y me he dicho, voy a ver cómo está...
-¿Bueno o malo?
-Raro... Nadábamos por el fondo del mar. Íbamos enfundados en neoprenos y tú nadabas delante pero yo iba empujándote por los pies, te ayudaba a bucear.
-????
-Después subíamos a la superficie y llegábamos a un puerto y alguien te reclamaba y tenías que irte, aunque yo no quería, me quedaba un poco enfadado.
-¿Y entonces?
-Entonces ha llorado el niño y me he tenido que levantar.
-Ah... Bueno, pues yo creo que a lo mejor quería decir que podía nadar sola. ¿Tú qué crees?
-Mmmmm... que sí.
Cuando los cuentos dejan de ser dibujitos...
...y los príncipes son los chicos malos del barrio, que no son malos, que son buenos y encantadores, y bailan bien y dicen cosas como "Nadie arricona a Baby" y crean inalcanzables modelos imposibles que te dejan tarada para siempre...
martes, 15 de septiembre de 2009
lunes, 14 de septiembre de 2009
Frases célebres
Jaume: "En su caso, más que un complejo de Peter Pan, hablaríamos de un complejo de Nenuco"
Libros de verano y heroínas a medida
No sé si alguien dijo alguna vez que los héroes se construyen a la medida de nuestras debilidades. Una frase de tintes redondos que, de no existir, creo firmemente que alguien debería enunciar lo más pronto posible. Sólo para que el resto la reproduzcamos en nuestras entradillas periodísticas, sólo para poder repetirla cuando analizamos los mitos con los que sobrevivimos a, ante, bajo, con, contra nuestro tiempo. Los héroes -sobre todo los inventados aunque, analizándolo bien, todos los héroes tienen algo de inventados- son como las retribuciones pías, una especie de entelequia necesaria para creer que todo tiene un orden, un sentido. Si eres bueno, te pasarán cosas buenas; la maldad siempre tiene su castigo; el tiempo pone a todo el mundo en su sitio...
Necesitamos a los héroes como necesitamos repetir el cuatro esquinitas, echar cada jueves la primitiva o meter un sobrecillo de azúcar en la cartera. Necesitamos a los héroes para perpetuar esa estúpida fábula humana en torno a la idea de justicia. Varias mujeres que conozco, después de años de vagabundear alrededor de difusos discursos sobre lo femenino, acaban de encontrar el suyo.
Proviene de los libros -lo que es más que curioso en los tiempos que corren-, es una hacker esmirriada que no teme al dolor físico y gasta un cerebro prodigioso capaz de descifrar enigmas matemáticos. Todo ello estratégicamente mezclado con una independencia que roza lo antisocial, una sexualidad misteriosamente indefinida y una deliciosa moralina del ojo por ojo a la que nadie puede permanecer indemne. La heroína creada por Stieg Larsson para su trilogía Millenium terminó devorando al avezado periodista asalta camas del primer volumen para protagonizar el fenómeno literario más importante de los últimos años. Un conjunto de tres libros preñados de tensión, misterio, acción y venganza justiciera de corte femenino pero, para descanso de muchas, despojadas de género. O al menos, de esa pátina de cursilería, sentimentalismo y complejos con las que machacan a mi género.
Que las novelas no vayan a pasar al canon, que sus argumentos sean sospechamente cinematográficos y su prosa facilona y nulamente poética no le quita mérito a estos colosales libros/thriller que han reconciliado a más de uno con la lectura. Ha llegado ya el verano y muchos ya incluyen el pesado volumen con la crema de la playa, la toalla y el bocadillo. Literatura fast food para consumo masivo. Muchas son mujeres que se sonríen íntimamente cuando el varón indeseable que no ama las mujeres se lleva su merecido. En el fondo, el difunto autor no ha inventado nada aunque lo haya renovado todo. No es más que el modelo de héroe justiciero, el modelo que habla de dejar de ser víctimas para pasar a partir dientes. Alguien debería decir que no es más que una heroína a la medida de las vergüenzas de nuestro tiempo.
Publicado en el Boletín Rivadavia nº 41
(Fundación Provincial de Cultura)
.... y no fui la única
Necesitamos a los héroes como necesitamos repetir el cuatro esquinitas, echar cada jueves la primitiva o meter un sobrecillo de azúcar en la cartera. Necesitamos a los héroes para perpetuar esa estúpida fábula humana en torno a la idea de justicia. Varias mujeres que conozco, después de años de vagabundear alrededor de difusos discursos sobre lo femenino, acaban de encontrar el suyo.
Proviene de los libros -lo que es más que curioso en los tiempos que corren-, es una hacker esmirriada que no teme al dolor físico y gasta un cerebro prodigioso capaz de descifrar enigmas matemáticos. Todo ello estratégicamente mezclado con una independencia que roza lo antisocial, una sexualidad misteriosamente indefinida y una deliciosa moralina del ojo por ojo a la que nadie puede permanecer indemne. La heroína creada por Stieg Larsson para su trilogía Millenium terminó devorando al avezado periodista asalta camas del primer volumen para protagonizar el fenómeno literario más importante de los últimos años. Un conjunto de tres libros preñados de tensión, misterio, acción y venganza justiciera de corte femenino pero, para descanso de muchas, despojadas de género. O al menos, de esa pátina de cursilería, sentimentalismo y complejos con las que machacan a mi género.
Que las novelas no vayan a pasar al canon, que sus argumentos sean sospechamente cinematográficos y su prosa facilona y nulamente poética no le quita mérito a estos colosales libros/thriller que han reconciliado a más de uno con la lectura. Ha llegado ya el verano y muchos ya incluyen el pesado volumen con la crema de la playa, la toalla y el bocadillo. Literatura fast food para consumo masivo. Muchas son mujeres que se sonríen íntimamente cuando el varón indeseable que no ama las mujeres se lleva su merecido. En el fondo, el difunto autor no ha inventado nada aunque lo haya renovado todo. No es más que el modelo de héroe justiciero, el modelo que habla de dejar de ser víctimas para pasar a partir dientes. Alguien debería decir que no es más que una heroína a la medida de las vergüenzas de nuestro tiempo.
Publicado en el Boletín Rivadavia nº 41
(Fundación Provincial de Cultura)
.... y no fui la única
viernes, 4 de septiembre de 2009
Cosas de niños
Paula tiene cinco años, Mari, sesenta y cinco. Paula está cepillándose los dientes.
-Tía Mari, ¿Tú no tienes marido?
-No.
-¿Y nunca has tenido marido?
-No.
-¿Y porqué no has tenido marido?
-Pues porque estoy muy bien sola, vivo muy tranquila.
Paula hace una pausa para enjuagar el cepillo.
-En realidad tienes razón. Los maridos roncan mucho.
-Tía Mari, ¿Tú no tienes marido?
-No.
-¿Y nunca has tenido marido?
-No.
-¿Y porqué no has tenido marido?
-Pues porque estoy muy bien sola, vivo muy tranquila.
Paula hace una pausa para enjuagar el cepillo.
-En realidad tienes razón. Los maridos roncan mucho.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Reset
Mi habitual falta de paciencia me empuja, inexorablemente, al ritual del reinicio -que no iniciático, ay...- innumerables veces. Con los dedos dislocados de apretar botones, la cabeza confusa y expresión de noséquénaricespasa, todo aparato electrónico -el último, el teléfono, aunque también he tenido sesiones con el microondas- cercano a mi morada se ha expuesto a la impiedad de mi tirón de enchufe. Hoy, animada por una extraña poética del cable y el nervio, del virus y la pesadilla, del portátil y los sentimientos, pienso que una puede intentar mil formas de solucionar ciertos entuertos pero que, en la vida, como en la electrónica, un buen punto y aparte suele dejarte nueva.
