Cuando era todavía una niña mi madre me sentó a ver esta película.
-Si es de es de miedo no quiero, mami, porfa.
-Que no tonta, que se llama así pero es de risa.
Vi aquella película entre absorta y aburrida, no la entendía demasiado bien, como tampoco entendía El principito o aquella canción del lobo al que maltrataban todos los corderos -¿por qué no les mordía?-. Por supuesto, no me reí nada de nada. Luego, con los años, volví a verla, he vuelto a verla hoy para despedirme de Berlanga, y he vuelto a entender porqué hay gente que cuenta cosas que nunca cambian. Porqué es humano este verdugo de trabajo inhumano. Porqué la miseria sólo engendra miseria. Porqué es tan fácil juzgar a los demás cuando todos tenemos cadáveres dentro del armario. Cuando, cada uno en su tiempo, cada uno con sus valores, todos hemos visto aplicar garrotes, todos hemos dado de lado a la hija del verdugo, todos nos hemos visto arrastrados por las circunstancias.
Hoy la he visto y, como otras veces, me he reído, con cierta amargura, con ese guardia civil buscando a José Luis por las cuevas del Drach, con esos chutes de coñac y ese champán robado a un reo. "Yo quiero vivir tranquilo con mi mujer y con mi hijo...". Lástima que para conseguir eso, tuviera que aplicar el garrote. Lástima que, para conseguirlo, mucha gente aplique el garrote a sus valores, a sus convicciones, cada día.
¿Qué no? Sólo hay que poner la tele...
-Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. ¿Qué es mejor, la guillotina? ¿Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?
-José Luis: No. Yo no entiendo de eso.
-Y que me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. ¡A ver dónde está la humanidad de la silla!
-Yo creo que la gente debe morir en su cama ¿no?
-Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla.
El Verdugo, 1963
Luis García Berlanga
2 comentarios:
Jo. Yo le enseñé a mi niño la canción del lobito bueno cuando era muy pequeñito y le encanta. Por lo demás, genial película la que comentas.
Me encanta berlanga, aunque el tema del verdugo me parece tan crudo, que sinceramente prefiero la vaquilla. No he visto nunca tratar un asunto como el de la guerra, de una manera tan genial, y me encanta la escena en donde se intercambian papel de fumar y tabaco. Y los dos soldados intentan cambiarse de bando para así estar,uno con la novia y el otro con la madre. Y el brigada le dice al sargento del otro bando "anda dale dos hostias". Me parece una pintura tan exacta que ni veláquez hubiera sido capaz de retratar. Berlanga ha hecho el cine español muy grande. Así que me uno al recuerdo.
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