Aunque hace ya algunos años que la ciencia desestimó lo de la generación espontánea de la materia, hay quién piensa aún que ciertos organismos repugnantes nacen de la caca de una mosca que se cuela por la ventana. Sabiduría popular que le llama lo más parecido a un médico que hay en los márgenes de mi vida. Dice el doctor en cuestión que nada surge de la transformación aleatoria de una sustancia en otra, es decir, que los gusanos de cualquier cuerpo en descomposición no vienen porque la piel de uno se torne en otra cosa -que también- sino porque todos y cada uno de nosotros albergamos minúsculos, microscópicos, huevos de lombriz que se activan cuando las condiciones de putrefacción, suciedad o calor son idóneas...
[Nota por si hay algún científico entre los lectores: absténgase de hacer precisiones, ésta es la forma más sencilla que una tiene de explicarse].
Que a más de uno el huevo de lombriz le ocupa más volumen que la masa encefálica, o, y aún más grave, que a alguno le ocupa más que esa pseudorrealidad sin materia que llamamos alma, es una verdad que los medios de comunicación nos desnudan, junto con la media tostada con tomate y aceite, cada mañana. Que mi vida no es la misma desde que me sé rodeada, invadida, por misteriosos huevos a la espera de mejores condiciones climáticas, es una pesadilla que hoy me ha apetecido compartir. Sobre todo para que vaya por delante mi disculpa si algún día me encuentran rodeada de viscosos gusanos negros.
En los próximos meses comenzará el desfile teatral pre electoral y ante ciertos rostros de la vida política, una se va viendo cercada por cierta atmósfera, irrespirable y caliente, que nunca arde.
Publicado en La Voz de Cádiz el 4 de septiembre de 2007
2 comentarios:
Qué imágen... todo son huevos a nuestro alrededor. Según algunos podría catalogarse de asquerosa, aunque prefiero pensar en un entorno lleno de vida a punto de eclosionar.
y no sabemos cuando será el estallido
Pues sí, dependiendo como nos pille el día, esta podría ser una imagen llena de vida... Tienes razón. A lo mejor la rabia política terminar eclosionando en un acceso de genio... de genio del bueno, se entiende.
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