Por eso hoy abro los ojos al parpadeo de mi propia pantalla -ésa que no es plana sino llena de contornos, ésa que no tiene alta resolución, sino un millón de dudas- que, lentamente, ha recolocado cada pieza, recomenzado cada proceso, con la lentitud de toda máquina que, electrónica o humana, sabe que pierde agilidad en cada intento.
Una, como el viejo pc del cuarto de dentro, pierde frescura y pierde inocencia, a una se le escapa la cometa blanca y la velocidad de procesamiento, pero gana cierto peso y ese autoafecto inevitable que tenemos a los trastos viejos. Ésos que continúan funcionando, sin fallarnos, reseteo tras reseteo.
En el camino, me ha salido una mancha en la frente -"Bienvenida a los treinta", me diría A.M-, he conocido el reino de las sirenas, el beneficio farmacológico y la fuerza centrífuga de un buen puñado de cómplices. He perdido peso -como cuatro kilos de carne y varias toneladas de lastre- y he comprobado, estupefacta, que nunca somos quién decimos, que siempre podemos descubrirnos, asustarnos, que nunca estamos completamente hechos, ni somos completamente sinceros.
Contemplo la máquina, me palpo el cuerpo, me interrogo sobre quién fui y porqué, sobre quién seré, sobre esos sentimientos que fueron y que hoy tienen perfiles de mal sueño, sobre los amaneceres de sudor y pesadillas, sobre los amaneceres dulces del verano, sobre un amanecer borroso que me enfrentó con el espejo. Contemplo mi cuerpo y me pregunto dónde empiezo. Y pestañeo.
Refulgen luces en la pantalla, dejo que surjan poco a poco las caricias, las palabras, las personas. Renacen al contacto con la corriente eléctrica, son los guardianes de secretos, quedan cuando la avería ha desaparecido como los personajes del mal sueño, son lo no prescindible, son lo no transitorio. Estoy habituada a verles aunque no siempre los encuentre, son los que me construyen y construyo, iconos de mi escritorio.
Por eso hoy abro los ojos al parpadeo de mi propia pantalla -ésa que no es plana sino llena de contornos, ésa que no tiene alta resolución, sino un millón de dudas- que, lentamente, ha recolocado cada pieza, recomenzado cada proceso, con la lentitud de toda máquina que, electrónica o humana, sabe que pierde agilidad en cada intento.
Una, como el viejo pc del cuarto de dentro, pierde frescura y pierde inocencia, a una se le escapa la cometa blanca y la velocidad de procesamiento, pero gana cierto peso y ese autoafecto inevitable que tenemos a los trastos viejos. Ésos que continúan funcionando, sin fallarnos, reseteo tras reseteo.
En el camino, me ha salido una mancha en la frente -"Bienvenida a los treinta", me diría A.M-, he conocido el reino de las sirenas, el beneficio farmacológico y la fuerza centrífuga de un buen puñado de cómplices. He perdido peso -como cuatro kilos de carne y varias toneladas de lastre- y he comprobado, estupefacta, que nunca somos quién decimos, que siempre podemos descubrirnos, asustarnos, que nunca estamos completamente hechos, ni somos completamente sinceros.
Contemplo la máquina, me palpo el cuerpo, me interrogo sobre quién fui y porqué, sobre quién seré, sobre esos sentimientos que fueron y que hoy tienen perfiles de mal sueño, sobre los amaneceres de sudor y pesadillas, sobre los amaneceres dulces del verano, sobre un amanecer borroso que me enfrentó con el espejo. Contemplo mi cuerpo y me pregunto dónde empiezo. Y pestañeo.
Refulgen luces en la pantalla, dejo que surjan poco a poco las caricias, las palabras, las personas. Renacen al contacto con la corriente eléctrica, son los guardianes de secretos, quedan cuando la avería ha desaparecido como los personajes del mal sueño, son lo no prescindible, son lo no transitorio. Estoy habituada a verles aunque no siempre los encuentre, son los que me construyen y construyo, iconos de mi escritorio.
martes, 30 de junio de 2009
Melodía de la semana
...i em sé feliç
quan veig la teva força, que empeny i que es revolta...
Amor Particular
L. Llach
quan veig la teva força, que empeny i que es revolta...
Amor Particular
L. Llach
martes, 9 de junio de 2009
martes, 2 de junio de 2009
Si nadie lo dice en los medios, tendremos que ser nosotros
¿Qué pasa cuando son noticia los que dan la noticia?
Pues que no existen.
A finales del año pasado calleron los compañeros del Información.
Después los de ADN.
Más tarde los de Día de Córdoba, Málaga Hoy y Granada Hoy.
Hace apenas unos meses, los de La Voz. Éstos ni siquiera salieron en la red.
Hace unas semanas, los de Diario de Sevilla y Huelva Información.
Ayer, fueron los de Diario de Cádiz.
Todos hacen daño y lo peor: que seguro que me estoy saltando alguno.
Pues que no existen.
A finales del año pasado calleron los compañeros del Información.
Después los de ADN.
Más tarde los de Día de Córdoba, Málaga Hoy y Granada Hoy.
Hace apenas unos meses, los de La Voz. Éstos ni siquiera salieron en la red.
Hace unas semanas, los de Diario de Sevilla y Huelva Información.
Ayer, fueron los de Diario de Cádiz.
Todos hacen daño y lo peor: que seguro que me estoy saltando alguno.
lunes, 1 de junio de 2009
Los peregrinos involuntarios
No me quiero poner en plan ecologista petulante, pero... caray... no costaba nada echarles un cable. ¿Esto no era un delito?
domingo, 31 de mayo de 2009
Melodía de la semana
Hoy, mejor vayámonos al cine.
El vídeo oficial no permite insertar, lo puedes ver aquí.
No hay nada que el tiempo, amor
no cure y no lave
no hay nada en tu corazón
que algún día no se quiera ir
cortála, no exagerés
no seas tan drástica
por fin sacudítelo
si no nunca vas a ser feliz
llevá los golpes de la vida
mañana va a ser otro día
hoy mejor vayámonos al cine.
Tan sólo es el tiempo, amor
nos lleva adelante
entiendo de tu terror
de que todo se termine aquí
lo que hay en tu corazón
te abriga y te chala
me pierde y me da calor
nos volea y nos hace reír
nos queda el resto de la vida
no creo que haya una salida
sólo quiero darte cosas simples
y un maravilloso amanecer
y un maravilloso amanecer.
Si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
me voy a enloquecer
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
te voy a enloquecer.
Nos queda el resto de la vida
no creo que haya una salida
sólo quiero darte cosas simples
y un maravilloso amanecer
y un maravilloso amanecer.
Si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
me voy a enloquecer
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
te voy a enloquecer
te voy a enloquecer
me voy a enloquecer
me voy a enloquecer.
Enloquecer, Fito Páez
El vídeo oficial no permite insertar, lo puedes ver aquí.
No hay nada que el tiempo, amor
no cure y no lave
no hay nada en tu corazón
que algún día no se quiera ir
cortála, no exagerés
no seas tan drástica
por fin sacudítelo
si no nunca vas a ser feliz
llevá los golpes de la vida
mañana va a ser otro día
hoy mejor vayámonos al cine.
Tan sólo es el tiempo, amor
nos lleva adelante
entiendo de tu terror
de que todo se termine aquí
lo que hay en tu corazón
te abriga y te chala
me pierde y me da calor
nos volea y nos hace reír
nos queda el resto de la vida
no creo que haya una salida
sólo quiero darte cosas simples
y un maravilloso amanecer
y un maravilloso amanecer.
Si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
me voy a enloquecer
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
te voy a enloquecer.
Nos queda el resto de la vida
no creo que haya una salida
sólo quiero darte cosas simples
y un maravilloso amanecer
y un maravilloso amanecer.
Si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
me voy a enloquecer
si te vuelvo a ver
si te vuelvo a ver
te voy a enloquecer
te voy a enloquecer
me voy a enloquecer
me voy a enloquecer.
