-No te gustó cómo me corté el pelo.
-No he dicho eso... Dije que de la otra manera manera estabas mejor.
-Pero no dijiste que estuviera guapa.
-Sí que lo hice...
-Vale, pero no lo suficiente.
Al final, por varias razones, ora la ciencia, ora la psicología, cada vez lo entiendo todo mucho mejor...
“¿Es posible que durante miles de años hayamos prodigado menos cumplidos que acusaciones, sin saber que estábamos destruyendo la convivencia de una pareja o de una sociedad?”. Ahora resulta que, después de años investigando las causas de la ruptura de una pareja, el porcentaje de las que desaparecen es mucho mayor cuando uno de los miembros es extremadamente tacaño en los cumplidos, costándole horrores admitir: “¡Qué razón tienes, amor mío!”.
E. P.
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