lunes, 17 de mayo de 2010

Encarguitos píos

-Bueno, tú acuérdate de rezar porque salga todo bien.
-Que sí, que no paro... Que tengo a la virgen reventadita. Vamos, que voy a llegar a la aldea y me va a volver la cara.


Fátima, a falta de una fe propia en la que depositar sus peticiones, ruega encarecidamente a su mejor amigo que vele por todas sus cosas en su camino rociero.

2 comentarios:

genialsiempre dijo...

Esa fé prestada.....que valor tiene.

Anónimo dijo...

Le echaré una mano.......en lo de las peticiones vaya :-)

Aprendiz de Arpía