Enloquecer, Fito Páez
viernes, 29 de mayo de 2009
Fiesta DPEPOQPLEP
Mi agenda del fin de semana está completa. Junto a la reunión de esta noche, Pijama Party or Suicide, mañana inauguran en el NMAC la obra de James Turrell y por la noche tendremos la primera edición del evento que se perfila como must have de 2009: la Fiesta DPEPOQPLEP.
La fiesta De Periodistas En Paro o Que Posiblemente lo Estén Pronto es una iniciativa de un poeta y un ex reportero desengañado de las rotativas que pretende reunir en torno a la gran preocupación colectiva de la temporada a un buen grupo de escritores frustrados que vieron demasiadas veces Todos los hombres el presidente o, en su terrible deformación sentimental, Íntimo y personal.
Todo parece indicar que los temas del argumentario serán:
-¿En qué me he equivocado?
-Teoría y praxis del imbécil destructivo y comprensión de sus estrategias de integración y supervivencia.
-Técnicas para controlar la impotencia. Social, se entiende, aunque hay para todo.
-La oposición. Ese horizonte.
Naturalmente, el domingo no estaremos para nadie.
La fiesta De Periodistas En Paro o Que Posiblemente lo Estén Pronto es una iniciativa de un poeta y un ex reportero desengañado de las rotativas que pretende reunir en torno a la gran preocupación colectiva de la temporada a un buen grupo de escritores frustrados que vieron demasiadas veces Todos los hombres el presidente o, en su terrible deformación sentimental, Íntimo y personal.
Todo parece indicar que los temas del argumentario serán:
-¿En qué me he equivocado?
-Teoría y praxis del imbécil destructivo y comprensión de sus estrategias de integración y supervivencia.
-Técnicas para controlar la impotencia. Social, se entiende, aunque hay para todo.
-La oposición. Ese horizonte.
Naturalmente, el domingo no estaremos para nadie.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Revelaciones
Ahora lo entiendo todo...
Respuesta de MC: "Y después estarás muerta, deprimida, hastiada, nerviosa... qué coño haces a las 2.19 mirando esas cosas???"
Respuesta de MC: "Y después estarás muerta, deprimida, hastiada, nerviosa... qué coño haces a las 2.19 mirando esas cosas???"
¿Yo vivo en el mismo mundo?
Me encanta este tipo pero, después de ver el vídeo, no me quedan claras dos cosas:
1) La experiencia vital del Punset le ha llevado a relacionar las madres trabajadoras con la actual crisis económica (es decir, dónde quedan las varias generaciones de niños criados en guarderías)???
2) ¿Creo entender que propone que para mantener el equilibrio emocional de la humanidad y, con ello, conseguir que se perpetúe será preciso aumentar las bajas de maternidad a cinco años?
La segunda pregunta no sé si me genera bienestar o conflicto.
Glups.
1) La experiencia vital del Punset le ha llevado a relacionar las madres trabajadoras con la actual crisis económica (es decir, dónde quedan las varias generaciones de niños criados en guarderías)???
2) ¿Creo entender que propone que para mantener el equilibrio emocional de la humanidad y, con ello, conseguir que se perpetúe será preciso aumentar las bajas de maternidad a cinco años?
La segunda pregunta no sé si me genera bienestar o conflicto.
Glups.
viernes, 22 de mayo de 2009
Invitado
Si me das la mano, te llevaré un sitio de criaturas increíbles... Si miras de cerca, tal vez, hasta puedas besar a un sapo...
Los Animales, Juan Erlich
A partir de hoy en Rivadavia
Los Animales, Juan Erlich
A partir de hoy en Rivadavia
jueves, 21 de mayo de 2009
Grisis... que no crisis
Se supone que son ellos -y los médicos, los investigadores, los técnicos especializados, los inventores y otros locos perseguidores de sueños- los que tienen que salvar nuestra economía. En este país dónde los niños sueñan ser estrellas de la tele, futbolistas o narcos, en este país en el que se ganaba más poniendo una pila de ladrillos que pasando horas pensando ingenios para rentabilizar la biomasa, de repente, alguien se da cuenta de que tal vez sea imposible volver a instaurar la cultura del esfuerzo.
Mientras tanto... sigamos invirtiendo en obra pública... o bajemos más los impuestos... ¿Nadie piensa que vamos a hacer dos décadas con el mismo jueguecito?
Modelos sociales de la España del futuro. Llena de pelotazos, rapimillonarios y nuevos ricos. Aquí una cínica que ha perdido la esperanza, dudo que alguien consiga daros la vuelta...
Mientras tanto... sigamos invirtiendo en obra pública... o bajemos más los impuestos... ¿Nadie piensa que vamos a hacer dos décadas con el mismo jueguecito?
Modelos sociales de la España del futuro. Llena de pelotazos, rapimillonarios y nuevos ricos. Aquí una cínica que ha perdido la esperanza, dudo que alguien consiga daros la vuelta...
Perdona, ¿me prestas tu vida?
Una a veces piensa que al final del camino -sí, me refiero a "ese" camino- se encontrará con individuo con gafas y libreta que, con tono conciliador y no exento de ironía, te informará que alguna vez estuviste en lo cierto: verdaderamente la vida no tiene ningún sentido. Mientras sospechas que al final habrá alguien que ponga en ridículo tus espachurramientos mentales a lo largo de la existencia y confías cada vez menos en que, en el invierno de tu cabellera -por lo de la metáfora de las nieves y las canas y todo eso- mirarás atrás para descubrir que Todotieneunsentido, el tic tac del tiempo va pasando y lo acusan dos impertinentes pelos blancos alojados a ambos lados de tu flequillo.
No sé si a todo el mundo le pasa o si la angustia es patrimonio de seres -¿cómo me dijeron últimamente?- que nunca están contentos, pero lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones llega un día en que tienes que pararte en seco decir: "Coño, esta es mi vida, pero no estoy segura de quererla".
Por poner un ejemplo:
-Fulanito tiene un niño precioso. Le gusto mucho.
-¿Al padre o al niño?
-Al niño, es muy tierno.
-Esto me tufa a "Perdona, ¿puedes prestarme tu vida?
-Buff. Confesión chunga: el otro día soñé con una preciosa niña pelirroja y uno de mis históricos estaba felizmente acodado a mi lado.
-¿Y?
-Me pasé llorando todo el día...
Lo peor es que una no tiene demasiado claro si lo que le molesta es haber perdido de vista al noviete de turno, si es cosa de la pátina del tiempo que te hace olvidar que era medio lelo, poco interesante e increíblemente aburrido bajo las sábanas. Si se trata del reloj biológico, si aguantaría convertirse en ese otro tipo de mujer que tiene la vida que tú fantaseas tan afortunada y reconfortante, si podrías convertirte de repente en una fiera de los negocios o una talentosa artista que recibe la admiración del auditorio, si, en el fondo, no tienes nada que ver con 'eso'. Si, en el fondo, eres incapaz de tener otra vida distinta a la que tienes.
Al final una se acaba el café con su amiga sabiendo que hay quien está eternamente condenada a la insatisfacción. Hace mucho tiempo, una working girl del periodismo me comentó, mientras deslizaba el primer lexatin de mi carrera periodística por mi palma de mi mano: "Hija, esto te pasa por ser demasiado lista".
Se lo repito a mi amiga, sé sobradamente que se merecía otra respuesta, pero no la tengo.
No sé si a todo el mundo le pasa o si la angustia es patrimonio de seres -¿cómo me dijeron últimamente?- que nunca están contentos, pero lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones llega un día en que tienes que pararte en seco decir: "Coño, esta es mi vida, pero no estoy segura de quererla".
Por poner un ejemplo:
-Fulanito tiene un niño precioso. Le gusto mucho.
-¿Al padre o al niño?
