"Hay muchas cosas que no puedo decir a nadie, casi todas se refieren a las matemáticas". Carlos Edmundo de Ory
domingo, 10 de junio de 2007
La limpieza
Aquella tarde tenía tanto trabajo pendiente que fue rebuscando excusas hasta encontrarlo de frente. Desordenado, caótico, lleno de frascos superpuestos, repetidos, caducados y polvorientos. Se había acostumbrado a dejarlo pasar más intrigada en otras cosas. Tan sencillo como tirar de la puerta corredera y ya. El marasmo del armario desaparecía. De ahí la sorpresa al encontrarlo allí, acodado entre el esmalte de uñas y un bote de laca vacío al que siempre recurría minutos antes de salir de cena, cuando el supermercado estaba cerrado y ya era demasiado tarde. Vestía camisa de cuadros y un pantaloncito a rayas, nada conjuntado, por cierto.
–¿Quien eres?
–¿Y tú?
–¿Yo?– esperó unos segundos aturdida antes de elaborar la respuesta– Vivo aquí.
–Y yo.
–Pero yo... soy la dueña de la casa. Vivo aquí siempre.
–Y yo del armario, estaba desocupado- le explicó como si tal cosa mientras recolocaba, pesadamente, un sacapuntas viejo que se había desplazado en la limpieza– Perdona, me sirve de mesa, lo has desplazado con tus movidas.
Antes de lanzar un suspiro, entre asustado y expectante, Mara reconoció la legitimidad de la sentencia. Un ocupa, simplemente, entre los peines viejos, las compresas y los cepillos de dientes.
Antes de salir, rescató de la basura un bote de body milk que hacía las veces de pilastra y, tras colocarlo, corrió con cuidado la puerta de aluminio. Claramente, era demasiado tarde para arreglar el armario del baño.
Ahora, de vez en cuando, en los domingos de tedio y fútbol en la tele, se pregunta si seguirá ahí el hombrecillo demodé. Intuye que es uraño pero de corazón noble. No quiere comunicarse pero, en los momentos de urgencia, cuando acude desesperada con el moño deshilachado y el vestido a medio abrochar, siempre encuentra, delante del inexpugnable caos de la balda, dispuestas como si del tocador de una novia se tratara, un ramillete de horquillas.
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11 comentarios:
Ajajá!!
Así que es eso!!
Es una explicación magnífica al misterio de por qué aparecen cabellos de mujer en mi casa...
http://lazonafotica.bitacoras.com/archivos/2006/10/09/cabellos-de-mujer
Ahora, que si son así de pequeñitas, tienen que tener una pelambrera que ni un comanche.
http://lazonafotica.bitacoras.com/
archivos/2006/10/09/cabellos-de-mujer
(Es que salía cortada).
Me gusta como describes como está el armario del cuarto de baño porque el mio está igual..jajajajajaja
El relato me recuerda mis tiempos de narradora oral escénica ( cuentista)ya que tiene muchos ingredientes para poder ser narrado, el personaje fantástico etc...te puedo asegurar que te lo hubiera quitado para ponerlo en mi repertorio del Pay-Pay.
Muchos besitos corazón de melón.
¿Cuenta Usted en el Pay?
¿Y cuándo es la próxima (que somos asiduos)?
Un poco de countrified pop. Una voz preciosa que sueña en rojos intensos. Quién sabe quizas de para un post. Victoria George es la cantante.
http://www.sfgate.com/blogs/sounds/sfgate/chroncast/2006/10/11/flamingred.mp3
Microalgo,
Hace mucho tiempo ( bueno no tanto.. que no soy tan vieja), que formé parte del Grupo Ítaca, contábamos cuentos en el Albanta, en el PayPay, en Jerez, en muchos sitios...
Cuando quieras escuchar un buen cuento, te recomiendo a Kiko Butrón, Ana Manteca del grupo Sháman, Paloma, Virginia, Pepe Maestro son muy buenos.
Mi último grupo fué "Antes muertas que sencillas"( de monólogos), desde entonces no he vuelto a pisar un escenario.
No te puedo decir si volveré al PayPay porque siempre tendré ese gusanillo en mi interior, pero de lo que estoy totalmente segura es que si alguna vez vuelvo, a pisar un escenario, os avisaré por el blog de mi compi Faty.
Besitos Su.
Así sea.
Yo empecé a oir a los Shamanes cuando contaban en La Sala (antes incluso que el Albanta). Luego era un fijo allá (los Shamanes bromeaban con que el mejor público del mundo era Microalgo y diez o doce personas más). A Paloma (de los pocos de Pandora que aún cuentan)volví o oírla hace pocos años (después de muchos que no), y me sorprendió lo mucho que ha crecido. Ahora regenta el Pay... y para mi gusto, lo hace la mar de bien. Pásese un día por allá y nos tomamos algo.
Por cierto, Fháthima: ¿qué tal en Marruecos?
genial, aunque francamente me moría por beber cervezas en libertad...
Por cierto, el armario es el mío...
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