Supongo que la soledad tiene estas cosas. Una se acostumbra a no esperar a nadie para comer, a no esperar a nadie a la salida del trabajo, a no tener que pedir la vez en el baño y a comprar lo que le da la gana para picar entre horas. Una intenta no tener demasiadas expectativas sobre ciertas cosas porque puede que defrauden y que sólo estés tú y tu pequeño animal de compañía. Una intenta protegerse tanto que luego, ante una pequeña fiesta, puede tener la sensación de no tener con quién celebrarla. "¿Qué estás en Sevilla? ¿Qué presentas el libro?¿Qué no has llamado antes?" El círculo se va cerrando -porque la rutina tiene eso- y aprendes a ser pesada sólo con los que tienes relativamente cerca porque la fuerza expansiva también agota y últimamente no estás para muchos trotes.
Por eso, cuando hoy ha sonado el teléfono en casa y he recordado que me iban a llamar de la RAI para una entrevista, mi cabeza me ha bombardeado durante la espera. "Tenía que haber avisado a mi abuela, a mi amiga, a mi amigo, a mi chico... ¿Dónde vas siendo tan moderna? No todo el mundo se pasa el día colgado del Twitter". Han pasado por delante mía las imágenes de mi madre recortando mis primeros artículos en el Diario y he pensado "Ya me vale. Ni que te pasara todos los días". He terminado de hablar -es guay cuando alguien te cuenta qué ha sentido con tus historias- y ha vuelto el runrun de las ideas. Me he sentado a la mesa a terminarme la sopa fría. Un mensaje en el teléfono.
T he escuchao. Mu bien. Duros recuerdos d la conversacion real y final. Tq
Era María :)
Por eso, cuando hoy ha sonado el teléfono en casa y he recordado que me iban a llamar de la RAI para una entrevista, mi cabeza me ha bombardeado durante la espera. "Tenía que haber avisado a mi abuela, a mi amiga, a mi amigo, a mi chico... ¿Dónde vas siendo tan moderna? No todo el mundo se pasa el día colgado del Twitter". Han pasado por delante mía las imágenes de mi madre recortando mis primeros artículos en el Diario y he pensado "Ya me vale. Ni que te pasara todos los días". He terminado de hablar -es guay cuando alguien te cuenta qué ha sentido con tus historias- y ha vuelto el runrun de las ideas. Me he sentado a la mesa a terminarme la sopa fría. Un mensaje en el teléfono.
T he escuchao. Mu bien. Duros recuerdos d la conversacion real y final. Tq
Era María :)