-Al niño, es muy tierno.
-Esto me tufa a "Perdona, ¿puedes prestarme tu vida?
-Buff. Confesión chunga: el otro día soñé con una preciosa niña pelirroja y uno de mis históricos estaba felizmente acodado a mi lado.
-¿Y?
-Me pasé llorando todo el día...
Lo peor es que una no tiene demasiado claro si lo que le molesta es haber perdido de vista al noviete de turno, si es cosa de la pátina del tiempo que te hace olvidar que era medio lelo, poco interesante e increíblemente aburrido bajo las sábanas. Si se trata del reloj biológico, si aguantaría convertirse en ese otro tipo de mujer que tiene la vida que tú fantaseas tan afortunada y reconfortante, si podrías convertirte de repente en una fiera de los negocios o una talentosa artista que recibe la admiración del auditorio, si, en el fondo, no tienes nada que ver con 'eso'. Si, en el fondo, eres incapaz de tener otra vida distinta a la que tienes.
Al final una se acaba el café con su amiga sabiendo que hay quien está eternamente condenada a la insatisfacción. Hace mucho tiempo, una working girl del periodismo me comentó, mientras deslizaba el primer lexatin de mi carrera periodística por mi palma de mi mano: "Hija, esto te pasa por ser demasiado lista".
Se lo repito a mi amiga, sé sobradamente que se merecía otra respuesta, pero no la tengo.
martes, 19 de mayo de 2009
Sexismo esotérico
Los caminos del machismo estructural son inabarcables. Tanto, que una puede caer presa de atávicos prejuicios sexistas si no tiene cuidado, incluso, cuando se permite una minúscula debilidad esotérica. Anoche soñé que tenía un precioso bebé que ya venía con pendientes. Una monada dulce que no lloraba y salía de mí con una facilidad propia de mil años más de evolución. Esta tarde, con las hormonas de punta y ese regusto a ¿Fantasía? ¿Realidad? que me queda después de mis agitadas proyecciones nocturnas -ya os he hablado de mis envolventes y desagradables sueños- me he dispuesto a testear por la red algún sentido místico al primer viaje onírico agradable que tengo en meses. ¡Caray! ¿Imagináis que hubiera parido con dolor??
Bueno, pues la cuestión es que, víctima como tantas veces de buscar la respuesta en oráculos digitales y misticismos de baratillo y teniendo en cuenta que ningún psicoanalista cobra menos de 50 pavos y tres años recomendables de sesiones, internet se ha convertido en mi solución hasta encontrar esta perla.
Que ya nos vistieran de rosa para recordarnos más o menos dulcemente la impureza del rojo/menstruación/pecado/suciedad y que tengamos que vivir con eufemimos visuales que convierten la regla en limpiacristales, era algo que tenía más o menos asumido, que soñar con partos de adorables niñas que no lloran ni muerden los pezones traiga mala suerte e innumerables desgracias es algo que no pienso tolerar. Nada más que por eso, estoy dispuesta a que me venga una irrefrenable catarata de energía positiva y buenas rachas. Ea, por chinchar.
'Mother and Child', de Ron Mueck en el recién estrenado Museo Brandhorst
lunes, 18 de mayo de 2009
Hasta luego
Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza
La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.
Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.
Me sirve y no me sirve,
M. B
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza
La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.
Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.
Me sirve y no me sirve,
M. B
miércoles, 13 de mayo de 2009
Sueños robados
Ultimamente, como ibéricas versiones de personajes de El Incidente, todo me hace pensar que debemos enfrentarnos a una polución emocional altamente tóxica. Suerte que por ese humano y banal apego a la vida que separa la ficción de la realidad, no nos dé por clavarnos lápices en la yugular o chocar nuestro coche contra la cancela amargamente cutre del Maxi Dia.
Como resultado del sentimiento general de crisis y desesperanza que empieza a campar sin pedir permiso por nuestros sueños, nos levantamos presos de ese miserable pass de deux de palabras: resaca emocional. Un estado anímico entre el hastío confuso, el dolor de cabeza, la hinchazón neuronal y el cansancio existencial que, mientras a ciertos genios les inspiró para escribir obras maestras, a ti sólo te vale para confirmar el divorcio no amistoso entre tú y la imagen que se refleja en el espejo.
Así que hoy, en el día de mi santo, decido dar un ultimátum a mis pesadillas: o me dejáis en paz o, al menos, pagad el diezmo por usar el paisaje de mis deseos para amenazarme con situaciones terribles: ¿qué tal la inspiración para una novelita?
Catalina Estrada
pienso verla antes del 30 en Iguapop
martes, 12 de mayo de 2009
jueves, 7 de mayo de 2009
Frases célebres
Marta (vía M. T.): "No te preocupes mujer, tenemos la edad perfecta. Coincidimos con todos casados precoces que regresan otra vez al mercado. ¡Y vienen enseñaditos!"
Monotonía
-¿Estás haciendo algo interesante?
-Veo el fútbol.
-Pero el fútbol terminó hace 2 horas.
-Bueno, están los resúmenes, el análisis de las jugadas.
-¿Estás diciendo que prefieres ver el fútbol a hablar conmigo?
-Mujer, contigo hablo todos los días...
Ella se dió la vuelta, movió la cabeza. En silencio y pausadamente, sin que nadie se diera cuenta, se fue diluyendo.
-Veo el fútbol.
-Pero el fútbol terminó hace 2 horas.
-Bueno, están los resúmenes, el análisis de las jugadas.
-¿Estás diciendo que prefieres ver el fútbol a hablar conmigo?
-Mujer, contigo hablo todos los días...
Ella se dió la vuelta, movió la cabeza. En silencio y pausadamente, sin que nadie se diera cuenta, se fue diluyendo.
martes, 28 de abril de 2009
Tener la última palabra
No podemos escapar de ella, no podemos ignorarla porque está ahí, como ese pecadillo de juventud que nos persigue, como el primer amor que se esfuma dejándonos a merced del platonismo, como esas palabras mágicas que no dijimos a tiempo y que nos separaron de alguien para siempre. Ella planea sobre nosotros y juega a esconderse para que la olvidemos. Nos da regalos: instantes de plenitud, aromas de bebés nuevos, orgasmos, caricias. Esperanzas de eternidad que nublan la consciencia y el entendimiento. Tanto, que la mayoría de las veces, cuando reaparece, nos encuentra desnudos, indefensos, muertos de miedo. Esta mañana me ha erizado la piel comprobar cómo la única manera de escapar a su juego es mirarla de frente, hablarle a los ojos, nombrarla y arrebatarle su velo de palabra maldita. Javier Ortiz se fue esta madrugada y ha dejado escrito su obituario, entre tierno y cómico, cualquier cosa menos resignado. Él ha sabido ser el último en tener la palabra, reírse un poco de ella, quitarle el velo y nombrarla. No dejar que otros dijeran lo que podía escribir él mismo. Estás ahí y te espero. La muerte.
jueves, 23 de abril de 2009
miércoles, 22 de abril de 2009
lunes, 20 de abril de 2009
El pacto
–Sólo te digo lo que pienso.
–Pues te agradecía que fueras un poco hipócrita. Nadie dice lo que piensa, todos mentimos un poco para aguantarnos los unos a los otros.
A partir de aquel momento iniciaron un muy feliz ascenso vital por los caminos del matrimonio, la familia y el estatus social. Recorrieron el mundo en viajes veraniegos, se fotografiaron frente a los principales monumentos internacionales, cambiaron varias veces el mobiliario de su casa, nombraron a sus hijos con nombres de parientes fallecidos, se mudaron de casa y destinaron un porcentaje de sus ingresos a organizaciones no gubernamentales. Cuidaron de sí mismos durante las gripes, apendicitis y otras enfermedades, ahorraron para un buen coche, redujeron la hipoteca, les premiaron -uno primero, el otro más tarde- con un ascenso. En el ocaso de sus vidas, tan perfectas y deliciosamente neutras, pudieron comprobar los beneficios de aquel pacto. Se dieron cuenta de que sus otroras malidicentes ingenios se habían desactivado y que, verdaderamente, habían encontrado una receta cercana a la felicidad. Una que, en medidas estratégicas y sin llegar completamente a abrazarla, rozaba indecentemente la mentira.
