A las canciones que me ayudan a vivir, a entender mejor el mundo, las llamo medicinas. No suelo compartirlas a diestro y siniestro pero, a veces, la ocasión lo merece...
Tendré dragones verdes
mirando en otros ojos,
da igual si son rebeldes
o tienden al reposo.
Serán dragones verdes
más claros, más oscuros.
Saldrá de nuevo el sol
y de eso estoy seguro.
Tendré promesas nuevas
alimentando el verbo
y todas las estrellas,
y el cielo de los cielos.
Haré canciones buenas
de nuevo en el nosotros
y juntaré la arena
y reviviré, supongo.
Y entonces
volveré a pensar en ti,
en el amor que vuela.
Y entonces
volveré a pensar en ti,
en el dolor que queda,
diciendo adiós diré:
qué pena qué pena qué pena.
Habrá de nuevo un bosque,
mojar los labios,
un beso que me nombre,
y primavera en Mayo.
Daré lo que ya he dado
y lo que está por verse,
el tiempo y el espacio
habrán de resolverse.
Tendré dragones verdes
mirando en otros ojos,
reflejos transparentes
donde entenderlo todo.
El mundo no se acaba
donde se acaba un beso.
Encontraré las alas
para volar de nuevo.
Y entonces
volveré a pensar en ti,
en el amor que vuela.
Y entonces
volveré a pensar en ti,
en el dolor que queda,
diciendo adiós dire:
qué pena qué pena qué pena.
Diciendo adiós diré:
qué pena qué pena qué pena.
1 comentario:
Muchas gracias, mi amor. Quizás, además de decir "qué pena, qué pena, qué pena" también pienso "menos mal: qué suerte, qué suerte, qué suerte". O no??
Bueno, equivocada o no, insegura o convencida, débil o fuerte, algo está claro: lo que yo siento por ti SÍ es amor. Te quiero
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