"Hay muchas cosas que no puedo decir a nadie, casi todas se refieren a las matemáticas". Carlos Edmundo de Ory
miércoles, 5 de septiembre de 2007
La chica del gánster
Alguien que no es el abuelito de Heidi pero que se le parece me enseñó que lo de la felicidad tiene que ver con el -a veces sucio, engrasado, límpido o deshecho- filtro con el que asumimos las cosas. Una especie de velo invisible que se antepone ante nosotros y el mundo y nos ayuda a procesar si la mancha en el traje nuevo es una desgracia más que viene a sumarse a la jodida noche en la que te ves gorda o una prueba irrefutable de que existe la vida, de que la vida mancha y que nosotros, individuos latentes en mitad de universo, estamos manchados porque estamos vivos.
Cuadro ejemplificador
Cuatro mujeres comparten tapas en El Laurel, el templo del salpicón de marisco, la pavía de merluza y otras beldades de la gastronomía local...
Mujer nº1: Vaya, lo único que tiene es que es bajito... Me había propuesto no repetir con la costumbre...
Mujer nº2: ¿Y porqué no? ¿Tú también eres de las que te los buscas más pequeños?
Mujer nº1: Sí, y ya tenía ganas de cambiar... Pero nada.
Mujer nº2: Hija, pues no sé porqué no quieres... A mí me encanta... Me flipa que sean más bajitos que yo. Imagino algo así como que soy su amante, o una prostituta... No sé, yo toda alta, convertida en la novia de un mafioso...
La nº1 se detiene antes de lanzarse a por otra bombita picante. En la cabeza, mil imágenes de altas mujeres morenas que agarran a un atractivo retaco vestido con sombrero y traje a rayas. Pelo con ondas, humo de tabaco. Todo en blanco y negro. Féminas de largas piernas que se mantienen en silencio sabiendo que, aunque en la sombra, ellas tomarán la última decisión.
Mujer nº1: Mmmm... Tal vez tengas razón...
Ese día decide que manda al cuerno los complejos. En cuanto le llegue la pírrica nómina se compra unos zapatos bien altos, que tengan de todo: plataformas, alzas, tacón. La vida es demasiado aburrida y, a veces, sólo se trata de hacer trabajar la imaginación.
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2 comentarios:
Eso a la mierda los complejos. Y que se mueran los feos y los bajitos.
Argh.
(Fallece. Telón, aplausos).
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