–Pues te agradecía que fueras un poco hipócrita. Nadie dice lo que piensa, todos mentimos un poco para aguantarnos los unos a los otros.
A partir de aquel momento iniciaron un muy feliz ascenso vital por los caminos del matrimonio, la familia y el estatus social. Recorrieron el mundo en viajes veraniegos, se fotografiaron frente a los principales monumentos internacionales, cambiaron varias veces el mobiliario de su casa, nombraron a sus hijos con nombres de parientes fallecidos, se mudaron de casa y destinaron un porcentaje de sus ingresos a organizaciones no gubernamentales. Cuidaron de sí mismos durante las gripes, apendicitis y otras enfermedades, ahorraron para un buen coche, redujeron la hipoteca, les premiaron -uno primero, el otro más tarde- con un ascenso. En el ocaso de sus vidas, tan perfectas y deliciosamente neutras, pudieron comprobar los beneficios de aquel pacto. Se dieron cuenta de que sus otroras malidicentes ingenios se habían desactivado y que, verdaderamente, habían encontrado una receta cercana a la felicidad. Una que, en medidas estratégicas y sin llegar completamente a abrazarla, rozaba indecentemente la mentira.
martes, 14 de abril de 2009
lunes, 13 de abril de 2009
miércoles, 8 de abril de 2009
Vuelven las gafas
J. siempre dice que lo que más le revienta de que le manden a hacer cosas es precisamente eso: que le manden. A mí, con mi complejo de perro de Paulov siempre dispuesto a babear por el hueso de turno, me resulta difícil de entender tal rebeldía que indirectamente también me revienta cuando mi tendencia al mangoneo y su adicción alnoporsistema chocan en un chispazo de malas pulgas.
Es curioso que una pueda ser mandona y fordista a mezclas iguales, que pueda andar manejando los factores y elementos como si de mi casita de muñecas se tratara y al mismo tiempo necesite, ansíe, ser una pieza más de la cadena de montaje, recibir órdenes, tener ciertos compromisos que ayuden a marcar el ritmo.
Hoy me acuerdo de su rebeldía sin causa al calzarme por primera vez mis nuevas gafas graduadas para mi residual astigmatismo. Una dolencia que no quedó eliminada en la intervención quirúgica que, creía, me había librado para siempre de las gafas y que hoy se revela molesta a la hora de conducir por las noches.
Desde hoy, bueno, técnicamente desde ayer, vuelvo a lucir gafas para "ciertas ocasiones", lo cuál me suma a la nómina de fashionvictimistas que juegan a ponérselas y quitárselas de acuerdo con la ocasión. Toca velada de cineforum con los amigos culturetas. Me las pongo. Toca feria de pueblo con las amigas golfas. Se quedan en casa.
Después de pasarlo taaaan mal por ser una miope de ojos achicados, hoy alucino siendo una más de la que pueden elegir llevar montura o no. Y vivo con auténtica delicia el presumir con mis gafaspasta de las que, si la ocasión lo mereciera, podría prescindir.
Así que, vale, lo reconozco, no hay sensación que iguale a hacer las cosas por gusto.
Es curioso que una pueda ser mandona y fordista a mezclas iguales, que pueda andar manejando los factores y elementos como si de mi casita de muñecas se tratara y al mismo tiempo necesite, ansíe, ser una pieza más de la cadena de montaje, recibir órdenes, tener ciertos compromisos que ayuden a marcar el ritmo.
Hoy me acuerdo de su rebeldía sin causa al calzarme por primera vez mis nuevas gafas graduadas para mi residual astigmatismo. Una dolencia que no quedó eliminada en la intervención quirúgica que, creía, me había librado para siempre de las gafas y que hoy se revela molesta a la hora de conducir por las noches.
Desde hoy, bueno, técnicamente desde ayer, vuelvo a lucir gafas para "ciertas ocasiones", lo cuál me suma a la nómina de fashionvictimistas que juegan a ponérselas y quitárselas de acuerdo con la ocasión. Toca velada de cineforum con los amigos culturetas. Me las pongo. Toca feria de pueblo con las amigas golfas. Se quedan en casa.
Después de pasarlo taaaan mal por ser una miope de ojos achicados, hoy alucino siendo una más de la que pueden elegir llevar montura o no. Y vivo con auténtica delicia el presumir con mis gafaspasta de las que, si la ocasión lo mereciera, podría prescindir.
Así que, vale, lo reconozco, no hay sensación que iguale a hacer las cosas por gusto.
martes, 7 de abril de 2009
La euforia
-Creo que no me quieres a mí, creo que buscas a otra persona.
Ella permaneció muda dejando que la frase cayera en el absoluto silencio de aquella noche demasiado calurosa. Él se arrepintió enseguida de haber dejado, otra vez, que su lengua fuera más rápida que su cabeza, de aquella nueva cesión a los impulsos. De haberse pasado con el whisky y con la euforia. Ella permaneció callada mientras acostaba a los niños y terminaba de recoger algunos trastos que habían quedado desordenados antes de salir. A la mañana siguiente, él intentó inútilmente una caricia de sondeo al cruzarse en el pasillo, mientras uno salía y otro entraba en el baño. Por la tarde, pudo comprobar que había dejado algunas camisetas viejas antes de hacer las maletas. Le comentaría, meses después, que aquella frase suspendida en el ambiente había resultado demasiado reveladora, después de meses, años, de toda una vida plagada de inútiles expectativas. Él maquinó una versión que repetir a los otros pero no pudo evitar que le machacara la duda: ¿Y si no lo hubiera dicho?
La imagen: Las maletas de papá, Michael Johansson, 2006
Ella permaneció muda dejando que la frase cayera en el absoluto silencio de aquella noche demasiado calurosa. Él se arrepintió enseguida de haber dejado, otra vez, que su lengua fuera más rápida que su cabeza, de aquella nueva cesión a los impulsos. De haberse pasado con el whisky y con la euforia. Ella permaneció callada mientras acostaba a los niños y terminaba de recoger algunos trastos que habían quedado desordenados antes de salir. A la mañana siguiente, él intentó inútilmente una caricia de sondeo al cruzarse en el pasillo, mientras uno salía y otro entraba en el baño. Por la tarde, pudo comprobar que había dejado algunas camisetas viejas antes de hacer las maletas. Le comentaría, meses después, que aquella frase suspendida en el ambiente había resultado demasiado reveladora, después de meses, años, de toda una vida plagada de inútiles expectativas. Él maquinó una versión que repetir a los otros pero no pudo evitar que le machacara la duda: ¿Y si no lo hubiera dicho?
La imagen: Las maletas de papá, Michael Johansson, 2006
lunes, 6 de abril de 2009
Final feliz
Más allá de cuentos de hadas y cenicientas posmodernas, al final, lo verdaderamente necesario para un final feliz es un chico listo que sepa leer entre líneas. Alguien que intuya lo importante que es tu gato aunque nunca le hagas caso, aunque no tenga nombre y juegues a ignorarlo. Alguien que se empeñe en cuidarte aunque no te haga ninguna falta.
Alguien imperfecto que pueda ver bajo la máscara el miedo que tienes y sepa borrarlo con un beso de película...
