Carmen está empeñada en que no cerremos las puertas a nuestra energía positiva. "Tengo que prestarte un par de libros", me comentó, entre preocupada y redicha, el otro día. Finalmente he aceptado a ver el vídeo con el que lleva detrás mía una semana y, efectivamente, me ha hecho soltar un par de lagrimillas.
Yo añadiría que también hay que beber mucha agua.
Y para los que hayan tenido conmigo el amargo debate políticosocial ante la pasmosa revelación del final (esto es, quién pagó la emocionante producción), les comento que yo, al menos, me consuelo pensando que, víctima una vez más del dardo sentimental de una multinacional, al menos he recibido una maravillosa y sibilina clase magistral de RRPP.
1 comentario:
Hola guapa, sólo un segundo para decirte que no me olvido de ti, aunque sea una dejada y lo parezca. Te sigo de cerca, lo aprendí en el CNI! Ah, y enorme el libro de Dahl, no sabes la compañía que me hizo su humor en los días malos de los madriles. Se la quiere
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