martes, 24 de julio de 2007

Oteadores del buen gusto


Acérrima enemiga de las frases demagógicas, de ésas que cierran las conversaciones con «hay que dejar que cada uno piense lo que quiera», «cada cuál es como es» y mil y una formas de acabar con los debates -práctica de la dialéctica verbal benditamente desestresante para los culos inquietos-, hago hoy de mi capa un sayo -esto es, me muerdo la lengua otra vez--para calzarme una tipiquísima sentencia que, en esta ocasión, me viene de perlas.

«El libro de los gustos tiene las hojas en blanco». Fátima dixit, después de que muchos otros seres humanos dixit a lo largo y ancho de la vasta historia de la demagogia intelectual. Fátima dixit porque la polémica portada de la semana pasada parece haber desperezado las narices de los oteadores del buen gusto. El buen gusto, así, por las buenas, tipificado y hecho carne como si de una pechuga de pollo se tratara.

Y es que a ante un porrazo del poder -decretazo, secuestrazo y otros muchos palabros posibles- las mentes neutras, ésas que no se mojan ni un día de bochorno en la Caleta, adoran eso de subirse al carro de «no hay que ser tan ordinario».

Los límites de la zafiedad, señores, no seré yo quien los ponga. No en mitad de un quiosco reventado de portadas del colorín, hembras flacas como arañazos y pseudomachotes inflados de hormonas al servicio de la pornografía física y mental. Y como, gracias a Dios, cada uno compra lo que quiere sin un bazuca en la frente, desde mi humilde sitio apenas pido que se llamen las cosas por su nombre.

El límite de lo soez es tan personal como la cochura de las lentejas, tan abierto como uno lo quiera imaginar, y mandar a retirar una revista -considérela usted hortera, bellísima o vulgar- se llama censura y, eso, tiene poco sobre lo que polemizar.

Publicado en La Voz de Cádiz el martes 24 de julio de 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora que está de moda recordar la Transición, no está de más traer a colación un incidente protagonizado por la revista Cambio 16. En los últimos tiempos del franquismo la censura echó para atrás un editorial conflictivo y ellos sacaron entonces un patriótico "Vivan las naranjas", donde elogiaban las virtudes de esta fruta levantina, de forma exagerada como un reportaje del NODO. Que 30 años después haya que recurrir a estos trucos es bastante triste.

Anónimo dijo...

pues si, es bastante triste que sigan existiendo estrategias de coaccion y recorte de la libertad de expresión...las portadas de el jueves intentan ser llamativas y vender, y recuerdo, que en un especial de AZNAR, el cual conservo, hay imagenes mucho más cañeras, pero claro, ni tiene sangre azul (si tiene alguna) ni protagonizo una portada de este tipo. eso es lo que pasa por tener una monarquia privilegiada...el pueblo se revelará??? de alguna manera, todos y todas permitimos que esto ocurra.
y añado, las actitudes, personalidades e ideología de los jueces... pensad, son personas que se han pegado 10 años aislados estudiando pa pillar plaza, ajenos a la ciudadanía, a los cambios, a las vidas cotidianas...no quisiera llamarlos bichos raros, pero casi...en fin, personas carentes de habilidades sociales y amplitud de miras...en fin, solo hay que ver el juez que ha retirado la custodia a dos mamás...
ay... que vida ésta....
salud y república
tita summer