Alguien imperfecto que pueda ver bajo la máscara el miedo que tienes y sepa borrarlo con un beso de película...
viernes, 3 de abril de 2009
La importancia de una S
Aunque conocida por mi desorden, mi escasa capacidad para la retentiva social y mi pereza generalizada, la verdad es que acabo de darme cuenta de que soy una persona a quien le preocupan los detalles. Más aún después de haber comprobado, como una revelación, que si se escapa una S al apuntar la dirección de este blog aparece un macabro site de interpretadores de la Biblia que, si bien puede estar más limpio que una patena, tiene toda la pinta de guardar más bacterias informáticas que el despacho de Koch. Una S puede significar muchas cosas. No es lo mismo tener un amante que tener amantes, no se les quiere igual ni se les presta la misma atención y tampoco es lo mismo para que el que tiene un amigo señalarlo a él por encima del resto, que se llaman amigos, pero no son lo mismo. Ya se sabe.
La S es importante por su ausencia y al revés, por eso tiene más quien tiene dinero que quien sólo guarda dineros y la política es algo muy complejo mientras que la gente aplica políticas para hacérnosla entender. Bueno, esto no pretende ser un juego lingüístico porque no tengo ni ingenio ni paciencia para construirlo, pero sí una pequeña reflexión sobre porqué hay detalles que, ocurridos o no, pueden cambiarlo todo. Desde las caricias a ciertos tipos de sonrisas, desde una llamada telefónica a diez euros que, en lugar de permanecer doblados en tu monedero, decides gastarte en otra persona que no se lo espera. Los detalles son importantes, y lo son mucho cuando hablamos de tonos de voz, palabras pronunciadas y volúmenes. De la ternura a la crueldad y viceversa.
Por eso, supongo, y a pesar de la pereza y de los días grises e igualitos que se acumulan en nuestros calendarios, las S pueden salvarnos la vida. Ponerlas o quitarlas, como se eliminan los besos cuando el amor va pasando. Ponerlas o quitarlas como se manda un tq en un sms... Ponerlas o quitarlas y elegir entre interpretar la Biblia o colarse en este blog en el que, dicen algunos -qué vergüenza ¿no?- a veces se pueden leer las S de aquello que me está pasando.
Siiii... la imagen es muy ñoña... Estoy blandita.
La S es importante por su ausencia y al revés, por eso tiene más quien tiene dinero que quien sólo guarda dineros y la política es algo muy complejo mientras que la gente aplica políticas para hacérnosla entender. Bueno, esto no pretende ser un juego lingüístico porque no tengo ni ingenio ni paciencia para construirlo, pero sí una pequeña reflexión sobre porqué hay detalles que, ocurridos o no, pueden cambiarlo todo. Desde las caricias a ciertos tipos de sonrisas, desde una llamada telefónica a diez euros que, en lugar de permanecer doblados en tu monedero, decides gastarte en otra persona que no se lo espera. Los detalles son importantes, y lo son mucho cuando hablamos de tonos de voz, palabras pronunciadas y volúmenes. De la ternura a la crueldad y viceversa.
Por eso, supongo, y a pesar de la pereza y de los días grises e igualitos que se acumulan en nuestros calendarios, las S pueden salvarnos la vida. Ponerlas o quitarlas, como se eliminan los besos cuando el amor va pasando. Ponerlas o quitarlas como se manda un tq en un sms... Ponerlas o quitarlas y elegir entre interpretar la Biblia o colarse en este blog en el que, dicen algunos -qué vergüenza ¿no?- a veces se pueden leer las S de aquello que me está pasando.
Siiii... la imagen es muy ñoña... Estoy blandita.
lunes, 30 de marzo de 2009
Medicinas
Adoro a toooodos los personajes que aparecen en esta secuencia.
Sobre todo al caballero... ¿Nadie le encuentra parecido?
jueves, 26 de marzo de 2009
miércoles, 25 de marzo de 2009
martes, 17 de marzo de 2009
La respuesta
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo.
Pronunció la frase como una bocanada compacta. Los ojos fijos y la barbilla alta. Él la observó pacientemente durante unos segundos que parecieron horas. Percibió el brillante flequillo mecido por el aire de la ventana, las pecas sobre la nariz y los restos de carmín que sobrevivían al incómodo almuerzo preñado de explicaciones y palabras. Se deslizó un instante por la frente en la que empezaban a marcarse las primeras arrugas y se maldijo por haber elegido la puerta, la carta, la opción equivocada. Observó sus pupilas quietas, el gesto suave, el segundo en el que rictus de ella se tornaba en una deliciosa sonrisa confiada. La abrazó y en ese exacto momento notó que la espalda de ella se destensaba. Un pequeño descuido fisiológico, una respuesta instintiva, un imperceptible gesto que le dejaba indefenso, frente a frente con la mentira.
-Te lo prometo.
Pronunció la frase como una bocanada compacta. Los ojos fijos y la barbilla alta. Él la observó pacientemente durante unos segundos que parecieron horas. Percibió el brillante flequillo mecido por el aire de la ventana, las pecas sobre la nariz y los restos de carmín que sobrevivían al incómodo almuerzo preñado de explicaciones y palabras. Se deslizó un instante por la frente en la que empezaban a marcarse las primeras arrugas y se maldijo por haber elegido la puerta, la carta, la opción equivocada. Observó sus pupilas quietas, el gesto suave, el segundo en el que rictus de ella se tornaba en una deliciosa sonrisa confiada. La abrazó y en ese exacto momento notó que la espalda de ella se destensaba. Un pequeño descuido fisiológico, una respuesta instintiva, un imperceptible gesto que le dejaba indefenso, frente a frente con la mentira.
lunes, 16 de marzo de 2009
domingo, 15 de marzo de 2009
Letra para cantar un domingo
Y a última hora no quedaba nada:
ni siquiera las hojas de los árboles
_acacias_, ni el viento de la tarde,
ni la alegría, ni la desesperanza.
La caricia que pudo haber rozado
aquella piel, no se produjo porque
aquella piel no era la tuya,
ni los ojos
que me miraban eran
tus ojos, ni el deseo
-que en otro tiempo hubiera sido
suficiente_
tenía sentido, desviado
del cauce de ti misma.
A última hora había pasado un día,
y al sentirlo hecho sombra, y polvo, y nada,
comprendí que la luz que había llenado
sus horas,
y todas las palabras
que ocuparon mi boca, y los gestos
de mis manos,
y la fatalidad de mis designios,
y las calles que anduve paso a paso,
y el vino que bebí, y la alegría
de saber que existías en el mismo
instante,
no eran sólo el fracaso repetido
del Día del Señor, sino que eran
un día más sin ti:
comprendí con dolor que jamás, nunca
para mí habría domingos ni esperanza
fuera de tu mirada y tu sonrisa,
lejos de tu presencia tibia y clara.
Ángel González
ni siquiera las hojas de los árboles
_acacias_, ni el viento de la tarde,
ni la alegría, ni la desesperanza.
La caricia que pudo haber rozado
aquella piel, no se produjo porque
aquella piel no era la tuya,
ni los ojos
que me miraban eran
tus ojos, ni el deseo
-que en otro tiempo hubiera sido
suficiente_
tenía sentido, desviado
del cauce de ti misma.
A última hora había pasado un día,
y al sentirlo hecho sombra, y polvo, y nada,
comprendí que la luz que había llenado
sus horas,
y todas las palabras
que ocuparon mi boca, y los gestos
de mis manos,
y la fatalidad de mis designios,
y las calles que anduve paso a paso,
y el vino que bebí, y la alegría
de saber que existías en el mismo
instante,
no eran sólo el fracaso repetido
del Día del Señor, sino que eran
un día más sin ti:
comprendí con dolor que jamás, nunca
para mí habría domingos ni esperanza
fuera de tu mirada y tu sonrisa,
lejos de tu presencia tibia y clara.
