Cuando voy al cine me tengo que poner la gafas.
Cuando voy al cine siempre termino llorando.
Ergo, cuando llevo gafas siempre lloro.
Ergo, si un día como hoy me resigno a que no veo un pijo y me las coloco en la oficina, tampoco veo nada.
Están resucias.
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