Aunque conocida por mi desorden, mi escasa capacidad para la retentiva social y mi pereza generalizada, la verdad es que acabo de darme cuenta de que soy una persona a quien le preocupan los detalles. Más aún después de haber comprobado, como una revelación, que si se escapa una S al apuntar la dirección de este blog aparece un macabro site de interpretadores de la Biblia que, si bien puede estar más limpio que una patena, tiene toda la pinta de guardar más bacterias informáticas que el despacho de Koch. Una S puede significar muchas cosas. No es lo mismo tener un amante que tener amantes, no se les quiere igual ni se les presta la misma atención y tampoco es lo mismo para que el que tiene un amigo señalarlo a él por encima del resto, que se llaman amigos, pero no son lo mismo. Ya se sabe.
La S es importante por su ausencia y al revés, por eso tiene más quien tiene dinero que quien sólo guarda dineros y la política es algo muy complejo mientras que la gente aplica políticas para hacérnosla entender. Bueno, esto no pretende ser un juego lingüístico porque no tengo ni ingenio ni paciencia para construirlo, pero sí una pequeña reflexión sobre porqué hay detalles que, ocurridos o no, pueden cambiarlo todo. Desde las caricias a ciertos tipos de sonrisas, desde una llamada telefónica a diez euros que, en lugar de permanecer doblados en tu monedero, decides gastarte en otra persona que no se lo espera. Los detalles son importantes, y lo son mucho cuando hablamos de tonos de voz, palabras pronunciadas y volúmenes. De la ternura a la crueldad y viceversa.
Por eso, supongo, y a pesar de la pereza y de los días grises e igualitos que se acumulan en nuestros calendarios, las S pueden salvarnos la vida. Ponerlas o quitarlas, como se eliminan los besos cuando el amor va pasando. Ponerlas o quitarlas como se manda un tq en un sms... Ponerlas o quitarlas y elegir entre interpretar la Biblia o colarse en este blog en el que, dicen algunos -qué vergüenza ¿no?- a veces se pueden leer las S de aquello que me está pasando.
Siiii... la imagen es muy ñoña... Estoy blandita.
2 comentarios:
Precioso texto, y con qué buen criterio está escrito, se vé que lo ha esccrito una persona Sensible, Sensual, Sincera, Super.. y todas las S que quieras añadir.
José María
Sencillamente y como Siempre: Soprendente Vila.
Publicar un comentario