Ángel González
viernes, 13 de marzo de 2009
Melodías de la semana
Hoy vuelve el revival, las horas de talgo y el frío de marzo. Hoy me he vuelto a levantar con esa quebrada confianza de que algunas cosas hayan sido sólo una pesadilla. Hoy vuelvo a enfilar el bus sorbiendo mocos. Hoy me limpio las lagrimillas destempladas mientras escucho a Mina. Y hoy a un colega se le ocurre enviarme una buena dosis de petardeo. "Temazo: melodía, armonía, letra".
En el fondo, y aunque no pueda decir que como Cyrano tuviera la suerte de preservar el orgullo, a una se le calman las tripas al darse cuenta de que tiene algo extremadamente difícil de arrancar: las ganas de reír.
Y para que me revuelque, C. S. me recuerda toda una oración a la Más que Santísima Tigresa del Oriente:
"Esta mujer me da taaaaaaaanta felicidad", me repite.
¿Y por que no puedes rectificar
Siempre hay un nuevo amanecer
mientras dios te da vida y salud
Aprovecha para ser feliz...
Brinda una sonrisa
Sé más cariñoso
Ponle alegría
Si tu sabes dar amor
entonces serás feliz
Domina tu orgullo
no seas egoísta
sé más admirable...
En el fondo, y aunque no pueda decir que como Cyrano tuviera la suerte de preservar el orgullo, a una se le calman las tripas al darse cuenta de que tiene algo extremadamente difícil de arrancar: las ganas de reír.
Y para que me revuelque, C. S. me recuerda toda una oración a la Más que Santísima Tigresa del Oriente:
"Esta mujer me da taaaaaaaanta felicidad", me repite.
¿Y por que no puedes rectificar
Siempre hay un nuevo amanecer
mientras dios te da vida y salud
Aprovecha para ser feliz...
Brinda una sonrisa
Sé más cariñoso
Ponle alegría
Si tu sabes dar amor
entonces serás feliz
Domina tu orgullo
no seas egoísta
sé más admirable...
jueves, 12 de marzo de 2009
martes, 10 de marzo de 2009
Minucias evolutivas
Uy... de estos conozco yo unos cuantos... ¿Vendrán también un grupo de suecos a estudiarlos? ¿Lo publicarán en Current Biology? ¿Quedarán por el Nahu después de todo el día de estudios de campo?
En serio, entre el nombre tan taaaan Corleone y el retorcimiento premeditado, ¿no me diréis que no se escurren por los vericuetos de la ciencia las teóricas maldades femeninas? Ay... atávicos san benitos de género, quedáis k.o. ante los ataques de inseguridad de cualquier macho dominante...
En serio, entre el nombre tan taaaan Corleone y el retorcimiento premeditado, ¿no me diréis que no se escurren por los vericuetos de la ciencia las teóricas maldades femeninas? Ay... atávicos san benitos de género, quedáis k.o. ante los ataques de inseguridad de cualquier macho dominante...
jueves, 5 de marzo de 2009
De visita
Mi ex solía disculpar mi desmemoria remitiéndose a mis convulsiones vitales. Tu vida ha sufrido muchos cambios, es imposible que recuerdes tantos detalles... blablabla... Mi mejor amigo lo achaca, sin embargo, a mi patológica falta de atención. Yo prefiero la explicación primera que me absuelve y me disculpa y me hace sentir -ya que una no puede evitar sumar la experiencia de situaciones dolorosas- más interesante. Supongo que, más allá de literarias vidas nómadas y cosmopolitas, mi ex se refería al bloqueo mental ante personas que están y desaparecen, a las ciudades fugaces, a las esperanzas que uno tiene y la vida te quita, a los inimaginables regalos que luego te da. A esa incómoda sensación de pertenecer y no a los sitios, de pertenecer y no a las personas.
Disquisiciones ultrapersonales aparte, además de la desmemoria, lo malo de no tener patria es que una acaba perdiéndose las mejores y, cuando termina por poner un pie en firme en algún sitio, se da cuenta de que la mayor parte de la gente que te importa ha vivido sus grandes momentos contando contigo pero asumiendo que te perderías la versión extendida. Por eso cuando hace unos días mi amiga PH me ofreció la posibilidad de acompañarla a mirar trajes de novia mi corazón estalló en latidos y mi imaginación saltó de un lado a otro viéndome protagonista de remanidas escenas cinematográficas de cine antidepresivo (esto es, comedia romántica y sucedáneos que acaban bien).
Aunque mi compi de curro no termine de entender mi fascinación por un acto social en el que todo el mundo está contento y todo es gratis (¿quién puede pedir más?), lo cierto es que siempre había soñado con vivir ese momento de acompañante de la protagonista. Sentarme en el sillón reservado para amigas/madres/hermanas/cuñadas de la sala de espejos y emocionarme opinando sobre esteeselmodeloquetepega, queguapaqueestás y, sobre todo, parecesunaprincesa.
Como cuando dormía con María junto a su cama de hospital, como cuando me pidieron hacer de testigo ante un cura o esperaba a Javier junto a la sala de partos de La Salud... A veces, una visita la vida de la gente y se siente, fugazmente, parte de algo. ¿Y qué mejor que de algo bonito, blanco y lleno de sedas y de encajes? Debe ser la edad, una se pone cada vez más ñoña. Era justo como yo esperaba y me hizo taaanta ilusión...
Disquisiciones ultrapersonales aparte, además de la desmemoria, lo malo de no tener patria es que una acaba perdiéndose las mejores y, cuando termina por poner un pie en firme en algún sitio, se da cuenta de que la mayor parte de la gente que te importa ha vivido sus grandes momentos contando contigo pero asumiendo que te perderías la versión extendida. Por eso cuando hace unos días mi amiga PH me ofreció la posibilidad de acompañarla a mirar trajes de novia mi corazón estalló en latidos y mi imaginación saltó de un lado a otro viéndome protagonista de remanidas escenas cinematográficas de cine antidepresivo (esto es, comedia romántica y sucedáneos que acaban bien).
Aunque mi compi de curro no termine de entender mi fascinación por un acto social en el que todo el mundo está contento y todo es gratis (¿quién puede pedir más?), lo cierto es que siempre había soñado con vivir ese momento de acompañante de la protagonista. Sentarme en el sillón reservado para amigas/madres/hermanas/cuñadas de la sala de espejos y emocionarme opinando sobre esteeselmodeloquetepega, queguapaqueestás y, sobre todo, parecesunaprincesa.
Como cuando dormía con María junto a su cama de hospital, como cuando me pidieron hacer de testigo ante un cura o esperaba a Javier junto a la sala de partos de La Salud... A veces, una visita la vida de la gente y se siente, fugazmente, parte de algo. ¿Y qué mejor que de algo bonito, blanco y lleno de sedas y de encajes? Debe ser la edad, una se pone cada vez más ñoña. Era justo como yo esperaba y me hizo taaanta ilusión...
miércoles, 4 de marzo de 2009
martes, 3 de marzo de 2009
Bien vale un sucedáneo...
Como una no puede tener abono y mientras no consigue que le coincida la tarde libre con la conexión a Opera Oberta, se conforma con sucedáneos.
Algunos querrán amargarme la noticia con el siempre propicio debate sobre la experiencia artística y la falsa democratización del arte. Yo, sin embargo, me apunto a pasar de complejos. Me siento tan humildemente conectada, tan global, tan internauta y proletaria...
N'est-ce plus ma voix?, Manon
Jules Massenet
Algunos querrán amargarme la noticia con el siempre propicio debate sobre la experiencia artística y la falsa democratización del arte. Yo, sin embargo, me apunto a pasar de complejos. Me siento tan humildemente conectada, tan global, tan internauta y proletaria...
N'est-ce plus ma voix?, Manon
Jules Massenet
lunes, 2 de marzo de 2009
Melodía de la semana
En esta vida una nunca sabe por dónde van a venir las oportunidades, o al menos, así intenta pensarlo mientras cuenta los minutos para que esa ansiada combinación numérica salga el próximo jueves. Proyecta, Proyecta. De pequeña, y eso que me consideraba bastante feita, siempre soñé con que algún director de cine necesitara alguna protagonista descoordinada, desgarbadilla y sin embargo hiperartista y me descubriera en el súper, camino de la playa o comiéndome un helado enfilando la Calle Ancha. Después de la historia de María Galiana, hace años que decidí no perder la esperanza y confiar en que, ya torradilla, me descubra algún cazatalentos ávido de nuevas caras. Menos mal que el cine europeo mantiene papeles para mayores de cincuenta... Proyecta, Proyecta. Mientras, una hace pinitos junto a Eva y el resto de las niñas vestidas de Cuéntame, al ritmo del tres por cuatro, peluca y gafas glam a la vista. Pero bueno, eso es otra historia.
Mi cabecita pensaba sobre las oportunidades, sobre cómo uno puede recibir los desprecios de la crítica y la industria y luego ser rehabilitado porque, aunque aquellos necios no lo supieran, en realidad, estabas defendiendo un buen tema. Proyecta, Proyecta. Al cantante de country Jace Everett le retiraron su primer disco del mercado por falta de ventas. "Nos das pérdidas", le dirían con cara de palo mientras el pobrecito se comía los sueños de grandeza. Después vinieron los capítulos emitidos, las descargas de internet, los bocados de vampiro, la sangre caliente y el verano tórrido de Louisiana. Al final, ya anda grabando nuevo disco y haciendo caja. ¿Ves? La oportunidad llegará que tus sueños cumplirá. Proyecta, Proyecta.
Este finde no sólo he canturreado, también me dejé morder por un vampiro...
I wanna do bad things with you...
Bad things
When you came in the air went out.
And every shadow filled up with doubt.
I don't know who you think you are,
But before the night is through,
I wanna do bad things with you.
I'm the kind to sit up in his room.
Heart sick an' eyes filled up with blue.
I don't know what you've done to me,
But I know this much is true:
I wanna do bad things with you.
When you came in the air went out.
And all those shadows there filled up with doubt.
I don't know who you think you are,
But before the night is through,
I wanna do bad things with you.
I wanna do real bad things with you.
Ow, ooh.
I don't know what you've done to me,
But I know this much is true:
I wanna do bad things with you.
I wanna do real bad things with you.
Bad Things, 2005
Jace Everett
miércoles, 25 de febrero de 2009
Melodía de la semana
Una lástima que no lo eligieran como single para el primer vídeo. Así que mientras algún equipo creativo se curra su traducción en imágenes, me tendré que aguantar con esta foto entre cani y shoniwoni...
A veces la rabieta, el subidón y el soniquete tonto de una canción encajan de maravilla. Una se siente vejada y esperanzada, enrabietada y enérgica, con ganas de decir maldades aderezadas de beatífica sonrisa... Mmmmm...
Como en la vida misma...
Look inside
Look inside your tiny mind
Now look a bit harder
Cause we're so uninspired,
so sick and tired of all the
hatred you harbor
So you say
It's not okay to be gay
Well I think you're just evil
You're just some racist who
can't tie my laces
Your point of view is medieval
Fuck you (Fuck you)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't translate
And it's getting quite late
So please don't stay in touch
Do you get
Do you get a little kick out of
being slow minded?
You want to be like your father
It's approval your after
Well that's not how you find it
Do you
Do you really enjoy living a
life that's so hateful?
Cause there's a hole where
your soul should be
Your losing control of it and
it's really distasteful
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't
translate and it's getting
quite late
So please don't stay in touch
Look inside
Look inside your tiny mind
Now look a bit harder
Cause we're so uninspired,
so sick and tired of all the
hatred you harbor
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't
translate and it's getting
quite late
So please don't stay in touch
You say
you think we need to go to war
Well you're already in one
Cuz it's people like you
that need to get slew
No one wants your opinion
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't
translate and it's getting quite late
So please don't stay in touch
Lily Allen
It's not me, it's you, 2009
A veces la rabieta, el subidón y el soniquete tonto de una canción encajan de maravilla. Una se siente vejada y esperanzada, enrabietada y enérgica, con ganas de decir maldades aderezadas de beatífica sonrisa... Mmmmm...
Como en la vida misma...
Look inside
Look inside your tiny mind
Now look a bit harder
Cause we're so uninspired,
so sick and tired of all the
hatred you harbor
So you say
It's not okay to be gay
Well I think you're just evil
You're just some racist who
can't tie my laces
Your point of view is medieval
Fuck you (Fuck you)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't translate
And it's getting quite late
So please don't stay in touch
Do you get
Do you get a little kick out of
being slow minded?
You want to be like your father
It's approval your after
Well that's not how you find it
Do you
Do you really enjoy living a
life that's so hateful?
Cause there's a hole where
your soul should be
Your losing control of it and
it's really distasteful
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't
translate and it's getting
quite late
So please don't stay in touch
Look inside
Look inside your tiny mind
Now look a bit harder
Cause we're so uninspired,
so sick and tired of all the
hatred you harbor
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't
translate and it's getting
quite late
So please don't stay in touch
You say
you think we need to go to war
Well you're already in one
Cuz it's people like you
that need to get slew
No one wants your opinion
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch
Fuck you (Fuck You)
Fuck you very, very much
Cause your words don't
translate and it's getting quite late
So please don't stay in touch
Lily Allen
It's not me, it's you, 2009
viernes, 20 de febrero de 2009
Ajuste de cuentas
-Estar juntas... de lo mejorcito que me ha pasado en mucho tiempo. ¿Quién me lo iba a decir hace diez años?
-Con las miradas de odio que me echabas.
-¿Te dabas cuenta? Bueno, es que me habías quitado al rollete...
-Ya.
-Ah, por cierto... Muchas gracias.
-De nada mujer...
Las mujeres, que tenemos que decirlo todo. A cambio, un par de cervezas para celebrarlo.
-Con las miradas de odio que me echabas.
-¿Te dabas cuenta? Bueno, es que me habías quitado al rollete...
-Ya.
-Ah, por cierto... Muchas gracias.
-De nada mujer...
Las mujeres, que tenemos que decirlo todo. A cambio, un par de cervezas para celebrarlo.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Melodía de la semana
Lo llevaba en el dedo y es fino, minúsculo. Hoy he conocido a una nueva colaboradora de sonrisa grande y devoción por la moda y, con ella, al último ingenio de la factoría de princesas perfectas de Dior, un anillo que debió salir el año pasado cuando yo cuadraba números, multiplicaba las horas, tomaba nolotiles e ignoraba más de un número de aquella suscripción al Vogue que, como los amores de verano, duró demasiado poco. Es una sortija Oui que no pienso reproducir en esta entrada por el fino dolor de tener que verla cada vez que entre en mi portal. Con un diamante pequeño y unas líneas perfectas, deliciosa.
Después de haberle prometido a mi amiga que si me toca la apuesta semanal a las loterías del Estado nos compramos una -por muy de pedida que sea-, ya estoy deseando que Ana vuelva con el bolsón de material de showrooms para vérselo otra vez. Es tan mono, tan chic, tan "oui, oui, oui"...
Y, claro, como a una el entusiasmo frívolo se le mezcla con el macarrismo, pues no dejo de pensar en Los Ronaldos.
Hasta que digas, sí, sí, sí...
Mmmmm...
Después de haberle prometido a mi amiga que si me toca la apuesta semanal a las loterías del Estado nos compramos una -por muy de pedida que sea-, ya estoy deseando que Ana vuelva con el bolsón de material de showrooms para vérselo otra vez. Es tan mono, tan chic, tan "oui, oui, oui"...
Y, claro, como a una el entusiasmo frívolo se le mezcla con el macarrismo, pues no dejo de pensar en Los Ronaldos.
Hasta que digas, sí, sí, sí...
Mmmmm...
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